Peroncho, el Stand Up humorístico que lleva adelante Emanuel Rodríguez, llegará este domingo a Rosario luego de brindar varias funciones por el país. La propuesta que se anuncia como “humor político, peronista y groncho”, recorre “la coyuntura y la historia nacional con la premisa de oponer pasiones alegres a la «revolución de la tristeza amarilla»”, se destaca.
En cuatro años, el espectáculo se presentó en más de quinientas funciones por todo el país. “Empecé en 2014, y es la primera vez que lo haré en Rosario con entrada a la gorra. Es un espectáculo que surgió de mi vocación de escribir y por la participación política que tengo”, dijo el humorista cordobés a El Ciudadano.
Peroncho hace un repaso por los principales debates y acontecimientos de la política nacional en tono humorístico: “Sí hacemos una enumeración de los desastres de este gobierno –continuó–, tenemos ganas de suicidarnos en un vuelo de FlyBondi (risas). La gente que viene al show busca una situación de «potencia alegre» por decirlo en términos de (Baruch) Spinoza. Busca una identificación y cierta codificación de la información. Se genera una energía increíble e intensa”.
Del periodismo al Stand Up
Emanuel Rodríguez trabajó como periodista por más de una década en el diario cordobés La Voz del Interior. En 2009 alteró los roles y de escribir de espectáculo pasó a dedicarse al Stand Up en una de las primeras oleadas del género en el país. Para diferenciarse del resto, empezó a incorporar temas políticos a sus monólogos y, según contó, “me di cuenta que era algo para lo que había nacido, porque me permitía decir cosas que no podía en otros ámbitos como el periodismo”.
Valoración de la política
Peroncho es un espectáculo de humor político y literatura groncha. “Desde una plataforma ideológica que queda explícita en el título, lo que intento hacer en este espectáculo es un repaso por los principales debates y acontecimientos de la política argentina en los últimos años”, definió.
El público ideal de Peroncho es aquel que tenga una valoración positiva de la experiencia política. “Me resulta medio nefasta la concepción de un humor «objetivo» que le pega a todos por igual y que no se compromete con ninguna idea. Yo celebro que nos comprometamos porque es mucho más honesto”, dijo Rodríguez antes de responder preguntas.
—En una nota a Enrique Pinti me decía que hacía humor político pero no estaba comprometido con su libreto ¿El pulso del humor político actual (Thelma y Nancy, El Cadete, Fátima Flores) se expresa como otra faceta de la militancia?
—Claramente, me parece que el humor político de hoy es una forma de militancia, de resistencia. El humor atravesó sus procesos históricos y tuvo a Pinti y Tato (Bores) en los 90 que supuestamente le pegaban a todos por igual pero terminaban cenando tallarines con Menem mientras entregaba el patrimonio de la Patria. Esa supuesta objetividad también está en discusión. Yo tengo una gran admiración por el Tato de los 60 y 70, por sus guiones extraordinarios. Pero también me parece que fue el mejor anti-humorista político de los 90. El segundo mejor anti-humorista político de los 90 fue Enrique Pinti. La nueva generación de comediantes de la que formo parte tiene una buena valoración de los políticos y de la política, a diferencia de Pinti quien acuñó la frase “Quedan los artistas”.
—Esa frase es un paradigma del antihumorista político…
—Para él, la única clase potable en una sociedad, son los artistas, como una especie de clase pura no corrompida por ningún poder ni ambición. Es una pelotudés bastante siniestra. Esa idea generó un desprecio por la clase política que es todo un signo de los 90, que fue el signo de 2001 con el “que se vayan todos”. Los discursos humorísticos de Tato y Pinti fueron funcionales a la idea de anti-política que terminó con empresarios ocupando cargos, con Macri de presidente.
Para agendar:
Emanuel Rodríguez presentará Peroncho, este domingo, desde las 20, en La Casa de la Militancia, de Maipú 1152. Entrada a la gorra.