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Dos grandes estrellas, del glamour al arrabal

Las actrices Noralih Gago y Andrea Fiorino hablan de “Concha del Río y Nina Morante en concierto”, espectáculo en el que se reencuentran con sus alter egos más reconocibles.

Mezcla furiosa de un puñado de situaciones que desde lo desopilante buscan sus puntos de contacto con el imaginario popular, dos divas de la canción, de la noche, del mundo del espectáculo, de orígenes distintos pero de destinos parecidos, buscarán ocupar el lugar ganado en un escenario compartido, encendido entre plumas, joyas del Once, boleros e historias ya contadas (ahora revistadas) y algunos secretos desconocidos. “A mí me gusta el cartel francés, porque mi nombre queda a la derecha, la vista va para allá (señala a su diestra), como tantas cosas ahora…”, dice con su habitual humor uno de los más grandes talentos que ha dado esta ciudad, la actriz, cantante y bailarina Andrea Fiorino, quien en plan de capocómica compartirá desde hoy el escenario con otra rosarina, radicada en Buenos Aires hace muchos años, la igualmente talentosa y desopilante Noralih Gago.

Concha del Río y Nina Morante en concierto es el espectáculo que abre hoy el segundo mes del valioso ciclo municipal Un verano fresquito, y que junta, “luego de muchos años de no verse”, a los dos alter egos más mentados de Gago y Fiorino, en una noche de confesiones, canciones, revelaciones y ajustes de cuenta, y muy alejada del humor, la problemática de género, una particularidad que también cruza el trabajo de estas dos artistas, militantes feministas, a parir del cabaret, del que también son referentes, donde el humor, lo social, lo bizarro y la bajada de línea encuentran su mejor caldo de cultivo.

“Concha y Nina son personajes diferentes; quizás lo diferente entre ellas es más lo que muestran, porque al mismo tiempo tienen puntos en común: Nina Morante, que es La Dama Vibrante del Tango, un talento local del arrabal, un número vivo, una gran atracción (risas), y Concha del Río, autoproclamada diva, porque nadie la proclamó, que frente a Nina intenta mostrar que tiene otro estatus, un glamour que no es de verdad”, adelanta Noralih Gago, gran referente a nivel nacional, y mentora en el país del Festival Internacional de Cabaret que desde hace dos años replica su versión original mexicana en Buenos Aires y que pronto puede tener su pata rosarina.

“Noralih ya había sido convocada por el teatro La Comedia para hacer su espectáculo (Concha del Río Cabaret) con otros artistas invitados, pero por estar grabando en Buenos Aires, recién se dio este año. El estar juntas y solas quizás era un deseo de ambas que estaba ahí, latente, más allá de que dentro de otras propuestas de cabaret hemos compartido escenarios en Buenos Aires o en México varias veces”, expresa Fiorino, quien con su Nina Morante juega a ser una especie de Ruth Durante en versión local, “también tiene algo de Norma Egarth, La Dama Elegante del Tango, que es una leyenda rosarina”, acota la actriz.

Humor y canciones

“Intentamos mixturar lo que hacemos: las dos cantamos distintos géneros, pero también Nora canta tangos y yo me sumo a sus canciones; más allá del bolero o el tango, hay rancheras mexicanas, canciones españolas y, por supuesto, en el espectáculo tiene un lugar preponderante el humor. Tenemos mucha confianza, mucho conocimiento entre ambas, por haber compartido momentos de otros espectáculos e incluso por haber escrito cosas juntas”, expresa Andrea. Y Noralih agrega: “El encuentro de estas dos es muy atractivo, porque si bien se adoran, también, por lo bajo, se tiran sus patadas, como pasa con todas las divas y sus luchas de egos, pero también las luchas por el amor del público, todo mixturado con sus experiencias de vida, que son muy ricas, del mismo modo que sus amores, sus encuentros y desencuentros, y los amores compartidos… que también son varios (risas)”.

La Vis cómica, una marca en ambas, que parte de ese humor que se milita desde lo cotidiano hasta los escenarios, suma complicidad cuando comparten un motivo de risa, y eso es algo que trasladan al escenario. “Son bastante parecidas las cosas que nos hacen reír, y nos conocemos tanto que una ya sabe con lo que va a salir la otra; la risa aparece incluso antes de los remates”, dice Noralih. Y Andrea agrega: “Por ejemplo ese video que está dando vueltas donde Lola Flores dice: «Que tengan un año que no se pueda aguantá…», no sabés si es bueno o malo (risas)”. “También la gente –agrega Noralih– que viene a saludarnos después de una función y nos dice muy efusivamente. «¡increíble, increíble!», y es como que no creyeron nada (risas)”.

Personajes con historia

Ambas actrices, que valoran el interés y el apoyo del equipo municipal que lleva adelante el ciclo con dos propuestas por fin de semana (cuatro en total) y a precios muy populares, repasaron, en parte, ciertas prehistorias que encierran cada uno de los personajes. “Concha del Río, si tengo que contar quién es ella –dice Noralih–, es alguien que no nació, que siempre estuvo y estará (risas); no tiene familia, la encontró Tito Puente en un concierto en Las Vegas adentro de una cesta, era una bebé con turbante (risas). En ese momento, Tito la recogió y la lanzó al mundo, porque ella es ciudadana del mundo, no es de ningún lado, y eso hasta se le nota al hablar. Concha habla un neutro que por momentos la hace parecer santiagueña, en otros madrileña, por momentos mexicana; es un neutro raro porque no es ni de Miami. Y su mundo es el público; ella dice que se la pasa de vuelo en vuelo, de hotel en hotel, cuando en realidad va de pensión en pensión”. Y completa: “Hay algo que pasa con el público frente a este personaje, y por eso lo sigo haciendo después de tantos años: Concha del Río entra de una manera muy ampulosa, obligando al público a ovacionarla, y de inmediato la gente se pone a jugar con esa idea de que está viendo a una diva; eso me maravilla, porque está claro que ella no usa diamantes sino joyas del Once o de calle San Luis”.

“Nina, en cambio, es una antidiva, está todo el tiempo hablando de sus fracasos; cada cosa que le pasa es una perla más en el largo collar de sus fracasos”, dice Andrea entre risas. Y agrega: “De hecho, Nina es un rosario de fracasos, sobre todo porque cantando perdió la voz, su herramienta de laburo, y entonces la llaman para ofrecerle otros trabajos que ella siempre agradece porque son  laburitos que le dan de comer”.

Reivindicación de género

“Nosotras somos feministas –se apresura Andrea frente al tema–, ya con esa palabra hay un problema grande, porque hay gente que te dice: «Feminista no, porque es lo mismo que el machismo», y sabemos que nada que ver, no es lo mismo que el machismo, no señor, no es así. El machismo es un sistema de subordinación de poderes y el feminismo lucha por las igualdades y no sólo de las mujeres sino de otros colectivos como el LGBTI; hay un crecimiento en la gente con el tema pero en lo que va del año ya hay un montón de nuevos femicidios. Es algo que va a estar presente en el espectáculo, pero con eso yo no puedo hacer humor”.

Y agrega Noralih: “Podemos hacer humor con el empoderamiento de las mujeres porque es algo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo, pero con lo otro no. Y no es una puja de poderes entre hombres y mujeres; si las mujeres lográsemos finalmente empoderarnos y ocupar los lugares que merecemos, sería mucho mejor también para los hombres. No es que los hombres van a desaparecer o se les va achicar el pito, por el contrario, sería un gran crecimiento también para ellos, porque no van a necesitar pegar una trompada para ser más poderosos, sí tendrán que ser más poderosos con su corazón, con su inteligencia. De hecho, conozco muchos hombres feministas y bien hombres, pero es algo que va cambiando de a poco, con el paso del tiempo”.

Para agendar

Concha del Río y Nina Morante en concierto se estrena este viernes, a las 21.30, y seguirá en cartel en La Comedia, de Mitre y Ricardone, los restantes viernes del mes, con entradas populares.

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