Para uno fue la mejor despedida. Para el otro, la consagración. Ambos, luchadores dentro del mundo del automovilismo, compartieron lo que muchos quieren: el título. Sí, Alejandro Bucci y Mariano Werner se coronaron campeones de la Clase 2 y 3, respectivamente, del Turismo Nacional en Rosario, donde unas 30.000 personas le pusieron el marco ideal a un fin de semana que quedará en la historia del deporte de Rosario.
Tuvieron que pasar eternos 21 años para que el TN regrese a Rosario. Pasó mucho tiempo y la espera fue interminable. Pero ayer Rosario demostró que es una ciudad ‘tuerca’. Tribunas populares y en boxes repletas de pasión fueron el fiel reflejo del sentir del amante del automovilismo, que necesitaba ver esta categoría en la Cuna de la Bandera y le dio un apoyo pocas veces visto.
Bucci, campeón I. Mejor no podía ser para los rosarinos y los fanáticos de la región el fin de semana con el título de Bucci en la divisional menor. Es que el oriundo de Villa Gobernador Gálvez cerró el año con la corona y así le puso punto final a su carrera en el TN, pues de ahora en más se dedicará a conducir su estructura: Ale Bucci Racing.
Bucci, quien había quedado segundo en una de las series sabatinas, sabía que no debía cometer ningún error para llevarse la corona. Y corrió de manera inteligente. Fue 3°, luego 4° y cuando sabía que no podía correrle a Ever Franetovich (ganador a la postre de la carrera), decidió concentrarse en llegar. Recibió la bandera a cuadros en cuarta ubicación y se subió al podio para recibir la ansiada copa de campeón, esa que tanto quería y que tanto buscaba.
Werner, campeón II. La Clase 3 vivió un sábado complicado, con despistes, choques y con los candidatos al título quedando relegados. Por eso era clave cada una de las series domingueras para saber en qué lugar de la grilla partirían en busca de la corona.
Y el que hizo negocio fue finalmente quien se colgó el centro: Mariano Werner. El paranaense llegó cuarto en su batería y tras la última serie sabía que largaba delante de Emanuel Moriatis, el otro aspirante al título.
Werner, vuelta a vuelta, fue haciendo su negocio. Y recién en el final se armó una pelea repleta de adrenalina con Moriatis, pues el entrerriano iba 7° y el bonaerense 8° y empujándolo. A Moriatis –con el Focus dañado desde los ensayos del sábado- no le alcanzó y la cuadriculada premió a Werner, quien así obtuvo su primer título con autos con techo.
El champán voló para todos lados en el podio. Las lágrimas de los campeones reflejaban un sentimiento contenido. Y el aplauso del público fue el mejor premio para coronar un fin de semana que seguramente será inolvidable para el deporte de la ciudad.