Es lógico que Leonardo Fernández deje de ser interino. Como también era ilógico que su continuidad haya estado ligada a un buen resultado en el partido de ayer. Pero la oportunidad que va a tener se la ganó y no sólo con las tres victorias que consiguió el equipo en misma cantidad de partidos.
Ya desde el vamos se vio a un técnico consciente del cargo que asumía y más allá de que no lo mencionó nunca, armó un cuerpo técnico como para poder quedarse. Primer acierto.
Fernández acomodó el equipo desde el primer partido que le tocó dirigir. El Canalla ante Talleres mostró un orden que no había tenido en todo el semestre. Y ese orden fue su principal acierto. Así el DT acertó por segunda vez seguida.
Para el juego contra Boca cambió de esquema y pasó a jugar con un 4-4-2. Encima se vio un trabajo aceitado de pelota parada. Tercer acierto.
Y ayer el entrenador tomó sus aciertos anteriores y lo potenció. Central fue un equipo ordenado, bien parado en la cancha e hizo el gol tras un córner.
Fernández y sus colaboradores fueron inteligentes. Obviamente que a su equipo, versión 2018, se le exigirá más juego. Pero con aciertos fundamentales y grandes resultados, le sobró para que le den esta oportunidad.
