La fábrica Fundición Martínez de Granadero Baigorria anunció que cerrará en 2018. Emplea a casi cien trabajadores, es una de las plantas fundidoras de hierro más grande del país y provee piezas a las industrias automotriz, ferroviaria y de fabricación de maquinarias agrícolas. La empresa había cerrado a fines de 2014 y en marzo de 2015 fue recuperada por Carlos Boero SRL, que contrató a parte del personal suspendido. Desde la firma dijeron que será imposible encender las máquinas el año que viene si no acceden a un ajuste de la tarifa eléctrica. En dos años los aumentos de luz fueron del 1.000 por ciento, a lo que se suma la apertura de importaciones con la llegada de piezas de Brasil y China.
Fundición Santiago Martínez es una fábrica de fundición de hierro gris que abrió en 1951 en el oeste de Baigorria. En 2014 el empresario y dueño Rubén Martínez anunció la suspensión de los 150 empleados. La decisión llegaba de la mano del cierre de Paraná Metal y de la crisis en industrias de fundición de otros puntos del país. Seis meses después, la firma santafesina Carlos Boero SRL, dedicada a la fabricación de ejes y suspensiones neumáticas de camiones, decidió hacerse cargo a partir de una gestión de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Contrató a 80 de los trabajadores suspendidos y puso en marcha la producción. Actualmente fabrica campanas y masa de freno, piezas para remolques de camiones, blocks de cilindro, componentes ferroviarios y otros productos de fundición de tamaño grande.
Andrés Ciambotti, a cargo de Relaciones Institucionales de la firma, explicó que desde comienzos de 2016 la planta pasa por una crisis creciente que hace insostenible continuar con la producción en 2018. Como en otras industrias del país, hay dos motivos detrás: la apertura de importaciones y la suba de las tarifas.
Para Fundición Martínez entre octubre de 2015 y octubre pasado la factura de luz aumentó diez veces. Si hace dos años el pago energético equivalía al 3 por ciento del costo de producción, este año se fue al 16. La mayor parte del aumento llegó a través de Cammesa, la proveedora de energía a nivel nacional. Otro porcentaje equivale al cargo de contratación de la Empresa Provincial de Energía (EPE). Según Ciambotti, el monto de la EPE superó la inflación anual, por lo que piden un reajuste de la tarifa. De no conseguirlo, aseguró, en enero cerrarán la planta. “Pedimos una adecuación acorde a una empresa recuperada que desde que reabrió está en crisis”, opinó.