Unas 3.000 personas salieron en procesión en la madrugada del miércoles por las calles de Chapecó, en el sur de Brasil, para homenajear a las 71 personas fallecidas hace un año al caer en Colombia el avión que llevaba al plantel de Chapecoense para jugar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Medellín.
Escenas de desgarro, dolor, velas encendidas y lágrimas formaron parte de la procesión de esta pequeña ciudad ubicada a 173 kilómetros de la frontera con Misiones.
Hace un año, esta pequeña ciudad agrícola del estado de Santa Catarina fue el foco mundial porque los jugadores del modesto Chapecoense protagonizaron la mayor tragedia de la historia con una delegación deportiva.
Los vecinos de Chapecó llevaron flores y velas en la procesión que fue desde el estadio Arená Condá -abierto al público- hasta la Catedral de San Antonio.
El periodista y locutor Rafael Henzel, sobreviviente de la tragedia, fue el encargado de leer la oración en el altar de la catedral en las primeras horas de la madrugada.
Entre el público se veían diversas camisetas, entre ellas algunas de Atlético Nacional de Medellín que acordó declarar campeón de la Copa Sudamericana al Chapecoense como forma de solidarizarse ante la tragedia ocurrida porque la empresa de charters boliviana La Mia cargó menos combustible que el necesario para hacer el viaje.
