En el banco estaba la solución. Leonardo Fernández tuvo un gran acierto a la hora de las variantes y con las mismas sacó adelante un partido que necesitaba ganar. Agustín Maziero y su doblete se quedó con los flashes de una tarde-noche que había empezado torcida y que el entrenador logró enderezar no solamente con el ingreso del pibe, sino también con los de Carrizo y Camacho.
Un triunfo necesario, valioso para seguir en pos del objetivo de máxima que se persigue en este semestre como es el de la clasificación a la Copa Sudamericana 2019.
El minuto 25 del complemento quedó marcado en el juego. Allí fue cuando ingresó el juvenil de Luis Palacios y mandó a guardar las dos primeras pelotas que tocó. Fue ese aire renovado el que le dio a Central la victoria y que le permitió terminar el viernes con una sonrisa que no tenía desde hacía tres partidos.
El Canalla cumplió con su deber: ganar en su casa para volver a sumar de a tres ante un rival que resistió hasta donde pudo. Merecida victoria consiguió el equipo de Fernández, que cumplió años y tuvo como “autoregalo” el hecho de haber acertado con los cambios en un partido lleno de contrastes.
El primer tiempo fue lo peor que hizo Central desde que asumió este cuerpo técnico. Y eso que como sucedió la semana pasada en Liniers, hizo un gol de pelota detenida repitiendo ejecutante y goleador. Pero a partir de allí Central hizo nada. No tuvo juego, tuvo inconvenientes en el retroceso, sus líneas estuvieron muy separadas y no generó riesgo alguno al arco de la visita. Previo a la mala performance del Canalla, el Funebrero llegó rápidamente al empate tras un error de Parot que salió para adentro fallando así en el abecé de todo defensor.
El cambio de esquema, con enganche definido, no funcionó. López Pissano recibió siempre de espaldas y falló a la hora de la distribución. Pero claro que su trabajo tuvo como atenuante la poca colaboración que recibió de Lioi y Fernández; tal es así que al primero le costó no salir a jugar el complemento.
Tampoco anduvo la idea de ubicar a Gil como volante central, ya que al equipo le faltó contención en toda la primera parte. Algo que desde el vamos el entrenador intentó acomodar ubicando a Fernández como doble cinco y López Pissano a la izquierda, para encarar el capítulo final.
Pero estos movimientos en la mitad de la cancha tampoco hicieron que el equipo mejore. Y cerca de los veinte, el DT mandó a la cancha a Camacho y cruzó de lado a Carrizo, quien había ingresado por Lioi. Allí Pachi se acomodó y junto al uruguayo demostraron que deben estar de arranque. Después llegó el turno de Maziero y todo lo que ya se dijo al comienzo.
Central se quedó con una victoria necesaria, un triunfo que llegó para cortar tres partidos sin alegrías y por sobre todas las cosas sirvió para seguir en búsqueda del objetivo de clasificarse a la Sudamericana.