En Somalia ver el campeonato Mundial de fútbol puede llegar a que te maten, a recibir unos cuantos latigazos públicos o ir la cárcel. Milicianos del grupo Hizbul-Islam, islamistas radicales, patrullan en todo terreno artillados en las zonas de su influencia para impedir que nadie siga los partidos que se celebran en Sudáfrica.
En el noreste de Mogadiscio detuvieron a 10 jóvenes que miraban Argentina-Nigeria. «Advertimos a los jóvenes de Somalia: no deben ver esa Copa del Mundo. Es un pérdida de dinero y de tiempo», expresarón milicianos del grupo radical Hizbul Islam.
Los aficionados se reúnen en secreto y deben tomar medidas de seguridad más propias de delincuentes que de seguidores de un equipo. Uno de ellos explicó la situación a la BBC, tras el Argelia-Eslovenia: «Vemos la televisión sin sonido con un ojo y vigilamos la puerta con el otro».