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Legalización del aborto: el Senado «prorrogó» la aprobación

Fueron 38 los legisladores que votaron contra el texto que llegó con media sanción de Diputados, frente a los 31 avales que recibió en la votación de las 3 de la madrugada. Quienes impulsaron la iniciativa confían en que más temprano que tarde sea ley por el consenso social alcanzado

No fue una sorpresa: cerca de las 3 de la madrugada de este jueves, la votación en el Senado terminó con un rechazo al proyecto que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo. El debate insumió más de 17 horas, al cabo de las cuales 38 legisladores se pronunciaron contra el texto que había llegado con media sanción de los diputados. No alcanzaron los 31 que lo avalaron para convertirlo en ley, pero ni ellos ni los cientos de miles de mujeres −y también hombres− que con sus pañuelos verdes acompañaron la sesión en la avenida de Mayo, a metros del edificio del Congreso y debajo de la lluvia, lo vivieron como una derrota. Apenas, como una prórroga de la sanción legal que, más temprano que tarde, coincidieron, se va a dar porque confían en que ya ganaron la aprobación social.

38 votos en contra, 31 a favor, dos abstenciones y una ausencia

El resultado de la votación llegó más tarde que lo previsto. La mayoría de los senadores excedieron el tiempo estipulado para las exposiciones, de 10 minutos en general y 30 para los presidentes de bloque. La vicepresidenta de la Nación y presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti, esgrimió razones de seguridad inquietantes y, por lo que se vivió en la calle, gratuitas en su intento de apurar el debate. Se quejó de los legisladores y hasta cometió el exabrupto de llamar “pelotudo” al presidente del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff, quien había insistido con la necesidad de flexibilizar los minutos de exposición dada la trascendencia de lo que se discutía. El micrófono abierto le jugó una mala pasada y todos escucharon el insulto de quien estaba al frente de la sesión y perdió la calma reiteradas veces.

Para la marea verde, el aborto ya es ley

Fueron 69 de los 72 senadores los que fijaron posición respecto del texto en debate. Dos se abstuvieron. Uno de ellos es el santafesino Omar Perotti, quien había presentado un proyecto alternativo que pidió sin éxito considerar tras la votación de la iniciativa original, cuyo rechazo se daba por descontado. La neuquina Lucila Crexell es la otra legisladora que sostuvo el «ni» y, también, puso a consideración un texto propio. María Eugenia Catalfamo, representante de San Luis, adelantó su voto a favor de la legalización del aborto pero se excusó de estar presente en razón de su embarazo. Esa legisladora fijó posición contraria a la de sus compañeros puntanos, Adolfo Rodríguez Saá y Claudio Poggi.

Santafesinos: una a favor, uno en contra y otro que se abstuvo

El radicalismo, como bloque partidario, fue el que mayor proporción de integrantes aportó para el rechazo: 9 de los 12 de la bancada votaron por el No. Su socio en Cambiemos PRO mostró mayor heterogeneidad: 5 en contra y 4 a favor. En general, la coalición oficialista sumó 17 votos por la negativa y 8 en su apoyo. El interbloque peronista Argentina Federal, que comanda Miguel Ángel Pichetto, aportó 12 votos a favor, incluido el de su jefe, 11 en contra y la abstención del santafesino Perotti. El Frente para la Victoria-PJ fue el de apoyo relativo más firme al proyecto, con 8 voluntades a favor que incluyen la de la ex presidenta Cristina Fernández y sólo una de rechazo, la de la rionegrina Silvina García Larraburu, que cambió su postura días antes del debate. El Interbloque Federal aportó 3 votos en contra, 1 a favor y la abstención de la neuquina Crexell, con propuesta alternativa. Las bancadas menos numerosas, en general, se pronunciaron sin fisuras internas por el No. Las excepciones fueron Pino Solanas y Magdalena Odarda, de fuertes discursos a favor de la legalización.

Un largo camino

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La avenida de Mayo fue el escenario, en una jornada de lluvia, frío y viento, de los acompañamientos masivos a las posturas que pugnaban dentro del recinto. Una marcada diferencia de número a favor de los pañuelos verdes, que casi triplicaron la presencia de los celestes, pintó el paisaje. Una valla separó a los manifestantes de uno y otro lado, pero la coexistencia no quedó marcada por ningún incidente significativo. Quienes llegaron para respaldar el proyecto en debate supieron desde temprano que los números no daban, pero así y todo expresaron su alegría por haber llegado a esa instancia. Confiaron, en general, en que la lucha iniciada hace 13 años dio sus frutos y hay una masa crítica de convencimiento social respecto a sacar de la clandestinidad una práctica que ya nadie se atreve a negar y produce, por las condiciones precarias a la que acceden las mujeres sin recursos económicos, una alta tasa de mortalidad.

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Un santafesino en cada posición

Los legisladores santafesinos se repartieron en todas las opciones: María de los Ángeles Sacnum apoyó el texto aprobado en Diputados, el parco Carlos Alberto Reutemann votó por el rechazo y Perotti se abstuvo.

Las mujeres y los hombres

Considerados por género, el voto de las legisladoras se repartió equitativamente entre el apoyo y el rechazo, con 14 en cada opción. Catalfamo estuvo ausente y Crexell se abstuvo.

Los senadores varones se inclinaron, en la mirada por género, en su mayoría contra el proyecto: 24 lo rechazaron y 17 lo avalaron. La disonancia del santafesino Perotti con su abstención completa ese cuadro.

Cómo sigue

La Constitución Nacional establece en su artículo 81 que todo proyecto de ley que es “desechado” por una de las Cámaras solo podrá tratarse de nuevo en el siguiente período parlamentario. En esta coyuntura, sin embargo, la posta inmediata de 2019 aparece complicada para la aprobación del proyecto de legalización: la composición de los dos cuerpos legislativos se mantendrá, y además será un año marcado por las elecciones presidenciales, con lo que el debate estará teñido por las especulaciones de campaña. Las y los impulsores del proyecto que no consiguió convertirse en ley este jueves confían en haber instalado el debate y la necesidad de legalizar el aborto en extendidos sectores de la sociedad, pero lo cierto es que no hay unanimidad de opiniones al respecto. Quedó claro, en ese sentido, el recelo en las provincias norteñas, en las que priman los mandatos de la religión católica al respecto. También, la voluntad de quienes se oponen de defender su postura con militancia callejera y lobbys de pasillo.

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