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Causa Melli: condenaron a los tres médicos socios del IPP

Los tres médicos socios del Instituto Privado de Pediatría de Paraná fueron condenados a penas que van de los 9 a los 6 años de cárcel por su participación en el robo de bebés mellizos, una niña y un niño, hijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela

Los tres médicos socios del Instituto Privado de Pediatría (IPP) de Paraná fueron condenados a penas que van de los 9 a los 6 años de cárcel por su participación en el robo de bebés mellizos, una niña y un niño, hijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela. Se trata de una causa histórica porque por primera vez se juzgó en la provincia de Entre Ríos a responsables civiles de la última dictadura cívico-militar. La niña fue dada en adopción y su identidad fue restituida en 2008. El niño, hoy un joven de 40 años de edad, sigue desaparecido.

El Tribunal Oral Federal (TOF) de Paraná condenó a 9 años de prisión al médico Miguel Torrealday y a 6 años a sus colegas David Vainstub y a Jorge Rossi por considerarlos partícipes de los delitos de supresión de la identidad de dos menores de diez años en concurso ideal con el delito de sustracción, retención y ocultamiento de los mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela durante la última dictadura cívico militar. Mientras que a Torrealday lo consideró partícipe necesario, a Rossi y a Vainstub los condenó como partícipes secundarios.

El juez Roberto López Arango no precisó si los médicos propietarios del Instituto Privado de Pediatría (IPP) deberán pagar con prisión efectiva. La condena fue recibida gratamente por las querellas y principalmente por Sabrina Gullino, una de las mellizas que fueron sustraídas del vientre de su madre en marzo de 1978 y que aún busca a su hermano mellizo varón. «Satisfechos por esta construcción y este juicio que es de todos nosotros. Agradecer a la compañerada de Hijos, a las Abuelas de Plaza de Mayo y a la sociedad paranaense que también se hizo eco de esta causa», expresó Gullino al sitio Análisis Digital.

 

 

Por su parte, el abogado querellante Marcelo Boeykens, aseguró: «Estamos satisfechos por la sentencia de condena contra los tres imputados, son montos importantes. Nosotros no buscamos simplemente una condena penal, estamos buscando al melli, ese es nuestro norte. Celebraremos una sentencia de condena que sigue marcando la senda de la verdad, la memoria y la justicia en la provincia de Entre Ríos. Hace 20 años que estamos buscando al mellizo varón, una búsqueda que no ha parado ni un sólo día y no va a parar hasta que lo encontremos».

 

La causa Melli

 

En la causa conocida como IPP o causa Melli, se lleva adelante la búsqueda del hijo varón de Valenzuela y Negro,  que se encuentra desaparecido desde que fue dado de alta del IPP, el 27 de marzo de 1978. El Melli y su hermana, Sabrina, estuvieron internados en esa clínica del centro paranaense luego de haber nacido en el Hospital Militar de esta misma ciudad, durante el cautiverio de su madre.

El expediente original correspondiente a esta investigación se abrió el 18 de mayo de 2005, cuando el entonces coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano, realizó una denuncia en el Juzgado Federal aportando información acerca del funcionamiento de una maternidad clandestina en el nosocomio castrense de la capital entrerriana. Aquella denuncia posibilitó que Sabrina Gullino Valenzuela Negro restituyera su verdadera identidad a fines de 2008, y que en 2011 cinco integrantes de las Fuerzas Armadas fueran condenados: Pascual Guerrieri, Rubén Fariña, Daniel Amelong, Walter Pagano y el médico militar Juan Antonio Zaccaría, publicó Uno Entre Ríos.

Desde aquella denuncia del «Mencho» Germano hasta hoy, los integrantes de la corporación médica que tuvieron intervención en los hechos, tanto en el Hospital como en el IPP, han permanecido en silencio y han negado información clave para conocer el destino del Melli. En el caso de Torrealday, Vainstub y Rossi (al igual que el fallecido Ángel Luis Schroeder) incluso aseguran no recordar los hechos, al contrario de las enfermeras que sí lo tienen presente y han brindado testimonios relevantes para la investigación. En 2011 al presentarse en el juicio como testigos, pese a las insistencias de los miembros del tribunal, los galenos se mantuvieron callados. Desde el lunes tendrán una nueva oportunidad de romper con ese pacto de impunidad y contribuir con la búsqueda de la verdad.

Del trío de galenos, Torrealday es quien tuvo mayor responsabilidad, ya que en los hechos actuaba como el director del IPP y tomaba las principales decisiones profesionales y empresariales.

 

Al servicio del plan sistemático

 

Durante la última dictadura cívico militar, los acusados pusieron el IPP al servicio del plan sistemático de robo de bebés. Los mellizos ingresaron allí poco después de nacer y fueron anotados con nombres falsos: la beba mujer como «Soledad López», el 4 de marzo de 1978, y el varón como «NN López», el 10 de marzo; ambos provenientes del Hospital Militar. Hay enfermeras que recuerdan que estaban en incubadoras con tarjetas donde decía «NN», que ningún familiar los cuidaba ni visitaba, y que la esposa de uno de los directores iba a verlos porque se había corrido el rumor de que eran «hijos de una guerrillera». Lo que es una incógnita es quién los retiró de ese lugar. Todo esto ocurrió delante de las narices de los doctores, que no sólo lo permitieron sino que además omitieron notificar de estas irregularidades a las autoridades judiciales competentes.

Así hicieron posible que se cometieran los delitos de «Sustracción, retención y ocultamiento de dos menores» (en calidad de autores) y «alteración del estado civil del menor» (como partícipes). En el juicio declararon más de 80 testigos, entre ellos la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. El juicio fue llevado adelante por un tribunal unipersonal, a cargo de Roberto López Arango. Intervinieron cinco querellas: Sabrina Gullino Valenzuela Negro, Sebastián Álvarez y Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Abuelas de Plaza de Mayo e Hijos Paraná.

Asimismo, se desarrolló una campaña en las redes sociales, en los medios y en la vía pública para difundir las consignas #RompanElSilencio y #DóndeEstáElMelli. La pregunta por el destino de quien hoy es un hombre de 40 años circula en cientos de fotos como se puede ver en el Facebook de Hijos.

 

Sobre Raquel y Tulio

 

Raquel nació el 26 de abril de 1949 en la ciudad de Santa Fe. Su familia la llamaba “Coca” y sus amigos “La Muda”. Tuvo a su primer hijo, Sebastián, junto a Marcelino Álvarez, desaparecido a fines de 1976. Tulio nació en la ciudad de San Juan el 21 de mayo de 1945. Formó pareja con Alcira Fidalgo, secuestrada y desaparecida el 4 de diciembre de 1977 en la ciudad de Buenos Aires. Tiempo después, conoció a Norma Espinosa, con quien tuvo a su primer hijo, Matías Nicolás, nacido en 1976.

Raquel militó en la JP, en el MVP, en la Agrupación Evita y en las FAR. Tulio militó en la Juventud del Partido Bloquista de San Juan y en la organización ARP en la Facultad de Derecho. Luego, ambos militaron en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban “María” y a él “Tucho” o “Marcos”.

Raquel y Tulio se conocieron en Rosario, formaron pareja y por un tiempo vivieron en Brasil. Regresaron en enero de 1978 a Mar del Plata, donde fueron secuestrados el 2 de enero, Tulio y Sebastián en la “Tienda Los Gallegos”, Raquel -embarazada de siete meses de mellizos- en la esquina de Luro y Catamarca, a dos cuadras de la tienda. Fueron llevados al CCD “Quinta de Funes”. Allí, se organizó un operativo en el que Tulio fue obligado a salir clandestinamente del país junto a represores con el fin de concretar un operativo de secuestro de dirigentes políticos en el exterior. La pareja simuló aceptar el plan, negociando la restitución de Sebastián a su familia materna.

Tulio salió del país con los represores y una vez que pisó suelo mexicano, se fugó y denunció los crímenes de la dictadura en Argentina. Permaneció en México y el 25 de mayo de 1978 estableció el último contacto con su familia.

Si bien se sabe que ingresó al país en el marco de la contraofensiva, no hay exactitud acerca de las circunstancias de su secuestro. De Raquel se supo que a principios de marzo de 1978 dio a luz una niña y un niño en el Hospital Militar de Paraná. Ambos bebés permanecieron internados en la unidad de terapia intensiva de dicho hospital, y luego fueron llevados al Instituto Médico de Pediatría, donde ingresaron a la niña como “Soledad López” y al niño como “NN López”. Las Fuerzas de Seguridad abandonaron a la pequeña en la puerta de un convento y fue dada en adopción a la familia Gullino. Esta información pudo obtenerse a partir de una causa iniciada en mayo de 2005 en el Juzgado Federal N° 1 de la ciudad de Paraná, a partir de una denuncia realizada por el coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo “Mencho” Germano. En la causa también se presentaron como querellantes, Sebastián Álvarez, Abuelas de Plaza de Mayo y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Paralelamente, a fines de noviembre de 2008, una joven que dudaba de su identidad se presentó en la filial de Abuelas de Rosario. A los pocos días de su entrevista la joven recibió una citación de la jueza que ordenaba la pericia genética dando intervención a la CONADI en el caso. El 23 de diciembre de 2008, la jueza informó a la joven que los resultados confirmaban que era hija de Raquel y Tulio.

Raquel, Tulio y el hermano mellizo de Sabrina siguen desaparecidos.

 

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