Los sacerdotes y obispos de las villas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano se pronunciaron este viernes a favor de la «presencia, pero sin excesos» de las fuerzas de seguridad en los barrios, y advirtieron que «debe haber un cambio en las actitudes y acciones agresivas, físicas y verbales».
Con el título «La violencia institucional genera más inseguridad en nuestros barrios», los sacerdotes -encabezados por el obispo auxiliar y vicario para la pastoral en villas de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara y el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge García Cuerva- advirtieron hoy en un documento sobre los «excesos» de las fuerzas de seguridad en las villas y barrios carenciados.
«Como en otros ámbitos, debe mejorar considerablemente la presencia del Estado; vemos bueno que las fuerzas de seguridad estén en nuestros barrios, pero creemos que se deben corregir los errores, no con parches pasajeros sino con profundidad: debe haber un cambio en las actitudes y acciones agresivas, sean físicas o verbales», dice el texto.
Los curas villeros adjudicaron esos «errores» a «fallas en la formación» de los agentes y a «cierto aire de habilitación e impunidad que los lleva a obrar de esa manera», en un contexto en el que -muchas veces, dijeron- «se criminaliza más a los jóvenes cuando son pobres».
«En el supuesto caso de que algún joven tenga conductas atrevidas, el Estado no puede ponerse al mismo nivel, debe actuar respetando siempre la sagrada dignidad de toda persona», argumentaron, y subrayaron: «No puede ser que los que deben cuidar a nuestra gente sean los mismos que los agreden, a veces con mucha violencia y llegando incluso al gatillo fácil».
En el documento, los sacerdotes reseñaron que, «tras haber denunciado durante años la ausencia del Estado en villas y barrios carenciados», hoy la presencia de las fuerzas de seguridad es «en muchos casos insuficiente» y en otros «ineficaz y desordenada».
«Es inseguridad no tener vacante en las escuelas, no poder acceder a una atención de salud adecuada, no tener oportunidades laborales; detrás de cada chico o joven en la calle suele haber una madre o un padre desocupado», plantearon.
Por eso, para los clérigos, «corresponde al Estado garantizar la seguridad en todos los aspectos».
Además, evaluaron que «no ayuda» a la problemática de violencia institucional la postura de «cierta opinión pública que mide con la misma vara lo que hace un chico o joven castigado por la exclusión y el procedimiento de un trabajador de las fuerzas de seguridad que representa al Estado».
La carta lleva las firmas también de los sacerdotes José María Di Paola, de Villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita (diócesis de San Martín); de Lorenzo de Vedia, Carlos Olivero y Gastón Colombres, de las villas 21-24 y Zavaleta (arquidiócesis de Buenos Aires); de Juan Isasmendi, Eduardo Casabal e Ignacio Bagattini, de la Villa 1-11-14 (arquidiócesis de Buenos Aires), entre otros.