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La hora del veredicto en el juicio a Los Monos

Veinticuatro de los veinticinco sentados en el banquillo están acusados de participar en una asociación ilícita.

El juicio a la banda de los Monos llega al día de la sentencia después de cuatro meses de debate, con un interregno por la feria judicial de verano. Veinticuatro de los veinticinco sentados en el banquillo están acusados de participar en una asociación ilícita, encabezada por la familia Cantero; trece de ellos son uniformados, en su mayoría de la Policía provincial. A su vez, algunos fueron enjuiciados por 5 homicidios. Las penas más elevadas fueron pedidas para el clan Cantero. Para Ramón Machuca, alias Monchi Cantero, la Fiscalía pidió 41 años de cárcel; para su hermano Ariel “Guille” Cantero, 26 años, mientras que para Ariel “Viejo” Cantero, padre de ambos, el requerimiento fue de 10 años. Para la acusación son los jefes y organizadores del grupo, aunque el Viejo Cantero llegó a debate procesado sólo como mero integrante de la organización. Las defensas arremetieron contra la instrucción y el vínculo del juez Juan Carlos Vienna con Luis Paz, padre de Martín “Fantasma” Paz, ultimado en septiembre de 2012 y cuyo asesinato –aún impune– derivó en un caso de asociación ilícita. Paz padre fue uno de los testigos que aportó elementos para vincular a los Cantero con la asociación ilícita y durante la investigación salieron a la luz los contactos del magistrado con Paz, con el que coincidió en viajes al exterior y en veladas boxísticas. En los alegatos de clausura cada parte se mantuvo en su postura: la Fiscalía en que hay pruebas para condenar a todos los acusados, con la sola excepción del comisario Cristian Floiger (por lo que pidió la absolución); las defensas en que la pesquisa se basó casi exclusivamente en escuchas telefónicas sin fundamento –o bien en las que no se pudo demostrar quiénes eran los interlocutores–, con lo cual pidieron la nulidad de la causa o bien penas morigeradas con figuras penales más benignas.

En el transcurso del debate, que arrancó el 21 de noviembre, no faltó nada. El juicio oral que inauguró el Centro de Justicia Penal tuvo desnudos en el calabozo en forma de protesta, testigos que se negaron a comparecer, otros que lloraron, otros que estaban presos y llegaron a la sala esposados. Algunos que evitaron presentarse y otros que llegaron con custodia y chalecos antibalas. Durante su realización se ventilaron la comisión de los delitos de: asociación ilícita (al debate llegaron 25 personas, mientras que 11 procesados aceptaron un acuerdo abreviado previo al juicio), y los homicidios de Lourdes Canteros, ocurrido el 15 de mayo de 2013; Diego “Tarta” Demarre, asesinado el 27 de mayo de 2013 y el triple homicidio de Marcelo Alomar y Nahuel y Norma César, ataque que se perpetró un día después del crimen de Demarre.

Mientras que muchos de los acusados transitaron el juicio  en libertad, el núcleo duro del grupo está preso: Guille Cantero, Monchi Cantero, Andrés “Gitano” Fernández, Jorge “Ema” Chamorro y Leandro “Gordo” Vilches, quienes con distintas participaciones se encuentran involucrados en los homicidios, para el caso de los tres últimos solo en el crimen de Demarre. También se encuentran tras las rejas Mariano “Gordo” Salomón y el Viejo Cantero, quien prefirió no presenciar las audiencias.

Para la Fiscalía, encabezada por Gonzalo Fernández Bussy, en la asociación ilícita, cada miembro cumplía su rol. “No todos apretaban el gatillo, no todos diseñaban el negocio de la violencia ni todos la ejercían, no todos limpiaban los rastros, incluso los financieros, para escapar así del accionar de la justicia”, afirmó en su alegato. Tenían una estructura piramidal donde había un sentido de pertenencia y un conocimiento de las actividades ilícitas del grupo. Para la acusación, rentabilizaron la violencia provocando y usufructuando un territorio liberado mediante el miedo y la organización sistemática de la violencia. A ello sumó la pata policial: 13 de los acusados son uniformados, “proveedores de impunidad estatal”.

En cuanto a las defensas, si bien todos tienen su teoría del caso, en base a la responsabilidad que la acusación le asignó a cada acusado, muchos de ellos coincidieron en los planteos jurídicos y en el fuerte cuestionamiento a la prueba estrella de la causa: las escuchas telefónicas. Algunos fueron más allá de un alegato estrictamente jurídico e incorporaron el contexto político-institucional del momento y citaron la intromisión de algunos funcionarios de otros poderes en la Justicia. Plantearon la parcialidad del juez instructor Vienna que mutó una causa de homicidio en asociación ilícita y no dejaron de lado una relación entre Vienna y Luis Paz, quien al momento del crimen de su hijo era suegro de Claudio “Pájaro” Cantero, entonces capo de Los Monos que sería asesinado el 26 de mayo de 2013,  lo que dio origen según la Fiscalía a una ola de venganza que produjo los crímenes de Demarre y la familia César. También atacaron la actuación de la disuelta Brigada Operativa de la División Judiciales, la que llevó el peso de la instrucción de Vienna.

El tribunal compuesto por Ismael Manfrín en la presidencia, Marisol Usandizaga y María Isabel Más Varela como vocales, dará a conocer hoy, a las 11, la sentencia.

Los abreviados

El caso llegó a juicio luego de un intrincado laberinto judicial. En abril de 2015, la Fiscalía y las defensas anunciaron un acuerdo abreviado para catorce imputados que no fue homologado para todos. Los casos de Guille Cantero, Ema Chamorro y Gordo Vilches quedaron afuera. Firmaron abreviados, al final, once acusados: Celestina Contreras, madre de Guille y Monchi, recibió tres años por asociación ilícita y tenencia de arma de fuego. Hoy está procesada por narcotráfico en la causa Los Patrones. La misma pena fue para Mariano Ruiz, sindicado lavador; Norberto “Chino” González –estuvo imputado por el crimen del Fantasma Paz y luego terminó asesinado–; Ángel “Pibu” Villa (considerado lugarteniente de Guille); Hernán Bustos (colaborador de Monchi y procesado en Los Patrones), y el sargento de Delitos Complejos Juan “Chavo” Maciel, quien brindaba información a la banda. Juan Domingo Ramírez –conocido por una escandalosa fuga de la Jefatura– firmó tres años y medio de prisión. A 3 años condicional: Gisela y Miguel Vilches, Susana Alegre,  y el prefecto Luciano Ramos.

En el mismo acto se firmó una probation para cuatro, aunque una, Lorena Verdún, terminó en el juicio oral. Quedaron firmes las de Vanesa Barrios (pareja de Guille y procesada Los Patrones), Natalia Luna (pareja de Mariano Ruiz) y el mecánico Ariel Bortolotto. También se decomisaron 7 inmuebles y 55 vehículos.

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