Voluntad. Pasión. Valentía. Amor por la pelota. Y otras cosas más poseen los rosarinos Hernán Travagliante y Facundo Bernal, miembros del plantel argentino de fútbol de amputados que está jugando, en la ciudad de Funes, el Sudamericano de la disciplina. Ambos dialogaron con El Hincha en la previa del segundo partido del torneo (en el debut golearon 10 a 0 a Uruguay) frente a Brasil, desde las 19.30.
Travagliante es defensor y desde el 2001 entrena con la selección argentina. En el 2010 comenzó a participar en torneos internacionales y desde hace dos años practica en Central. Facundo Bernal es delantero, ante Uruguay marcó tres goles, hace un año que juega en Central y este Sudamericano es su primera competencia con la albiceleste. Y al jugar en Funes tienen todo el apoyo de sus familiares y amigos.
“Entrenábamos una vez al mes en distintas partes del país”, contó Hernán sobre sus inicios con la selección. Acá en Rosario lo hacía sólo, “era muy difícil conseguir chicos amputados”. Porque “antes a la gente le costaba mucho más salir a mostrarse, no sé si llamarlo discriminación, pero ahora por suerte cambió y la gente no le da tanta bola a cómo está al otro”, afirmó. Ahora entrena tres veces por semana en Central, dónde cada vez se suma más gente.
En enero del 2001 los médicos decidieron cortarle la pierna por precaución. Cuando era muy chico, por un golpe, se le formó un tumor. A lo largo de su infancia afrontó 15 cirugías para tratar de salvar la pierna. “Lo que te ayuda siempre, es la familia. Para todo. Es un pilar muy grande, si no tenés el acompañamiento de la familia es muy difícil”, confesó.
“Cuando decidimos cortar la pierna, a la semana vino un amigo y me trajo una revista donde había una nota de que en julio del 2001 arrancaban a entrenar los chicos de fútbol de amputados en Entre Ríos”, comentó. Tras esa situación se interesó y comenzó a averiguar sobre el deporte. A los pocos meses estaba entrenando.
En distintos países, los jugadores de la selección pueden vivir del deporte, acá es complicado. “Lo hacemos todo a pulmón”, dice Travagliante y explica cómo lograron irse a Colombia para jugar la Copa Confederación.
“Lo que hicimos cada uno en su provincia fue golpear puertas”, contó. “Yo por suerte, tuve la ayuda de Clara García y pude con eso comprar el pasaje para viajar”.
En la previa al Sudamericano que se está disputando en Funes, la selección entrenó sólo tres veces en dos meses. Pero no todos los convocados pueden estar hoy.
“A los que viven en provincias más alejadas se les complica mucho llegar o entrenar cada dos semanas”, describió el rosarino.
Sin embargo, y a pesar de lo difícil que se hace desde el punto de vista económico, la selección argentina, que tiene a los rosarinos entre sus filas, se posiciona entre los cuatro mejores equipos a nivel mundial y entre los dos mejores en Sudamérica. El otro es Brasil.
En referencia al torneo sudamericano que se está disputando Hernán declaró: “Tenemos toda la fe. Nos sentimos bien. Aparecieron muchos chicos jóvenes y eso sirve, tienen otra fuerza. Tenemos mucho recambio”.
En el partido inaugural ante Uruguay la selección marcó un 10-0 aplastante y tuvo como figura al rosarino Facundo Bernal, quien representa a Central y Empleados de Comercio, autor de tres goles. También jugó Travagliante.
“Gracias a Dios convertí tres goles en mi primer partido oficial con Argentina. Apenas entre a la cancha se me pasaron miles de cosas por la cabeza. Tenía muchas ganas de sumar al equipo”, confesó Facundo. Hace tres años en un accidente en moto perdió la pierna y hace un año lo conoció a Hernán y se sumó al equipo.
“Fue un torneo hermoso y salimos campeones”, contó. Eso le posibilitó que lo citaran a la selección y que el lunes en el debut anote tres goles para el triunfo.
Hoy es el turno de enfrentar a Brasil, uno de los equipos más difíciles, desde las 19.30 en el estadio Municipal de Funes. Serán locales otra vez, como ante Uruguay. Ahí estarán Travagliante y Bernal representando a Rosario con la albiceleste en el pecho. Y con la voluntad de sobreponerse a los obstáculos que la vida les deparó.