El juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y el presidente del cuerpo, Carlos Rosenkrantz, se cruzaron este martes por el manejo del Centro de Información Judicial (CIJ). Primero Rosenkrantz, a través de una resolución, lo acusó de vaciar el área de comunicación del tribunal y hasta le pidió públicamente que le ceda las claves de acceso a la web. Tras cartón, Lorenzetti atribuyó la situación al “clima de tensión, de temor, de amenazas telefónicas y de falta de respeto”, que se generó tras su reciente asunción y lo acusó de haber vulnerado “las políticas de género y protección de la mujer” en su trato con la ahora ex directora del CIJ, María Bourdin.
En una explosiva carta, Lorenzetti cuestionó a su par por haber generado “un escándalo” con su pedido público por el control del sitio web, algo que consideró una “mediocridad” de parte de su sucesor.
“En el día de la fecha me ha sorprendido su resolución número 3.018 que ha publicado con ribetes de escándalo, algo que nunca ha sucedido en los últimos años y propio de épocas que hemos querido superar. Lamento muchísimo semejante mediocridad pero, estando en juego el prestigio de la institución, me veo obligado a contestar”, recalcó, luego de que Rosenkrantz le reclamara las claves de la página, que distribuye información judicial.
“Quedó acéfala”
A su vez, poco antes, el actual presidente dijo que la CIJ “quedó acéfala” tras las renuncias de Bourdin, la responsable de la Secretaría de Comunicación, de su segundo, y de otros diez agentes. El plantel pasó de 18 a 6 empleados. También le recordó que necesitaba contar, de modo urgente, con las claves de acceso al sitio web.
Por si todo fuera poco, a principios de junio, Bourdin fue acusada por Carrió de ser “la novia” de Lorenzetti, algo que fue desmentido por la periodista formoseña, que ahora pidió el traslado de su cargo.
Lorenzetti también culpó al titular del máximo tribunal, cercano al Grupo Clarín, por la paralización “momentánea” del CIJ, que no funcionó por varias semanas, y lo atribuyó al “clima de tensión, de temor, de amenazas telefónicas, de falta de respeto de los derechos del trabajador y de la persona humana, así como de los procedimientos internos de la Corte”. Descartó las acusaciones de vaciamiento y sugirió faltas de respeto y maltrato de Rosenkrantz hacia Roubin.
Privatización del CIJ
Tras esa resolución, Lorenzetti dijo que Rosenkrantz “propuso una suerte de privatización” del CIJ y trató de forma que se aparta “notoriamente de los criterios de respeto que se le deben a un secretario de Corte (que tiene el rango de un juez de Cámara), de la política de género y protección de la mujer”, al hablar con la secretaria de Comunicaciones, María Bourdin.
“Ello motivó que, con el ánimo de mantener su dignidad profesional y para no obstaculizar, la secretaria de Comunicaciones pidiera su traslado. En el mismo sentido se plegaron empleados, que son muy pocos”, justificó sobre el supuesto vaciamiento.
A su entender, la situación de “paralización fue de menos de una semana y era perfectamente solucionable con un comportamiento razonable”.
“No hay ninguna razón para este tipo de medidas autoritarias, sorpresivas, que no fueron habladas entre los ministros, que provocan un escándalo que no hace nada bien al tribunal”, se quejó Lorenzetti.
Y agregó: “Creo que el cambio de presidencia de la Corte Suprema no puede modificar los principios fundamentales de su funcionamiento y de su jurisprudencia. Ha costado mucho sacrificio cambiar lo que había, sufrimos muchas presiones, pero construimos una estructura de principios y valores que nos sostuvo todos estos años y que defenderé”.
La interna se desató a menos de diez días de la asunción de Rosenkrantz, quien en septiembre último consiguió el respaldo de sus pares para desplazar a Lorenzetti.
Los dos jueces compartieron este martes el escenario del acto del J20, un encuentro de magistrados del mundo en el marco de las actividades del G20, en el que participó el presidente Mauricio Macri.