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«Do It», una muestra para desdibujar e interpelar

Una singular exposición convocó a veinte artistas para producir obra a partir de “instrucciones” de reconocidas personalidades de la cultura mundial presentes en un libro. “Es una muestra de interpretaciones”, dijo Leandro Comba uno de los curadores

¿Se puede crear a partir de un método?, ¿tal acción no contradice los gérmenes de la histórica inspiración o creatividad artísticas?, ¿qué rol cumple el artista?, ¿cómo se recepcionan los mensajes?, ¿los roles se ven alterados? Desde este jueves, y en el marco de la Quincena del Arte que se realiza en Rosario, se podrá participar de la experiencia Do it, una muestra producida por la Secretaría de Cultura y Educación municipal y el Centro Cultural Parque España (CCPE).

Leandro Comba y Romina Castiñeira.

“Es una muestra de interpretaciones, de instrucciones. No es de obra sino de ensayos, de propuestas, algo más experimental a lo acostumbrado”, dijo el artista Leandro Comba quien en esta muestra participa de curador junto a su colega Romina Castiñeira.

En Rosario, segunda ciudad en que la se realiza esta experiencia tras el debut en Córdoba del año pasado, se plantearon interrogantes críticos dentro de la práctica curatorial y la producción artística contemporánea acercando instrucciones de personalidades de ámbitos diversos como Agnes Varda, Dan Graham, Darren Bader, David Lamelas, Erwim Wurm y Paul Mccarthy para que veinte artistas de todo el país las decodifiquen con libertad. Entre estos se encuentran Andrea Ostera, Claudia del Río, Diego Vergara, Florencia Caiazza, Hugo Cava, Lisandro Arevalo, Lucas Di Pascuale y Mariana Tellería.

Do it surgió en París en 1993 a partir de una conversación entre el curador suizo Hans Ulrich Obrist y los artistas Christian Boltanski y Bertrand Lavier. Los tres estaban interesados en saber qué pasaría si creaban una muestra que pudiera renovarse constantemente. Para poner a prueba la idea, invitaron a artistas que propusieran obras basadas en “instrucciones” que pudieran reinterpretarse cada vez que se expusieran. Las instrucciones se tradujeron a varias lenguas y circularon por todo el mundo en formato de libro.

En diálogo con El Ciudadano, Comba anticipó esta experiencia que se verá por primera vez en Rosario y pondrá el eje en la interpretación. Y que, como contó, apela a desdibujar los roles en el mundo del arte haciendo foco en la participación activa en todos sus estamentos: desde el artista y el visitante hasta el del propio curador.

—¿Cuáles son los puntos fuertes de esta experiencia que viene viajando por el mundo y cala por primera vez en Rosario?
—Está buena porque es una muestra de interpretaciones, de instrucciones. No es de obra sino de ensayos, de propuestas, algo más experimental a lo acostumbrado.

—¿Cómo pensaron la selección de artistas cuando se enfrentaron a este libro?
—Fue un ida y vuelta constante, leíamos las instrucciones y enseguida aparecía el artista. También pensábamos en un artista y aparecía la instrucción en el libro. La consigna era tener al menos veinte personas interpretando. Trabajamos mucho en la previa.

—¿Los roles que habitualmente conocemos de curador y artista se vieron desdibujados?
—Se desdibujan todos los roles y un poco esa es la propuesta del proyecto y de Hans Ulrich Obrist. Es un proyecto donde el curador empieza a ser parte de esa interpretación y también se da una cuestión muy colaborativa porque una vez que decidimos quiénes serían los artistas, nos volcamos a los seguimientos con ellos. Pensamos en artistas que pudieran disfrutar instancias de trabajo experimental por sobre otros que podrían ser más de atelier.

—Utilizaste la palabra “ensayo”. ¿Por dónde versaron estos discursos de los artistas?
—Digo “ensayo” porque al interpretar una instrucción para hacer una obra, los artistas se corren un poco de su línea de trabajo para interpretar. Siempre terminan siendo como “obras en proceso” y por eso hablo de ensayo. No se trata de una factura de obra final sino que quedan en las instancias de proceso, de reflexión y de ensayo.

—Desde una mirada menos erudita del arte podría pensarse que todo esto tiene un sentido bastante provocador. Se habla de un método, en este caso un libro. ¿Eso no confabula contra el germen asombroso, inspirativo y creativo de una obra de arte?
—Ahí está la cuestión: es un libro que da instrucciones pero que a su vez permite ser interpretado por artistas con la libertad que tiene el arte. Ahí se genera como una cuestión hasta te diría polémica.

—Queda flotando la pregunta acerca de si se puede crear a partir de un método…
—Claro, o de una instrucción. Por eso hablo de ensayo porque son como intentos de hacer una obra, o de interpretar. Por eso se verán muchos trabajos de performance, acciones y trabajo textual. Me parece que eso también involucra al visitante mucho más. No verá una obra que lo interpele sino que tendrá que involucrarse en el proyecto, en la propuesta de interpretación del artista. El que venga se verá involucrado como parte de la obra.

—¿Cómo pensaste el montaje en virtud de tu rol de curador?
—Hay como vínculos entre los trabajos que estructuraron el espacio por cuestiones técnicas. Esas obras fueron satelizando a las otras pero siempre hay un vínculo. Cada túnel, cada sala comenzó a tener su clima y a construirse con los artistas porque hay algunos que están trabajando in situ desde hace varios días. Se fue viendo qué obra se acompañaba, se fue construyendo como un ensayo junto a ellos.

Para agendar

«Do it» quedará inaugurada este jueves, a las 19, en las galerías del Centro Cultural Parque España de Sarmiento y el río. Se podrá visitar hasta el 16 de diciembre de martes a domingos, de 15 a 19

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