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Proveedores de Los Monos vuelven a la cárcel

Una mañana de domingo, un lustro atrás y en Santa Fe al 2600, la Policía cortó el paso a una carga de 263 kg de marihuana tras un tiroteo. Los investigadores contaron que la droga era para el clan Cantero. Los detenidos son hermanos oriundos Itatí y la Justicia Federal les revocó las excarcelaciones

 

La sala I de la Cámara Federal de Casación Penal revocó la excarcelación de un correntino de 36 años, quien junto con su hermano protagonizó en 2013 un tiroteo con efectivos de la Policía de Santa Fe en pleno centro de Rosario una mañana de domingo. Los uniformados les habían descubierto un cargamento de 263 kilos de marihuana en Santa Fe al 2600. Para los investigadores, la dupla proveía de cannabis paraguayo a la banda de Los Monos. También los hermanos están sindicados en la causa conocida como Operativo Sapucay, a cargo del juez federal porteño Sergio Torres, en la que el ex intendente de Itatí, Natividad Terán, su vice Fabio Aquino y otras 24 personas irán a juicio oral por tráfico de marihuana desde la provincia de Corrientes a la capital del país y otras siete provincias.

A finales de junio de 2013, al personal de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones de la Policía provincial le llegó el dato de que ese fin de semana una banda iba a desembarcar cientos de kilos de marihuana en Rosario. La información era precisa: iban a llegar en tres autos (un Honda Accord, un Volkswagen Bora y un Renault Logan) desde la localidad correntina de Itatí. Los investigadores tenían como objetivo el Bora, debido a que estaba sindicado como el que llevaba la carga. En el Bora iba una pareja. Se registraron el sábado 29 de junio de ese año en el hotel Garden de Callao al 200. Por orden del entonces titular de la Fiscalía Federal N° 2, Juan Patricio Murray, los policías de la ex Digedrop montaron un operativo de vigilancia hasta el domingo, cerca de las 10, cuando los vieron salir de la cochera. Los investigadores los persiguieron y en el cruce de Jujuy y avenida Francia, los del Bora se encontraron con los otros dos vehículos que les habían mencionado: el Accord y el Logan. Los tres vehículos emprendieron la marcha hacia el sur. En el cruce de Córdoba y Suipacha, los uniformados intentaron identificar al conductor del Honda y recibieron como contestación una lluvia de disparos. Los investigadores respondieron y los tres vehículos escaparon en diferentes direcciones. En medio de la fuga tres policías de la sección Inteligencia Zona Sur fueron atropellados por los sospechosos, aunque sus heridas no fueron de gravedad.

 

Foto: Archivo Marcelo Berger

El Honda azul oscuro avanzó una cuadra por Suipacha y dobló por Santa Fe en contramano. Hizo tres cuadras y media hasta que, a la altura del 2600 de Santa Fe, chocó contra un auto estacionado. Antes de que la Policía llegara a ese lugar, el conductor –al que luego los investigadores identificaron como Rubén Tabares– huyó. “Nos llamó la atención que la rueda de auxilio estuviera en el asiento trasero, por lo que abrimos el baúl”, explicó uno de los uniformados para agregar que encontraron ocho bolsas que en su interior contenía 275 ladrillos de marihuana compactada que llegó a un total de 263,665 kilos.

 

El Bora

 

La pareja del Bora gris intentó escapar en dirección al oeste. Un patrullero los encontró en el cruce de Montevideo y bulevar Avellaneda. Los detuvieron y fueron identificados como Valeria Ratti, de 24 años, y Darío “Laco” Tabares, entonces de 31 y hermano de Rubén, ambos oriundos de la localidad de correntina de Itatí. Dentro del auto tenían 8.100 pesos en efectivo y varios celulares.

Los cuatro ocupantes del Renault Logan consiguieron escapar. “Está chocado adelante y atrás, por lo que sería fácil reconocerlo”, explicó un investigador en esa oportunidad, aunque nunca fueron apresados.

Laco y la joven, así como la droga, vehículos y el resto de los elementos incautados quedaron a disposición del Juzgado Federal Nº 4 a cargo de Marcelo Bailaque y la Fiscalía Nº 2.  Tiempo después lograron apresar al hermano de Laco: Rubén Tabares, entonces de 33 años.

Los hermanos fueron procesados con prisión preventiva por el delito de transporte de estupefacientes.

Foto: Archivo Marcelo Berger

Para la Justicia Federal, Laco era el encargado de la logística, proveedor y vendedor de sustancias ilegales y controlaba los movimientos de las fuerzas policiales o de seguridad. Esta imputación no sólo quedó en evidencia con la causa de Rosario. Ya en 2011 había sido procesado por la Justicia federal de Paraná junto a un policía, íntimo amigo, por un cargamento de casi 10 kilos de marihuana interceptado por Gendarmería en Chajarí, Entre Ríos. El transporte de la carga estaba en manos de un policía correntino, quien se apegó a la figura del arrepentido y prendió el ventilador. Por esos datos, llegaron a Laco, quien por ese tiempo tenía junto a su ex pareja una empresa de transporte llamada Virgen de Itatí, en referencia a la localidad lindera con el río Paraná, fronteriza con el Paraguay, donde vivía.

Proveedores de Los Monos

Por ese tiempo, los pesquisas manejaban la hipótesis de que el destinatario de la marihuana era el clan Cantero. Incluso, dentro del Honda, los uniformados habían encontrado un mapa y su destino era la zona sur de Rosario. El 2013 fue una bisagra para el clan Cantero, que se reacomodaba luego del crimen de su líder, Claudio “Pájaro” Cantero, ocurrido el 26 de mayo en la puerta de un boliche de Villa Gobernador Gálvez, cuya represalia dejó cerca una docena de muertos.

Foto: Archivo Marcelo Berger

De regreso a prisión

Pasaron cuatro años y la defensa de Laco pidió la excarcelación. En julio del año pasado la sala B de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario le concedió la libertad. El fiscal federal general Claudio Palacín se opuso al recurso de Casación, el cual fue denegado el 6 de septiembre. Esto motivó su consecuente recurso de queja, que sí fue admitido por la Cámara Federal de Casación Penal. En su presentación, el máximo representante del Ministerio Público Fiscal local consideró que “la resolución impugnada no constituye una derivación razonada del derecho vigente. En este caso indican claramente el rechazo del beneficio liberatorio, debido a que pone de manifiesto la peligrosidad del imputado, por lo que lo decidido en esta etapa del proceso lesiona, definitivamente, los principios de legalidad y razonabilidad”, argumentó Palacín.

Fue en ese marco que, el 17 de mayo pasado, la sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, integrada por Eduardo Riggi, Ana María Figueroa y Liliana Catucci, concordó hacer lugar al recurso interpuesto por el fiscal Palacín y anular la resolución de la sala B de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario y, previo paso por dicho tribunal, disponer lo necesario para que el imputado apodado Laco “sea puesto a derecho”.

Rubén, el hermano mayor de Laco, también había conseguido la excarcelación y estuvo en libertad hasta el 14 de marzo de 2017, cuando el juez federal de Comodoro Py Sergio Torres dirigió el Operativo Sapucay, luego del cual el ex intendente de Itatí, Natividad Terán, su vice Fabio Aquino y otras 24 personas irán a juicio oral por tráfico de marihuana. Los hermanos Laco y Rubén fueron involucrados en esta causa del Juzgado Federal Nº 12 de Buenos Aires, tribunal que luego absorbió otros expedientes originados en Corrientes. Torres les endilgó el hecho de haber intervenido en el tráfico de marihuana desde la provincia mesopotámica a la capital del país y otras siete provincias, incluyendo Rosario como Los Monos como sus compradores.

Rubén cayó al mes siguiente, el 10 de abril de 2017. Los investigadores de la Federal sabían que su abuela vivía en el Sector 19 del barrio Güemes de la capital correntina. Montaron vigilancia, ya que tenían el dato de que se estaba escondiendo ahí. Llegar a esa conclusión no fue muy difícil ya que en esa misma casa se había refugiado su hermano Laco en otras oportunidades. Ese día, los federales lo vieron salir junto a su familia hasta un shopping de la zona. Cuando salió, lo detuvieron. Tres meses después y casi en la misma fecha en que su hermano fue liberado, la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario le otorgó la excarcelación, y Rubén volvió a Itatí. Este fallo fue apelado por el Ministerio Público Fiscal al entender que existía riesgo procesal, peligro de fuga y altas posibilidades que el imputado continúe con las actividades de narcotráfico. Fue en ese marco, que el 29 de diciembre pasado, la sala I de Casación revocó la decisión anterior, y ordenaron detener inmediatamente al sospechoso. En los primeros días de este año, los uniformados que trabajan en la Agrupación III Corrientes de la Gendarmería Nacional fueron hasta Itatí, y tras hacer tareas de vigilancia, lo detuvieron y trasladaron a Rubén hasta Rosario. Su hermano, dijeron fuentes del caso, continúa prófugo.

La escucha de Laco en el Operativo Sapucay  

En abril de 2015, agentes de la División de Inteligencia Criminal de Prefectura detectaron movimientos sospechosos de personas en la zona de islas ubicadas en el límite fronterizo argentino-paraguayo, cercanas a las localidades correntinas de Itatí y Paso de la Patria.
Las observaciones se hicieron sobre las islas Caá Vera o Collar de Ajo, en cercanías del Paraje Guayu. Los espías establecieron que los sospechosos serían lugareños y se llamaban por apodos. Comenzaron a registrar los sobrenombres de Negro, Teo, Nalga, Huguito, Gallo, Flaco, Lucho, Cacho, Perro y Morenita, entre otros.
Los desplazamientos por el río se hacían utilizando utilizando embarcaciones deportivas con motores de gran potencia de máquina de 200, 250 y 300 HP).
Al avanzar la investigación, los agentes consiguieron algunos números de teléfonos celulares que permitió profundizar la tarea y sumar otros números. Con autorización judicial, se permitió escuchar las conversaciones en tiempo real, algunas de ellas en guaraní.
Las escuchas telefónicas comenzaron en junio de 2015. De esa manera establecieron que un tal Teo se comunicaba con un tal Laco y hablaban de la compra de pescados. Los efectivos consideraron que “pescados” reemplazaba a la palabra “marihuana”. En agosto de ese año sumaron más líneas telefónicas para escuchar, tarea autorizada por la Justicia federal.
Los investigadores determinaron que Laco era Darío Héctor Oscar Tabares, encargado de la logística y proveedor de la marihuana, además de controlar los movimientos de las fuerzas de seguridad y policial. Otra de las líneas era utilizada por quien resultó jefe de una de las tres bandas de Itatí: Carlos Bareiro, a quien llamaban Cachito, Cacho o Patrón, quien fue detenido un año después de comenzada la investigación, en abril de 2016.

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