Tomás tiene 18 años. El viernes cobró su primer sueldo como albañil. Buscó a sus amigos e invitó la Coca en uno de los pasillos del Fonavi de Abanderado Grandoli al 4900. La alegría duró poco. Una ráfaga de ametralladora terminó con la vida de dos de sus amigos y lo dejó a él malherido. Tomás había jugado al rugby en Botines Solidarios, su paso por allí le abrió las puertas a un deporte que le hizo conocer la cancha de Universitario. Si bien hace unos dos años que ya no estaba con Botines, era muy cercano a muchos de los pibes que aún juegan en la cancha.
Hoy Tomás pelea por su vida en UTI del Hospital Provincial. En las redes sociales no cesan los alientos, los pedidos de dadores de sangre y las cadenas de oración. Incluso algún mensaje le pide a Lucas, el pibe que falleció la madrugada del lunes, que le dé una mano y lo ayude a salir adelante.
Tomás supo participar en Botines Solidarios, una institución sin fines de lucro que acerca el rugby a los barrios más periféricos y entiende el deporte como una herramienta de inclusión social. Era un deporte que no se jugaba en el barrio, todo era fútbol. Para los organizadores es un deporte que fija valores, inclusión, pertenencia y brinda contención. Para este sábado estaba organizado un encuentro de rugby en el Parque del Mercado, “fue un día muy emotivo” contó una fuente. Es que los pibes decidieron, como una forma de torcer el destino y demostrar que hay otra manera de vivir en el barrio, que quieren una oportunidad.
La pelota pica cerca de muchos de los jugadores. Son parientes, conocidos o amigos los que engrosan la larga lista de los muertos en el barrio.