La Cámara Penal confirmó la condena a un miembro de la banda de Los Monos por una fuga. Juan Domingo Ramírez fue detenido en 2014 y se fue de la Jefatura nueve horas después. Si bien los jueces avalaron el fallo de primera instancia, bajaron la sanción algunos meses porque Ramírez se encuentra en libertad condicional por una condena anterior como miembro de la asociación ilícita y, la confirmación lisa y llana, implicaría el retorno del hombre a la cárcel, cuando el condenado se está resocializando, explica el fallo. En la misma resolución, un policía de la disuelta Brigada Operativa de la División Judiciales –grupo que llevó adelante la mayor parte de la investigación de la megacausa Monos– deberá purgar seis años de cárcel por extorsión: tras la caída de Ramírez este uniformado extorsionó a la mujer de Ramírez para liberar al hombre a cambio de 200 mil pesos.
Juan Domingo Ramírez estaba investigado por la Justicia como miembro de la banda de Los Monos. Estaba prófugo y fue capturado por la División Judiciales, que lo ubicaba por información de calle como un sicario de la banda, el 14 de enero de 2014. Lo llevaron a la oficina de Judiciales en la Jefatura. Según la versión policial, lo esposaron a una escalera y nueve horas después escapó tras zafarse de uno de los grillos y pegarle a un custodio; Ramírez dijo que lo habían dejado ir: que salió de Jefatura caminando y se tomó un taxi. Nadie pudo explicar cómo salió del predio sin ser visto.
Por este hecho la jueza Marisol Usandizaga lo condenó a 5 meses de prisión. Cuando salió la condena, Ramírez había firmado un acuerdo abreviado donde reconoció ser parte de la banda y recibió una sentencia de 3 años y 6 meses por asociación ilícita. Sanción que unificada llegó a 3 años y 10 meses.
La defensa de Ramírez apeló el fallo y este viernes la Cámara Penal confirmó parcialmente la condena. Los vocales Gustavo Salvador, Gabriela Sansó y Daniel Acosta concluyeron que Ramírez usó la fuerza para evadirse. Primero sobre las esposas, que si bien estaban desgastadas tironeó hasta zafar el grillo que tenía sujetado a la muñeca. Cuando lo logró, golpeó al custodio dejándolo casi inconsciente. Para los camaristas estos datos están corroborados con testimonios y los informes médicos.
Lo que no se pudo explicar fue cómo Ramírez salió de Jefatura. La custodia dio aviso a los puestos de ingreso por calle Ovidio Lagos y Francia pero no lograron ubicarlo. Para los jueces no tiene asidero la versión del detenido. Ramírez dijo que salió caminando y se tomó un taxi en la estación de servicios que hay enfrente, por Lagos, pero ninguna cámara de seguridad lo tomó allí. Los vocales no descartan que alguien le facilitó la salida, pero no se probó en qué consistió ni quien se la brindó. Finalmente la Cámara disminuyó la sanción en su contra a dos meses de prisión.
Ramírez se encuentra en libertad condicional y confirmar la pena implicaría que regresara algunos meses a prisión. Los vocales tuvieron en cuenta esta circunstancia a lo que sumaron que no volvió a delinquir, tiene trabajo y contención familiar.
En desgracia
Las esposas de las que zafó Ramírez eran del policía Germán Almirón, quien para aquel entonces prestaba servicios en la Brigada de Judiciales. La mujer de Ramírez lo denunció por extorsionarla para liberar a su esposo. Almirón terminó preso y condenado a 6 años de cárcel por este hecho. Su defensa intentó mejorar su situación ante la Cámara Penal, pero no logró torcer la suerte de su cliente.
Para la Cámara el testimonio de la mujer se corresponde con otras pruebas. La denunciante reconoció en rueda de personas a Almirón, dijo que tenía la misma voz que la persona que le hablaba por teléfono y le pidió 200 mil pesos por liberar a su esposo. Llamadas que se constataron en una lista que mandó la empresa de telefonía al Juzgado. Almirón declaró dos veces. Primero dijo que fue a Moreno y 27 de Febrero para corroborar un dato que le dio Ramírez y allí se topó con la mujer. Luego, dijo que lo había mandado su superior, Luis Quevertoque, y que en esa circunstancia la mujer le golpeó la ventanilla del auto y le entregó los papeles de un Citroen C3. Por su parte, la denunciante afirmó que la persona que le habló le dijo que era Quevertoque y que fuera a esa esquina a entregarle el título del auto a cambio de la liberación de su marido. Quevertoque fue procesado por incumplimiento de deberes, aunque más tarde fue sobreseído.
Si bien el mínimo del delito son 5 años los jueces consideraron correcto la sanción de 6 años por tratarse de un funcionario público. Para los jueces, Almirón merece un mayor reproche ya que en su condición de policía tenía en sus manos la custodia de bienes jurídicos y la protección de las personas de actos ilegales. Almirón está preso no sólo por este caso, ya que está procesado como integrante de la banda narco de Reina Quevedo, quien cayó en 2014 cuando pretendía traer desde Salta 80 kilos de cocaína. Almirón es el policía que aparece en escuchas de la megacausa Monos hablando –entre otras cosas, de un supuesto plan para matar al juez Juan Carlos Vienna, el fiscal Guillermo Camporini y a Quevertoque– con el testigo encubierto conocido como Ojudo, el mismo que día atrás dijo en el juicio contra la banda asentada en barrio La Granada haber firmado una declaración que en realidad había fabricado Almirón.