Fue el lunes último. Tiziano tiene dos años y estaba con sus abuelos cuando, en un descuido, tomó un frasco con nitrato de plata, una sal que se utiliza como medicamento de uso tópico –sobre la piel– pero es altamente tóxico si se lo ingiere. El pequeño lo tomó y enseguida comenzó a gritar y a manifestar los signos de intoxicación. Lo trasladaron enseguida a un centro de salud nicoleño donde, al notar la gravedad de las lesiones internas, lo derivaron al Hospital de Niños Zona Norte de Rosario, en barrio Arroyito y que depende de la provincia de Santa Fe. Allí quedó internado en estado reservado.
El niño alcanzó el frasco que estaba en una de las habitaciones de su casa, remanente de un tratamiento ginecológico prescripto en 2007. Apenas tomó un trago, empezó a llorar y largar espuma por la boca por las quemaduras de la sal en el esófago y el estómago. Su abuela pidió a un vecino que los traslade en su camioneta hasta un hospital local. Al rato, su madre tomó el recipiente con la sustancia y se lo entregó a los médicos de guardia para que accionen con los protocolos establecidos según sea el tóxico. A esa altura, Tiziano ya vomitaba sangre, contó la madre, Belén Aguilar, al diario nicoleño El Norte.
«La verdad es que pensaba que estaba perdido y ni sabíamos donde estaba o que estaba ahí», dijo la mujer sobre el nitrato de plata que tomó su hijo. Desde el hospital local, después de las primeras acciones, llamaron a una ambulancia para trasladar al pequeño hasta Rosario.
Tiziano quedó internado en el Hospital de Niños Zona Norte para controlar la evolución de las quemaduras sufridas.
