Conicet Rosario
Juan Manuel Teijeiro, investigador asistente del Conicet, lleva adelante una investigación que apunta a mejorar los diluyentes de semen que se utilizan para el proceso de inseminación artificial en cerdos. El estudio se desarrolla en el Laboratorio de Medicina Reproductiva dirigido por la doctora Patricia Marini, de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Las líneas principales de investigación del grupo estuvieron abocadas a estudiar la interacción entre el espermatozoide y el oviducto –una parte no tan pequeña de todo el proceso reproductivo– en cerdos.
“Esa es la línea histórica del laboratorio, la principal, en la cual tenemos la mayor cantidad de publicaciones, pero a su vez también fuimos diversificando la exploración científica”, contó Teijeiro.
Mejorar con zinc
El semen de porcino se debe conservar a 16ºC en estado líquido, a diferencia de otras especies, como bovinos o humanos, donde la conservación puede realizarse mediante congelación y de esta manera obtener mayor vida útil. En el semen porcino los diluyentes que se utilizan son de larga y corta duración, perdurando como mínimo tres días.
“Uno de nuestros proyectos tiene como objetivo mejorar la calidad de los espermatozoides que están en esos diluyentes a través del agregado de oligoelementos como el zinc”, explicó el investigador.
Teijeiro dijo que la bibliografía científica demuestra que el zinc tiene propiedades antioxidantes, las cuales serían beneficiosas para preservar los espermatozoides y cualquier célula. Además estabiliza la cromatina, que es la estructura del ADN de la célula.
El grupo observó que el zinc en los espermatozoides evita lo que se conoce como la capacitación: un proceso bioquímico que permite que los espermatozoides se fusionen con el ovocito para poder fecundar.
“Evitar la capacitación durante la preservación es ideal, dado que si el espermatozoide se capacita y no fecunda, se muere”, explicó Teijeiro.
“Hay grandes concentraciones de zinc en plasma seminal. Con un eyaculado de cada macho se pueden conseguir entre 20 y 30 dosis seminales, para inseminar esa misma cantidad de cerdas”, contó el investigador.
Teijeiro explicó que al diluir el semen en el laboratorio unas 20 o 30 veces disminuye la concentración de zinc. Por eso es necesario recomponerlo para devolver al semen todas las propiedades y mejorar la calidad de las dosis seminales.
El grupo de investigación obtuvo un subsidio de la UNR para realizar los trabajos experimentales del laboratorio. “Primero estamos viendo cuáles son los efectos del zinc sobre los espermatozoides y después vamos a desarrollar otro trabajo de campo donde podrían ser utilizados para inseminar cerdas directamente”, agregó.
El proyecto se realiza en conjunto con la Empresa Medax, que está en Chañar Ladeado.