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Sin código: clínicas avanzan sobre las casas de ortopedias

Rosario cuenta con 59 comercios del rubro, algunos centenarios. Su actividad está en riesgo: al menos dos instituciones de salud privada avanzaron en la venta o alquiler de los elementos ortopédicos que indican sus traumatólogos. Hay 300 puestos de trabajo en riesgo

La presencia de las ortopedias en la ciudad data desde hace mucho tiempo. Las dos casas más antiguas del rubro ya tienen 110 años. En la actualidad hay unos 59 locales dedicados a la venta y alquiler de materiales ortopédicos, pero desde principios de año su actividad comenzó tambalearse: dos grandes y conocidas clínicas se lanzaron a la venta de plantillas, rodilleras y fajas, entre otros implementos que sus mismos profesionales indican a los pacientes. Lo hacen, denunciaron los comerciantes afectados, sin las habilitaciones correspondientes y violando códigos de ética médica.

La Asociación de Ortopedias de Rosario (que engloba a ortopedias, a licenciados en Ortesis y Prótesis y técnicos ortopedistas matriculados) denunció que esos centros de salud privada ofrecen un combo con promocionados beneficios para el paciente, como resolver la indicación y la compra o el alquiler en el mismo lugar y más rápido. Los ortopedistas enfatizan que sólo buscan incrementar los ingresos económicos de las instituciones. “Los atiende un médico en el lugar, les receta, entre todas las posibilidades, los productos que las mismas clínicas están comercializando y los convencen de hacerse todo allí para que sea más práctico. La realidad es que les sale el doble que en una casa de ortopedia habilitada”, explicó Claudia Quintero, presidenta de la asociación.

“Se trata de dos grandes clínicas dedicadas a la ortopedia y traumatología que están ubicadas en San Luis al 2500 y en 9 de Julio al 2800. El dueño de una de ellas es presidente de la Asociación Rosarina de Ortopedia y Traumatología (Arot), y el otro ocupó antes el mismo cargo”, acusó Quintero ante la consulta de El Ciudadano. Agregó que la misma práctica detectaron en algunos centros dedicados a la kinesiología.

“La campaña de marketing que tiene para vender los productos ortopédicos es muy agresiva y ataca directamente a la ética profesional para con sus colegas. Uno de los lugares vende absolutamente todo, el resto se dedica más que nada al estudio de las huellas plantares”, detalló Quintero.

La profesional explicó que el trabajo del ortopedista reconoce dos líneas. Una refiere a la endoprótesis, que son las que se utilizan dentro del cuerpo. La otra es la de las exoprotesis: son las de traslado, como las muletas. A ello se agrega la tarea de confección de plantillas, que comienza con los estudios anatómicos. Los centros de salud, relata Quintero, compraron los equipos de estudios de huellas plantares y venden las plantillas. Puede ser algo más cómodo, pero no más económico, insiste la profesional: bajo esa practicidad, les cobran las plantillas al paciente el doble de lo que pagaría en un centro de ortopedia. “Unas plantillas confeccionadas por técnicos ortopedistas en casas de ortopedias habilitadas salen unos 1.500 pesos, y en estos lugares nos enteramos que las venden a más de 3 mil”, ejemplificó.

A la espera de una ley

La denuncia por parte de la Asociación de Ortopedias de Rosario apunta a que esas dos clínicas aumentan sus ganancias desoyendo las buenas prácticas médicas.

La entidad interpeló en agosto al Colegio de Médicos y a la Asociación de Clínicas. No tuvo respuesta y entonces se dirigió a la Municipalidad de Rosario. Las autoridades políticas se comprometieron a verificar si las instituciones o centros de salud nombrados venden los productos y si están habilitados para ello.

Hay una sóla ley que protege a las ortopedias y es de la provincia de Buenos Aires. En Rosario elaboraron un proyecto de ley para Santa Fe que analiza la Legislatura provincial. Esperan que se convierta en ley este año para que todo producto ortopédico sea vendido en casas de ortopedias habilitadas y que sean confeccionados por técnicos ortopedistas matriculados.

“El daño económico generado es muy grande. En Rosario hay 59 ortopedias habilitadas. Entre todas generan unos 300 puestos de trabajo. La suba constante de impuestos y tarifas, más la crisis económica actual obligó a cerrar a tres comercios”, puso en contexto Quintero la gravedad del problema.

Código de Ética Médica

Los médicos que venden los productos están quebrando el código de ética médica, afirmó Quintero. Uno de sus artículos, explicó, precisa que los profesionales ligados a la venta de productos ortopédicos –como dueño o accionista de un comercio–  no podrán ejercer su labor profesional atendiendo pacientes, aunque sí les permite dedicarse a la investigación o la docencia. “No pueden recetar los productos que después venden”, simplificó Quintero.

Golpe al paciente

El paciente también lleva las de perder frente a la jugada de las grandes corporaciones, ya que según cuenta Claudia Quintero, quien tiene un negocio dedicado a la ortopedia desde hace más de 25 años, llegan las personas explicando que les hicieron estudios innecesarios y necesitan que les vuelvan a armar determinados productos ya comprados.

“Se aprovechan del paciente que está en situación de vulnerabilidad, el médico hace valer su palabra como una ley y les indica desde su posición de poder que compren los productos en ese mismo lugar”, se quejó.

Además está el tema de las obras sociales que al comprar productos en lugares no habilitados no les reconocen luego el importe de los elementos comprados.

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