Se terminó el sueño mundialista para la selección nacional. Después de la derrota ante Francia por 4 a 3, se pegan la vuelta de Rusia. Un equipo que desde las eliminatorias no tuvo rumbo. Con un entrenador que probó y cambió esquemas, nombres y tácticas. Todos fracasaron. Tampoco sirvió de mucho tener a uno de los mejores jugadores en la cancha. Y, tal vez, eso es lo que más duele o hace ruido. ¿Cómo no supimos aprovecharlo? No se entiende cómo puede ser que Jorge Sampaoli no haya puesto ni un minuto a Giovani Lo Celso, figura en el PSG, o que Paulo Dybala fuera espectador de lujo en el banco.
La temprana eliminación y el nivel futbolístico demostrado en suelo ruso es consecuencia de la mala administración que tiene, desde hace tiempo, la Asociación de Fútbol Argentino.
La Selección perdió ante un rival que demostró desde el primer minuto estar más ordenado y tener en claro su objetivo. Por eso hoy festeja Francia. Pero la clasificación a cuartos no es lo único que celebra este 1º de julio. Se cumplen 43 años desde que las mujeres francesas pueden decidir en libertad sobre sus propios cuerpos.
En 1975 y gracias a Simone Veil, una sobreviviente de los campos de concentración nazis que en aquel entonces era ministra de Salud, se aprobó la ley de interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 10 (en el 2001 se extendió a la 12).
Simone Veil falleció en julio del 2017 y, desde hoy, sus restos serán trasladados al Panteón (mausoleo ubicado en París). Se convertirá así en la quinta mujer en ingresar en el que ya se encuentran otras figuras de la historia francesa como Sophie Berthelot, Marie Curie, Germain Tillion y Genevieve De Gaulle-Anthonioz.
Porque a pesar de la tristeza de no haber podido clasificar a cuartos –como dice Jorge Valdano, «el fútbol es lo más importante entre lo menos importante»–, ahora la Argentina juega otro Mundial.
Es el 8 de agosto, cuando el Senado trate en el reciento la ley para que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Para que dejen de morir mujeres en abortos clandestinos, para que podamos mandar sobre nuestro propio cuerpo, para tener educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.