Ante un aviso en la comisaría 12ª a la madrugada, la Policía comprobó que en las vías del ferrocarril a la altura del cruce de calle Solís yacía el cuerpo de un hombre. Personal de un móvil del servicio de emergencias Sies convocado al lugar constató que la persona estaba fallecida y entonces se dio intervención al gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones. Una familiar de la víctima aportó su nombre.
Fue el propio maquinista de la formación ferroviaria quien se acercó a la seccional para informar que alrededor de las 2.30, cuando circulaba por la zona, había sentido un golpe en la locomotora que, supuso, podía ser el del impacto con el cuerpo de una persona. Detuvo la marcha y contactó a la Policía. Agentes de la comisaría y el trabajador ferroviario se acercaron a la zona y comprobaron que la sospecha del hombre era cierta. Un empleado de la empresa NCA –Nuevo Central Argentino– puso a disposición de los investigadores los movimientos de los trenes en las últimas horas para tratar de establecer cómo fueron los hechos.
El fiscal Walter Jurado, de la Unidad de Homicidios Culposos, en turno, se hizo cargo del caso y ordenó las medidas de rigor. Durante las primeras horas de la mañana, una joven se presentó en la misma seccional para informar que el fallecido era su abuelo, Ismael Z., de 42 años.
El conductor del tren quedó demorado en un primer momento, pero recuperó la libertad porque no tiene antecedentes penales.