Este jueves a la noche un vecino de barrio Belgrano encontró un bebé de dos días en la calle. Estaba vestido, envuelto en una manta y al lado había un bolso verde con abrigo. Después del llamado a la Policía, los médicos del Sies lo llevaron a la Maternidad Martin, donde lo revisaron e informaron que estaba en buen estado de salud. Horas después, la mamá llegó al hospital y desde el gobierno provincial dijeron que evaluaban el caso. Apenas se conoció la noticia el foco estuvo puesto en que el bebé estaba en un contenedor de basura. Algunos medios decían al lado, otros adentro, pero ninguno omitía el detalle. A la mañana siguiente durante el móvil en vivo desde el hospital la subdirectora Marcela Abello aprovechó el aire y aclaró: “No estaba en un contenedor, estaba al lado de un contenedor. No es lo mismo dejar al lado cuando vos no querés lastimar”. El video llegó a las redes sociales y en pocas horas tuvo más de 40 mil reproducciones. En los comentarios la profesional de la salud recibió insultos y elogios de todo tipo. Para unos la diferencia no existía; para otros era un mensaje al periodismo de precaución y respeto en la construcción de los mensajes. “Con este tipo de noticias se crea una idea de la mala madre. Solemos opinar y juzgar sin pensar en las condiciones en las que se toman determinadas decisiones”, dijo Abello en diálogo con El Ciudadano.
Marcela Abello llegó a la Maternidad hace casi 30 años cuando todavía era estudiante. Hace un mes asumió como subdirectora. Es obstetra y es reconocida por su trabajo desde la visión del parto respetado y el acompañamiento de la maternidad con una perspectiva de derechos. Al iniciar la entrevista con este diario explicó que no daría detalles del caso del bebé encontrado el jueves por la privacidad de la familia y la confidencialidad profesional.
—¿Por qué sentiste la necesidad de aclarar dónde había sido encontrado el bebé?
—Un bebé que está lejos de la madre está en riesgo, pero no es lo mismo dejar adentro de un contenedor que al lado. Y tampoco es lo mismo en lo discursivo porque la basura tiene una connotación particular. Este tipo de noticias despierta opiniones y juicios sin saber cuáles son las condiciones en que pasaron las cosas. Como mujer estoy en una posición en la que mis problemas son distintos a los de otras mujeres y me gustaría que todos pensemos en ponernos en los zapatos del otro. Hay mujeres que no tienen la posibilidad de llegar a una maternidad planificada o a una crianza determinada. Lo social define las decisiones que tomamos. No me gusta que una mujer sea juzgada de antemano. Primero porque en este caso lo que sabemos es que alguien dejó al bebé en un lugar y no sabemos quién es ese alguien. Y segundo porque si hubo una situación intensa emocional hay que trabajar sobre eso. No tenemos datos de si fue ella o si fue alguien. Estamos preservando la situación emocional de una mujer que hay que respetar. Interviene el Estado y definirá qué es lo mejor para el bebé y para la mamá.
—¿La noticia de un bebé encontrado en la calle suele ser asociada a la idea de una mala madre?
—Sí, este caso me puso a revisar notas periodísticas de otros casos similares y suele aparecer esa idea. El nacimiento y el puerperio son hechos intensos para las mujeres. En el hipotético caso de que sea la madre la que haya puesto al bebé en ese lugar tenemos que pensar en cómo llegó a esa situación. Hay que tener una solidez y unos ovarios para llevar adelante una maternidad como también hay que tenerlos para tomar la decisión de dejarlo. Hay una cuestión de la que no se habla que es como se siente la mujer cuando hace algo y es el sentimiento de culpa. Venimos de un sistema patriarcal y de generaciones en las que sentimos culpa por el deber ser madres. No es una mala madre. Es una mujer que en una determinada situación no pudo ejercer un rol.
—¿La maternidad es pensada como un acto que sólo se mueve por el amor?
—Hay mujeres que no tienen la posibilidad de quedar embarazadas y entran en el sistema de adopción, que es un acto de amor inigualable. Las personas que socorrieron al bebé también hicieron un acto de amor enorme. En los hospitales aprendimos a ser muy amorosos en el socorrer. Y también está la decisión de una mujer de no ser madre y eso también es amoroso. El concepto de amor tiene que ser más amplio. Crecemos con mandatos que nos dicen que por ser mujer hay que ser madre. Y las mujeres somos madres de la manera que podemos. Hacemos lo que podemos en las condiciones de vida que nos tocan hoy y en la emoción que nos toca hoy. Lo hacemos solas, acompañadas o como sea y decisión es un acto de amor. Dejarlo abrigado para que otro lo cuide es un acto de amor porque lo pudo hacer de esa forma. A lo mejor no es la forma de otro, que hubiera tocado el timbre o hubiera hecho otra cosa. Pero creo que cada decisión es un acto de amor a pesar de que no parezca.
—Hoy la idea de la maternidad como destino está en debate con el proyecto Interrupción Voluntaria del Embarazo que se discute en el Senado ¿Qué opinás como obstetra?
—El acompañar a las mujeres significa acompañarlas también en las decisiones de no ser madres. No todas las mujeres tenemos que ser madres. Hay circunstancias y momentos en los que no queremos serlo. Obviamente que hay médicos no pueden acompañar por una cuestión propia. Pero también tiene que haber médicos que podamos acompañar decisiones tan fuertes como esas porque no hay que juzgar ni llamar a la clandestinidad. Se necesita una ley para tirar abajo la clandestinidad. Hay mujeres que no saben lo que hacen para deshacerse de un embarazo y corren riegos. Y no queremos riesgos para las mujeres.