Los sospechosos de integrar una banda que lidera René “Brujo” Ungaro desde la cárcel de Piñero fueron imputados este domingo, siete de ellos como integrantes de una asociación ilícita y un octavo por tenencia ilegal de armas, tras lo cual el juez Hernán Postma les dictó a todos la prisión preventiva por el plazo de la ley. Un dato curioso es que durante la audiencia imputativa que comenzó pasadas las 10 se acusó a Daniela Ungaro, hermana del Brujo, de ser la persona que negociaba con la comisaría 11ª protección e impunidad para sus negocios ilegales. Incluso, de ser la encargada de llevarle el dinero al jefe de la seccional. Pese a ello, ningún integrante de esa dependencia está bajo investigación. Se trata de ocho de los 13 detenidos durante los 40 allanamientos conjuntos –Justicia provincial y federal– realizados el jueves último con el objetivo de desarmar bandas de narcomenudeo que operan en el sur rosarino y cuya disputa ha dejado decenas de muertos en los últimos 25 meses. Ya había otra decena de acusados de integrar este grupo que une a los clanes Ungaro y Funes, tras el operativo Los Miserables encabezado por la Policía Federal de mayo de 2017 que produjo 33 procedimientos.
Los fiscales Gisela Paolicelli y Matías Edery acusaron a los detenidos de formar la asociación ilícita que lidera René Ungaro –recién este domingo fue acusado formalmente como jefe; cumple condena a 13 años de cárcel por el crimen del ex jefe de la barra de Newell’s, Roberto “Pimpi” Caminos en 2010–, y que está formada, además, por otros miembros. Algunos de ellos ya están detenidos, como Alan y Lautaro, alias Lamparita, Funes, imputados por homicidio, mientras que el padre de ambos, Jorge “Gordo” Funes, cayó en los operativos del jueves; antes, el 1° de enero pasado, salvó su vida de milagro al ser baleado en la localidad de Alvear. El fiscal Edery aclaró que hay otros integrantes en libertad a los que en algún momento se les dictará la orden de aprehensión. A Matías Ocampo, alias Mojarra y detenido este jueves, y Carlos Fernández, conocido como Pelo Duro y apresado a fines del año pasado, los consideran brazos armados de la organización. A otros, se los tiene como organizadores: daban las órdenes o distribuían las armas.
Las jefas mujeres
El papel de las mujeres implicadas es similar. A medida que fueron quedando detenidos los hombres, cambiaron su función dentro de la estructura: ejecutaban las órdenes que provenían desde el penal de Piñero, algo que los fiscales corroboraron a través de escuchas de las comunicaciones telefónicas que atravesaban los muros carcelarios, aseguran los fiscales. Entre ellas, figuran Brisa Amaral, de 18 años (vinculada con Lamparita Funes y única testigo del asesinato de Jonatan Funes), y Daniela Ungaro, de 50, ex esposa del sindicado narco Luis Medina, quien fue asesinado con su entonces pareja a fines de diciembre de 2013.
También fue acusado formalmente Jorge Funes, quien había sido mencionado como parte de la banda en imputativas anteriores aunque no tuvo orden de detención sobre su cabeza hasta el último jueves. Hizo uso de la palabra y aclaró que vive con custodia porque asesinaron a toda su familia. Y que está cargo de dos hijos menores (su esposa Mariela Miranda fue asesinada en marzo de 2016 y ya este año sus hijos Jonatan y Ulises corrieron la misma suerte) y que además tiene a su cargo a su nieta de 9 meses, ya que su hijo Alan y su nuera Jorgelina “Chipi” Selerpe están detenidos –acusados por un asesinato–. Dijo que está bajo una acusación injusta, ya que vive de su trabajo como transportista, y que no tenía orden de captura sobre él –se dictó luego de que no lo hubieran podido hallar, dice la acusación–, ya que la Fiscalía siempre supo dónde vivía porque tenía la custodia en la puerta: “Si me hubieran querido detener sabían dónde encontrarme”.
También fueron acusados este domingo Jeremías Arocha, conocido como Gordo Springfield, y Gastón Ragussa, el único que no está acusado de asociación ilícita sino de tenencia de armas.
No sólo drogas
Los fiscales dieron cuenta en su exposición de las escuchas telefónicas. Sostuvieron que de ellas también se desprende que la banda se dedicaba a robar, usurpar viviendas, y que no era su único cometido la venta de drogas: el viernes pasado fueron indagados tres hombres ante la Justicia federal por comercialización de estupefacientes y el próximo miércoles será el turno de Brisa Amaral y Daniela Ungaro.
Los fiscales provinciales también dan cuenta del número oficial de homicidios, 27, en el marco de una disputa con grupos rivales, una referencia al grupo integrado por los clanes Caminos y Segovia. Los Ungaro, afincados en barrio Grandoli, sostienen una disputa histórica desde hace once años con los Caminos, asentados en el lindero barrio Municipal, aunque ambas familias y la de Funes habían caminado juntas hasta 2007. Estos últimos debieron dejar barrio Municipal en 2013 tras romperse el vínculo que habían sostenido con los Caminos. El jefe de este clan es Alexis, preso por el crimen de Mariela Miranda. En los últimos años, los Caminos se aliaron con la banda de Los Monos y con el ex líder de la barra de Newell’s Rubén “Tubi” Segovia, asesinado días atrás en la cárcel de Coronda, cuando algo pareció romperse entre estos socios. Esta triple alianza tuvo por objetivo disputar barrio Tablada y otros sectores del sur de la ciudad contra los Ungaro –en la investigación de la Justicia federal se menciona a otros tres familiares directos del Brujo y Daniela– y los Funes.
Paolicelli y Edery explicaron que la acusación está basada en el análisis de algunas denuncias o actuaciones, información patrimonial e intervenciones telefónicas. Detallaron que, el 5 de abril del año pasado, la Policía Federal elevó un informe en el que dio cuenta cómo operaba la banda. Un grupo se dedicaba a robar y a la defensa del territorio. También, a usurpar viviendas. De hecho, tres de los operativos que se desarrollaron unos días después, el 26 de abril, fueron en viviendas usurpadas.
Los funcionarios judiciales aclararon que a partir de esa información, el 23 de mayo de 2017 se realizaron 33 allanamientos en el marco de un operativo llamado Los Miserables. Y que fue gracias al trabajo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, todo coordinado por la Procuraduría de Narcocriminalidad y con la colaboración del fiscal federal Claudio Kishimoto, que lograron establecer un cuadro de relaciones.
Territorio y usurpaciones
La fiscal Paolicelli también se refirió a que la banda buscaba copar el territorio y que usurpaba departamentos para instalar allí puestos de ventas de droga, sobre todo en las torres de calle Sánchez de Thompson (conocido como Fonavi de Lola Mora e Hipócrates). Y resaltaron los testimonios de varias de las víctimas usurpadas que dijeron que la banda “responde a René”
La fiscal dio cuenta de una escucha en la que Pelo Duro le decía a un tal Cristian: “A mí me la chupa, boludo, tengo como 50 denuncias. Si hay que cagarlos a balazos yo pongo mi auto, voy y los cago a balazos”.
Existe un audio en el que José María Cisneros (quien estuvo bajo investigación en este caso, conocido como Josema, sobrino del Gordo Funes y ya fallecido) dice: “Los Funes somos y acá mandamos nosotros. Qué te pensás que te vas a poner a vender droga gratis, vos. Sabés como te voy a dejar la casa, como un colador. Te falta mucho, nene”.
Las defensas
Los defensores de la mayoría de los acusados cuestionaron la figura de asociación ilícita. También que la causa no se tramite en el fuero federal directamente, ya que pesa sobre ellos la acusación de venta de estupefacientes. Cuestionaron además la estigmatización que pesa sobre los Funes, que fueron construidos por los medios de comunicación como los enemigos públicos.
“Esto es derecho penal del enemigo. Hay una violación de la igualdad ante la ley. Caemos en la figura de asociación ilícita que ha destrozado al Estado de Derecho. No cualquier conjunto de personas conforma una asociación ilícita”, sostuvo el abogado defensor de Matías Ocampo, Adrián Ruiz.
También las defensas cuestionaron la prisión preventiva, ya que Daniela Ungaro, Brisa Amaral y Gastón Ragussa no cuentan con antecedentes penales.
Facebook delator
Para establecer la relación entre los miembros del grupo, la Fiscalía hurgó en las cuentas de Facebook de los acusados, recalcó que la mayoría de los detenidos vive en un mismo pabellón de la cárcel de Piñero y, además, las conversaciones que mantenía Pelo Duro con Rana, el otro apodo de René. Detallaron que Pelo Duro es el novio de la hija de Daniela Ungaro –Solange C., también detenida el pasado jueves y ya indagada por la Justicia federal– y que en varias conversaciones aseguraba que “Rana no lo quería como sobrino”. De hecho Pelo Duro había sido detenido en la misma vivienda de la ciudad de Funes donde ahora apresaron a madre e hija.
Audios comprometedores
Los fiscales citaron conversaciones en la que habla otro de los detenidos, Ariel “Teletubi” Acosta, en la que da cuenta del reparto de armas. Incluso hablan del video que subieron a Instagram en el que Alan Funes dispara con una ametralladora a fines del año pasado. Luego Alan y su pareja, Chipi Selerpe, marcharon presos por el crimen de la hermana de Tubi Segovia, Marcela Díaz.
En una conversación con Pelo Duro, dice Teletubi: “Esa vez para el 31 tiramos, pero vamos vos, yo y el Mati. Los tres bajamos, le caemos allá a la casa de Pasqui, donde caímos con Lampa (por Lamparita Funes), y le damos con todo, cumpa. Te hago la segunda. Yo lo quiero partir a la mitad a Costeleta, o a uno bien piola de la Sexta”. Para los fiscales, “estos diálogos ven reflejados la operatividad de la banda”.
En otro audio leído en la audiencia por la fiscal Paolicelli, Pelo Duro le dice a Lamparita: “Pedile 100 gramos a René, vendemos con queratina y hacemos plata a full”. Y Lamparita le dice: “Por qué no se la compras a Aron, que es (quien la vende) más barata: sacamos 5 gramos para la fiesta”.
El día 17 de agosto de 2017, Lamparita y Pelo Duro se encontraban en la casa de la ciudad de Funes de Daniela Ungaro, donde escaparon al llegar la Policía, aunque finalmente a Pelo Duro lo detuvieron cuatro meses más tarde en esa casa, donde vive su novia.
De testigo a imputada
En el caso de Brisa Amaral, la joven domiciliada en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates a quien le incautaron municiones al ser detenida allí, trascendió en la audiencia que estaba en un programa de protección de testigos a raíz de que ella iba en el auto de Jonatan “Bam Bam” Funes cuando éste fue asesinado al salir de visitar a sus hermanos en la cárcel de Piñero, en ruta 18 y A012, a principios de febrero pasado. Uno de los atacantes le dijo, antes de marcharse: “Te dejamos viva para que cuentes lo que pasó”. Al día siguiente del crimen, dijo que fue perseguida por otro auto, desde el que le dispararon, cuando iba al velorio de Jonatan. Los fiscales dijeron que la chica salió de ese programa por decisión propia y, por lo tanto, no puede pedir ser admitida de nuevo.
Organigrama (según Fiscalía):
René Ungaro (Brujo): es el jefe de la organización. Tanto los testigos como las escuchas lo colocan en ese lugar.
Carlos Fernández (Pelo Duro): Brazo armado de la organización. Se ocupa de usurpaciones y venta de droga. Disparos contra diferentes civiles y policías.
Matías Ocampo (Mojarra): Brazo armado, ejecutor de las usurpaciones. Amenazas, abuso de armas.
Jeremías Arocha (Gordo Springfield): está acusado de integrar la organización y de portación de arma de fuego. También por evasión de la comisaría 11ª (el 1° de abril pasado) y encubrimiento (por haber sido apresado en una moto robada).
Jorge Funes (Gordo): Custodio de las armas y administrador del dinero. Lo acusan además de dos amenazas.
Daniela Ungaro (Dani): Es la encargada de acordar con la comisaría 11ª, llevarle dinero, proteger a los acusados, es decir “aguantarlos en su casa”. Y vender drogas.
Brisa Amaral: Provisión de armas y fraccionamiento de estupefacientes. Cuando los jefes originales caen detenidos, le delegan la organización del grupo.
Gastón Ragussa: no está integrado a la organización. Lo acusan de estar con dos de los prófugos en un departamento en el que había armas. Otros dos detenidos el último jueves fueron imputados por separado por el mismo delito de tenencia.