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Nombran una calle por una educadora desaparecida

Graciela Lo Tufo, precursora del sindicato de docentes privados, fue secuestrada y desaparecida durante la última dictadura cívico militar y este martes la Municipalidad de Rosario le dio su nombre a una calle del barrio Casiano Casas

Este martes, en el Día del Maestro y la Maestra, la intendenta Mónica Fein participó del acto de imposición del nombre Graciela Lo Tufo a una calle del barrio Casiano Casas, en homenaje a la docente secuestrada y desaparecida durante la última dictadura cívico militar. Fein, acompañada por el secretario general del gremio Sadop Rosario, Martín Lucero, las hermanas de la docente y varios concejales de la ciudad, llevaron adelante el acto por el cual a partir de este martes, la Calle 1345 (ubicada a la altura de avenida Casiano Casas al 2200), pasará a llamarse Graciela Lo Tufo. La ordenanza que promovió la asignación del nombre de la docente a una calle de la ciudad, fue presentada por Sadop Rosario y aprobada por el Concejo Municipal.

“Es una iniciativa que comenzó Sadop y que fue apoyada por unanimidad en el Concejo. Es un orgullo para nosotros que esta calle a partir de hoy se llame Graciela Lo Tufo, una luchadora como docente y una iniciadora de la organización de los docentes privados. El mejor homenaje es el compromiso con la educación y que la memoria esté presente en una calle de la ciudad”, señaló Fein.

Desde Sadop dijeron que quienes se han ocupado de reconstruir la historia de la docente rosarina coinciden en que la alegría y el optimismo eran las cualidades que distinguían a Lo Tufo. También la convicción de que había que unificar la lucha de los docentes de escuelas públicas y privadas. Con esa meta y junto a otros maestros formaron la Asociación de Educadores de Enseñanza Privada (Aeedep), de la cual fue secretaria gremial. “Es una forma de poner en valor la vida y el trabajo de Graciela. También de la militancia por la defensa de los derechos de las y los docentes. Ponemos en valor la verdad, la memoria y la justicia que sostenemos desde el sindicato. Además, es poner en referencia para todas las personas que vienen atrás la historia, el compromiso y la militancia de Graciela”, dijo el titular de Sadop, Martín Lucero.

Ella fue secuestrada y desaparecida el 14 de abril de 1977. Tenía 26 años y fue sacada de su casa, a pocos metros del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército (Córdoba y Moreno), hoy sede del Museo de la Memoria. Marina y Beatriz, hermanas de Graciela, también estuvieron presentes recordándola con emoción y recordando a su hermana, quien como docente siempre se preocupó por sus compañeras.

El concejal Eduardo Toniolli, quien presentó la ordenanza en el Concejo, mencionó: “Se trata del reconocimiento de una ciudad a través de sus instituciones a quien en vida fuera una de las fundadoras del antecedente inmediato de Sadop y de la herramienta gremial de los trabajadores y las trabajadoras de la educación de gestión privada». Para Toniolli la huella de la educadora se tradujo en la masiva participación del acto de este martes.

También asistía a las reuniones que se hacían en la Casa del Maestro. En ese espacio, ubicado en pleno centro de la ciudad (Laprida 1423), participaba con otros docentes del sector privado y público de la enseñanza del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Rosario (Sinter). Integró el grupo Contenidos, dedicado a la discusión teórica de lo que se enseñaba y aprendía por entonces. En 2016, a 40 años del último golpe cívico militar, autoridades del Colegio Nuestra Señora de la Asunción (San Martín 1771), donde ella daba clases, colocaron una placa recordando a la docente desaparecida y su lucha inclaudicable.

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