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Policía asesinó a su esposa, lo confesó y luego se mató

Un sargento de la Policía de Córdoba mató a su esposa, oficial de la misma fuerza, luego llamó a una comisaría para confesar el hecho y pedir que ayudaran a su pequeña hija que había quedado sola en la casa, tras lo cual se suicidó de un tiro en la cabeza. Ocurrió en la localidad de Despeñaderos

Un sargento de la Policía de Córdoba asesinó hoy a su esposa, oficial de la misma fuerza, luego llamó a una comisaría para confesar el hecho y pedir que ayudaran a su pequeña hija que había quedado sola en la casa, tras lo cual se suicidó de un tiro en la cabeza. El hecho ocurrió en la localidad de Despeñaderos.

Todo sucedió en los primeros minutos de este lunes en la vivienda ubicada en San Juan al 100 del barrio General Paz, de la citada localidad, cuando la oficial Deolinda Díaz (32) fue encontrada flotando y sin vida en la pileta del inmueble.

Fuentes judiciales y policiales informaron a Télam que el hallazgo ocurrió luego de que su esposo, identificado como José Adrián Contreras (40), llamó a la Central de Comunicaciones de la Policía de Alta Gracia para confesar el asesinato y pedir que cuidaran a la hija que había quedado durmiendo en la vivienda.

El fiscal de Alta Gracia, Alejandro Peralta Otonello, relató a los medios locales que a las 0.50 Contreras llamó por teléfono a la comisaría diciendo que se había «echado una cagada».

Según el funcionario judicial, el homicida añadió que había «matado» a su mujer y pidió que busquen a su hija que había quedado en la casa.

Contreras también había manifestado que se iba de la casa y que no iba a quedar preso, dijo el fiscal.

«Inmediatamente se comisiona personal policial para que concurra y ahí se encuentra con el cuadro de una oficial principal que presta servicio en la subcomisaría de Despeñaderos que yacía muerta en la pileta de natación y una niñita de tres años que se encontraba durmiendo en el domicilio», afirmó.

Peralta Otonello precisó que espera los informes de la autopsia para determinar la causa de la muerte de la mujer, aunque se descartó un disparo de arma de fuego.

El fiscal también adelantó que los informes preliminares se encaminan a que fue «asfixiada», presuntamente por estrangulamiento, y luego fue arrojada a la pileta.

A partir de los primeros elementos de pruebas recolectados, el fiscal ordenó la búsqueda y detención del esposo y acusado preventivamente por el delito de «homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género».

La policía había montado un intenso operativo policial de búsqueda del sargento Contreras, quien se movilizaba en un Ford K negro, hasta que fue ubicado en un camino de difícil acceso entre Alta Gracia y Falda del Carmen.

Al inspeccionar el interior del vehículo los efectivos policiales encontraron el cuerpo sin vida del esposo de la víctima, quien yacía con un disparo de arma de fuego en la sien derecha.

«El suicidio era una probabilidad», sostuvo el fiscal al sostener que cuando Contreras dijo que no iba a ir a la cárcel «evidenciaba esa posibilidad».

De acuerdo a algunos testimonios de vecinos de la familia de los policías, ellos vivían desde hacía aproximadamente diez años en el barrio y no tenían mucho contacto con la gente del lugar.

«Ella una sola vez me dijo que él le había pegado y yo le contesté si te pegó una vez te va a pegar dos y no tendrías que haberte metido con ese señor porque me han dicho que tiene su señora en Córdoba y su hijo», indicó Hilda, una vecina, a los medios locales.

La vecina también dijo que si ella los «hubiese visto que estaban trenzados peleando hubiese cruzado a la casa de ellos».

«No escuché la pelea, se ve que fue adentro y estaba la nenita dormida. (Contreras) tenía un modo muy fiero, no se casaba con nadie, se ve que era malo», sostuvo.

Por otra parte la Justicia dispuso que la niña quede en resguardo de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia, del Gobierno de la provincia, hasta tanto se resuelva la tutela en algún familiar directo.

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