Al cabo de una maratónica sesión que transcurrió con una multitudinaria protesta, violencia de unos pocos y represión policial, además de cacerolazos espontáneos de rechazo a la iniciativa en distintos puntos del país, la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto oficialista que cambia el cálculo de movilidad jubilatoria.
Fueron 127 votos a favor, 117 en contra y 2 abstenciones que aparecieron en el tablero a las 7.06 del recinto al cabo de casi 17 horas de debate en las que Cambiemos recibió el apoyo decisivo del interbloque Argentina Federal, pactado previamente con gobernadores.
La votación se dio luego de un discurso del jefe del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, en la que consideró que el proyecto «perjudica para el conjunto del pueblo» y «perverso de la ´a a la zeta´».
«Han despertado la reacción del conjunto de la sociedad argentina. No solamente los sectores organizados se manifestaron en contra, los cacerolazos del día de hoy fueron movilizaciones espontáneas de argentinos que rechazan este gobierno», sostuvo el santafesino.
A su vez, el jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, hizo uso de la palabra para afirmar: «La oposición responsable no reparte fósforos donde hay nafta» y pidió que se dé la votación.
La sesión se llevó adelante en el marco de una jornada de extrema tensión y violencia, que incluyó impactantes enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y un grupo de manifestantes en los alrededores del Congreso que contrastaron con una masiva demostración pacífica de rechazo a la propuesta oficial con organizaciones, partidos políticos y ciudadanos en las calles porteñas y plazas de todo el país.
A diferencia de la accidentada sesión del jueves pasado, en la que Cambiemos había fracasado en sostener un quorum que apenas pudo verificarse en un lapso de segundos. El interbloque Argentina Federal cumplió esta vez con las directivas de los mandatarios provinciales a los que obedece y no retaceó el número que el oficialismo necesitaba para arrancar la sesión especial.
Volvieron las protestas espontáneas en las esquinas
Por la noche, cuando ya se habían aplacado los disturbios cerca del Congreso nacional, en varias esquinas porteñas se armaron cacerolazos espontáneos, y en la madrugada de este martes cientos de personas se reagruparon en la Plaza de los Dos Congresos para continuar la protesta. No fue sólo en la ciudad de Buenos Aires: la vuelta de esta forma de manifestaciones ocurrió en todo el país, incluso en Rosario.
La sesión
Luego de cinco horas de debate en base a una seguidilla de cuestiones de privilegio formuladas por diputados de la oposición, que incluyeron numerosos mociones de orden (que no prosperaron) para frenar el debate, el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, dio la señal de largada al tratamiento de la reforma.
Pasada la medianoche, la jefa del bloque del Frente Renovador- UNA, Graciela Camaño, mocionó la vuelta a comisión de la reforma, pero Cambiemos se impuso y el planteo fue rechazado en la votación.
Finalmente, a las 7:06 de este martes se aprobó en general la reforma que modifica la fórmula de actualizaciones de los haberes de jubilaciones, y luego el oficialismo no aceptó cambios en el tratamiento en particular del articulado.
El debate
El miembro informante del oficialismo, Eduardo Amadeo (PRO), apuntó contra la oposición por haber caldeado los ánimos de la discusión a partir de una «enorme campaña de falsedades que ha generado angustia en mucha gente que cree que aquí va a salir una decisión que va a empeorar su nivel de vida». El diputado macrista recalcó que la fórmula de movilidad jubilatoria que se pretende erradicar, que combina la evolución de los salarios con la tasa de recaudación, «no es sustentable y por lo tanto amenaza el destino de millones de jubilados y pensionados».
En cambio, la diputada del Frente Renovador Mirta Tundis cuestionó la modificación que permitirá que los trabajadores puedan extender optativamente su vida laboral activa hasta los 70 años. «Es antipático quitarle el haber, la comida a los jubilados sabiendo que también les quitaron los medicamentos», lamentó Tundis, que acotó que «lo único bueno que tiene esta ley» es que los aumentos pasan a ser trimestrales.
La diputada del Frente para la Victoria-PJ Luana Volnovich advirtió que con esta reforma jubilatoria, el gobierno pretende bajar la «tasa de sustitución»: «hoy si un trabajador gana 10 pesos, cuando va a la Ansés se jubila con 6. Con la nueva fórmula de calculo de liquidación de haberes, se va a jubilar con 4». Y siguió: «Este bono para los jubilados es como si un delincuente secuestrara a un jubilado, lo llevara a un descampado, le robara todo lo que tiene y después le diera 200 pesos para que vuelva a su casa. Eso es el bono Kosiner», desenfundó Volnovich, que aprovechó para descargar munición gruesa contra el jefe del interbloque «federal», Pablo Kosiner, quien lidera la bancada que oficia de portavoz de los mandatarios provinciales.
Unas horas antes, el propio Kosiner había sido ovacionado por la bancada oficialista cuando luego de una feroz crítica de la kirchnerista María Emilia Soria contestó que su bloque no iba a «sacarle el hombro ni la espalda a los gobernadores» que sellaron el pacto con elgGobierno el 1 de noviembre pasado. Soria había afirmado en el recinto que los gobernadores habían demostrado ser «prostitutas del Gobierno de Macri». Luego pediría «perdón» por haber «comparado a trabajadoras sexuales con gobernadores, senadores y diputados que se dejan extorsionar por el dinero mezquino».
El jefe del bloque Evolución Radical, Martín Lousteau, cuestionó el funcionamiento actual del sistema previsional y criticó la reforma propuesta por el gobierno al sostener que «los jubilados no tienen ninguna responsabilidad de las cosas que la política no supo discutir a tiempo».
El santafesino Luciano Laspina (PRO) destacó, por su parte, que la formula que propone el oficialismo «protege mucho más a los jubilados de los vaivenes de la inflación» dado que otorga «una movilidad cada tres meses y le da al sistema previsional una garantía de que lo que está escrito se va a poder pagar».
El ex ministro Axel Kicillof (FpV-PJ) apuntó contra los representantes de Cambiemos que «se pasaron años diciendo que las jubilaciones eran bajas» y que «ni bien tuvieron oportunidad presentaron una ley que las va a bajar más». Y más: «Devuelvan el impuesto a la riqueza que sacaron ustedes. Devuelvan el impuesto a las mineras que sacaron ustedes. El déficit lo provocan ustedes y es producto de que les han perdonado impuestos a los ricos. Gobiernan para los ricos», sentenció.
El diputado del bloque Justicialista Diego Bossio se diferenció de la postura de su bancada, y respaldó la fórmula actual que en su momento, cuando era titular de Ansés, le había tocado defender. «Quiero rescatar la libertad en nuestro bloque a la hora de opinar», ponderó, y destacó que la ley vigente es considerada «buena para millones de argentinos que nunca la cuestionaron».
La diputada Victoria Donda dio la nota cuando al término de su discurso y fuera de todo protocolo desenvainó una cacerola y la empezó a golpear. «Ustedes no escucharon hoy al pueblo que estaba en la plaza. Ahora van a tener que escuchar qué pasa en cada esquina, porque los que están afuera no son desestabilizadores. Es la sociedad que se hace escuchar», dijo la legisladora de Libres del Sur en momentos en que los manifestantes volvían a reagruparse alrededor del Congreso y miles de ciudadanos se reunían en esquinas de la Ciudad de Buenos Aires con cacerolas en mano.
El provocador macrista Fernando Iglesias cargó contra el «club del helicóptero trosco-kirchnerista-reciclador» (en alusión al Frente de Izquierda, FPV y Frente Renovador) y aclaró que «esto no es el 2001» y que «no van a poder» voltear al gobierno como hace 16 años. «No somos la alianza. No vuelvan más, no el peronismo que puede volver sino los del club del helicóptero porque la gente quiere paz y no la violencia, quiere democracia y no patota y quiere un Gobierno y no una mafia», remató. .