Este verano 7 choferes mujeres fueron parte de los 60 reemplazos de vacaciones de la empresa de colectivos La Mixta. Es la primera vez que son tantas. El año pasado no hubo ninguna y en 2016 una sola. En la planta permanente hay una mujer, la única de Rosario. Para el presidente del directorio, Guido Boggiano, las chances de que queden en el plantel son altas. La decisión tiene como trasfondo el reclamo que el año pasado iniciaron un grupo de ex colectiveras despedidas sin causa de la empresa Rosario Bus. Pedían ser tenidas en cuenta en los ingresos y mostraban su curriculum con más de una década de experiencia al volante. Desde 2006 la ciudad tiene una ordenanza que crea un programa para facilitar la entrada de las mujeres en el transporte público pero la norma nunca fue implementada. El año pasado fue modificada para que las compañías tengan la obligación de incorporar un 50 por ciento de mujeres en los nuevos ingresos. “Estamos muy contentas de trabajar en La Mixta porque es una empresa de excelencia pero es una excepción. En todas las empresas las mujeres fuimos discriminadas porque se consideraba que era un trabajo que no podíamos hacer”, opinó en diálogo con El Ciudadano María Etelvina, una de las ingresantes.
María entró a La Mixta el 2 de enero. Tiene 51 años y desde los 21 trabaja en el transporte público, primero como taxista y después como colectivera. Prefiere los bondis porque le encanta el vínculo que se genera con los pasajeros. Es una de las 24 mujeres que desde 1999 entraron a trabajar en la empresa Victoria, que después se fundió y fue absorbida por Rosario Bus. Entre las dos compañías, María sumó 15 años de antigüedad hasta que la echaron sin causa. No fue la única. De todas las mujeres que pasaron a la órbita de los nuevos dueños, sólo dos no perdieron el trabajo. “Apenas entramos nos decían que nos iban a echar porque la empresa no quería mujeres en el plantel. Y de a poquito fueron despidiendo a todas”, recuerda.
Para María las mujeres colectiveras siempre fueron el blanco de la discriminación de las compañías y nunca tuvieron apoyo gremial para conservar o conseguir empleo. “No pasaba lo mismo con los compañeros que tanto antes como ahora nos apoyan y nos integran al grupo de trabajo”.
Entre las siete ingresantes, ella y Gabriela vienen de Rosario Bus. Las otras fueron seleccionadas por otras experiencias y por tener un perfil compatible con las premisas de la empresa.
“Recibimos muchos curriculum de varones y mujeres y entraron 60 personas. Hemos evaluado personas muy interesantes e instruidas. No sólo somos una empresa de transporte, sino que la relación con los pasajeros es nuestra principal preocupación”, explica Boggiano y agrega que la experiencia de los ingresos femeninos hasta ahora fue muy buena.
Según Boggiano, todos los años La Mixta toma personal para reemplazos de vacaciones que van de octubre a marzo. Los ingresos sirven como termómetro de nuevas contrataciones. Por lo general muchos de los trabajadores pasan a la planta cuando terminan o son tenidos en cuenta para las vacantes que dejan las jubilaciones o renuncias.
Por el 50 y 50
El año pasado un grupo de ex colectiveras de Rosario Bus llegó a la oficina de la concejala Daniela León para reflotar la ordenanza sancionada en 2006, que creaba el Programa Mujeres Choferes del Transporte Urbano de Pasajeros para promover la incorporación gradual. La norma nunca fue implementada y después de la reunión se agregó la modificación del 50 por ciento de ingresos femeninos obligatorios.
Las mujeres del grupo tenían más de diez años de experiencia y pedían ser tenidas en cuenta porque cada vez que dejaban un curriculum no las llamaban. Para María el reclamo de las colectiveras fue clave para los nuevos ingresos. “La proporción está lejos todavía pero se están dando los primeros pasos para darnos la posibilidad de que seamos el 50 por ciento de los ingresantes. Desde 2006 a esta parte ni siquiera esas siete mujeres fuimos convocadas. Y después de la ordenanza del año pasado sólo La Mixta incorporó a una mujer. Semtur, que debería dar el ejemplo en generar trabajo equitativo, quedó en el camino. Creo que el cambio es lento pero de a poco llega”.