El presidente Mauricio Macri celebró este jueves a la tarde su cumpleaños número 59 en el comedor de la Casa Rosada junto a los empleados del edificio, su esposa Juliana Awada, y su hija menor, Antonia.
Macri también compartió el momento de apagar las velas con la vicepresidenta Gabriela Michetti y, entre risas, aseguró que este será «un año medio complicado», ya que se encamina hacia los 60.
«Este es un año complicado, tengo un año para digerirlo», dijo Macri, quien al ser consultado sobre cuál había sido el deseo que pidió al apagar las velas respondió: «Volver 20 años para atrás y empezar de vuelta».
Ante la réplica de una cronista de que en ese caso no sería presidente, Macri respondió: «No importa, pero tendría tiempo para hacer más cosas».
En un mensaje a los empleados de su administración, indicó además que esperaba «seguir trabajando juntos para ayudar a tantos argentinos que tienen esperanza en este cambio que hemos iniciado».
Poco antes de esa celebración el jefe de Estado festejó su cumpleaños junto a Julio César Torcello, un jubilado que, también en la fecha, celebró sus 100 años de vida.
Ese encuentro se realizó en el despacho presidencial, donde también estuvieron Juliana y Antonia.
Macri conoció a Torcello durante un acto con formato 360 que se hizo el año pasado con la presencia de adultos mayores en el salón Puerto Libre del municipio bonaerense de San Isidro.
En esa oportunidad, el mandatario lo llamó a compartir la tarima y lo invitó a festejar juntos los cumpleaños, diciéndole «el 8 de febrero nos vemos».
Ariadna Victorelli, jefa de Pastelería del comedor de la sede gubernamental, se encargó de hacer dos tortas del mismo sabor para las dos celebraciones, destacando que las preparó como «le gusta al presidente».
Macri saboreó la torta de dulce de leche con merengue, crema y frutos rojos, luego de haber sido recibido con un feliz cumpleaños que cantaron los empleados, desde el comedor que fue ornamentado con el clásico cartel de «Feliz Cumpleaños» y globos de varios colores.