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Para el FMI es culpa de la sequía que sufrió el campo

La directora del Fondo Monetario, Christine Lagarde, le manifestó su “respaldo” al gobierno de Mauricio Macri, del cual dijo que debe acelerar el “ajuste fiscal” por las condiciones financieras internacionales y el daño de la producción agrícola.

 

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, sostuvo este viernes que la Argentina tiene responsabilidad “integral” en el programa de estabilización de la economía a aplicarse con la ayuda de un crédito de ese organismo multilateral y destacó que el país cuenta con su “pleno respaldo”. La funcionaria explicó que la Argentina está “enfrentando una volatilidad financiera significativa, en parte debido a la constricción de las condiciones financieras internacionales y también tras la sequía que dañó la producción agrícola nacional”, por lo que el gobierno de Mauricio Macri es consciente de que debe “calibrar el ritmo del programa de reforma, incluido el ajuste fiscal”.

Al presentar formalmente el pedido de la Argentina ante el Directorio del organismo, Lagarde sostuvo que el programa económico a aplicar será “integralmente concebido por el presidente Macri y su gobierno”.

En un comunicado, Lagarde señaló que el crédito se destinará al “restablecimiento de la confianza de los mercados a través de un programa macroeconómico claro que reduzca las necesidades de financiamiento y encauce la deuda pública, y la protección de los estratos sociales más vulnerables durante esta transición”.

“Estos objetivos cuentan con nuestro pleno respaldo”, aseguró la directora del FMI, quien al volver a apoyar la política económica del gobierno dijo que la Argentina “ha estado dedicada a una transformación fundamental y positiva de la economía”.

Dijo que el gobierno descartó una política de shock porque tiene una “comprensión clara de que ese enfoque acarreaba ciertas vulnerabilidades y un fuerte impacto social”.

“Aunque muchas políticas han procedido con rapidez, el gobierno también ha sido consciente de la necesidad de forjar y mantener el consenso social al calibrar el ritmo del programa de reforma, incluido el ajuste fiscal” para no generar impacto social con las medidas, señaló.

La funcionaria explicó que la Argentina está “enfrentando una volatilidad financiera significativa, en parte debido a la constricción de las condiciones financieras internacionales y también tras la sequía que dañó la producción agrícola nacional”.

Lagarde informó que le transmitió al Directorio Ejecutivo “la intención de las autoridades argentinas de solicitar un acuerdo stand-by de acceso excepcional que sustentaría su programa económico”.

Para acceder a un préstamo stand by al FMI, el país que lo pide “acuerda ajustar sus políticas económicas para superar los problemas que lo llevaron a tener que pedir financiamiento en primer lugar”.

Para el FMI, la sequía y las condiciones del mercado internacional llevaron a que la Argentina pidiera el préstamo, aunque no aclaró sobre plazos y cifras que tendrá el financiamiento que se otorgará.

Lagarde señaló que el organismo busca una “rápida culminación” de las negociación para liberar el crédito que pidió el país.

 

“Pragmatismo”

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, justificó la decisión de acelerar el ritmo de ajuste de las cuentas públicas, al señalar que “el gradualismo es hijo del pragmatismo” y que “si las condiciones internacionales cambian, debemos cambiar”.

“Hay algo más importante que el gradualismo. Esta gestión tiene un programa muy definido. Y el gradualismo es hijo de algo superior, que es el pragmatismo. Este es un gobierno pragmático que vio que en 2016, habiendo heredado desequilibrios, sabiendo del costo social de remover los controles de capitales y dejar flotar la moneda, era muy difícil avanzar rápido con lo fiscal hasta que no se restableciera el crecimiento”, afirmó Dujovne. “No hay un dogma que nos impida movernos: si las condiciones internacionales cambian, debemos cambiar para seguir obteniendo resultados”, expresó.

 

Vidal: “No fuimos claros para contar que íbamos a una crisis”

La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, afirmó que el oficialismo no puede “pedirle a la gente más esfuerzo” si no existen “señales contundentes” de su parte, al tiempo que reconoció que en 2015 no fueron “lo suficientemente claros para contar” que se iba “camino a una crisis”.

“No podemos pedirle a la gente más esfuerzo si nosotros no damos señales contundentes”, resaltó Vidal.

La mandataria provincial se sumó a la autocrítica que hizo el pasado miércoles el presidente Mauricio Macri en conferencia de prensa y señaló: “No fuimos lo suficientemente claros para contar que en 2015 íbamos camino a una crisis”.

“Sí, tuvimos dificultades, pero sabíamos que podían aparecer con el camino que elegimos”, expresó la gobernadora, luego de semanas de tensión tras el pedido de asistencia financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la suba del dólar. En declaraciones al canal TN, Vidal agregó que “la mesa chica” del gobierno “está sobreestimada” respecto a la toma decisiones.

 

Ahora complica “el exceso de agua”

Los excesos climáticos podrían cobrarse daños de hasta 700 mil toneladas de soja en la Región Núcleo, según consignó la Bolsa de Comercio de Rosario. Cuatro semanas con alta humedad y temperaturas, más de 100 milímetros en los primeros 10 días de mayo tras los excesos de abril, provocan temor a que se repita el escenario de la cosecha de abril del 2016, que arrojó magros rindes. La campaña 2017-2018 es para el olvido, a mediados de abril, cuando las lluvias habían regresado luego de cuatro meses de sequía, el clima empezaba a dar señas de poner fin a la peor sequía de los últimos 50 años. Pero las precipitaciones no se detuvieron y ahora son una amenaza.

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