«Es un momento muy importante y tengo muchas expectativas dado que Marcela Noble Herrera puede llegar a ser la nieta que busco desde hace 34 años», dijo a Télam Mariani, que por la información y los testimonios que recopiló a lo largo de su búsqueda mantiene esa esperanza.
Mariani confía en los resultados de los exámenes de ADN que comenzarán a realizarse en el Banco Nacional de Datos Genéticos este lunes por orden de la jueza Sandra Arroyo Salgado, y que se cotejarán con todas las muestras de familiares de desaparecidos y no sólo con dos familias como pretendía la defensa de Ernestina Herrera de Noble.
Para Mariani, los años de búsqueda de su nieta «fueron muy penosos”, y señaló que a partir del cambio de la causa a manos de Salgado «tengo esperanzas que salga a la luz la verdad con las auténticas pruebas que se tomaron”, apuntó sobre las muestras obtenidas en prendas personales de Marcela y Felipe Noble Herrera el pasado 28 de mayo.
Sobre los cuestionamientos de la defensa acerca de la idoneidad del Banco Nacional de Datos Genéticos, Mariani interpretó que «es una acción muy turbia de quienes quieren derribar todo lo que existe para que no se pueda llegar a la verdad».
«Nosotras no queremos recibir un nieto que no sea nuestro», y recordó que «fuimos las abuelas las que luchamos para crear el Banco Nacional de Datos Genéticos».
«Luchamos, buscamos y creamos el Banco para que no nos fueran a entregar chicos que no eran de nuestra sangre» aclaró, y enfatizó: «yo busco a mi nieta, no a Marcela, y si es así, habrá terminado mi lucha y mi trabajo, pero nadie pretende apropiarse de ellos».
Mariani remarcó que el caso judicial «se convirtió en una maraña horrible” y que «es injusto que (a Felipe y Marcela) se los siga privando de querer saber la verdad», porque considera que «en su fuero interno, van a querer saber la verdad, como es lógico y humano».
En ese marco, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, aseguró que las trabas puestas por la defensa de Ernestina Herrera de Noble «han significado una tortura psicológica para mucha gente, y entre ellos para los que tenemos nietos desaparecidos y seguimos buscando en paz y con justicia, no con mentiras y tergiversaciones”.
Convencida que llegan horas decisivas, Mariani imagina un posible encuentro con quien sea su nieta: «La miraría a los ojos profundamente y la tomaría de las manos, nada más», concluyó.