La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas de entre 12 y 21 años dictadas en 2015 por la Justicia de Chaco a cinco implicados en la denominada causa Carbón Blanco, en la que se investigó una maniobra de tráfico de cocaína a Europa camuflada en bolsas de carbón vegetal, informaron este martes fuentes judiciales, aunque dos de ellos, los principales involucrados, ya fallecieron: el abogado porteño Carlos Salvatore y el empresario arroyense Patricio Gorosito, quienes habían sido penados con 21 y 19 años de cárcel, respectivamente.
Fuentes del Ministerio Público Fiscal informaron que la resolución fue dictada por la Sala I, que resolvió rechazar los recursos presentados por las defensas.
Héctor Ángel Roberto, un comerciante también arroyense, y Juan Carlos Pérez Parga deberán cumplir sus condenas de 17 años de prisión y Rubén Félix Esquivel, 12.
Los jueces Gustavo Hornos, Carlos Mahiques y Ana María Figueroa rechazaron los recursos de las defensas y así quedaron confirmadas las condenas, que ahora podrán tratar de elevar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Esta resolución fue tomada en el marco del primer juicio de la megacausa Carbón Blanco –de la que se desprendieron otras investigaciones aún en trámite e incluso en juicio, incluso por hechos anteriores a los juzgados–, que finalizó el 17 de septiembre de 2015 y el el que el Tribunal Oral Federal de Resistencia condenó a los responsables del envío de una tonelada de cocaína a Portugal entre 2011 y 2012.
En ese debate, Salvatore fue considerado el líder de la banda, secundado por el fundador del club Real Arroyo Seco, Gorosito, el comerciante Roberto, el intermediario Parga y el capataz de la planta de carbón vegetal de la localidad chaqueña de Quitilipi, Esquivel, donde se embaló la droga.
Todos ellos fueron hallados coautores de los delitos de «asociación ilícita y contrabando de estupefacientes agravado por la cantidad inequívocamente destinada a comercialización y la pluralidad de partícipes, en concurso real».
Los hechos que se juzgaron fueron tres envíos entre noviembre de 2011 y marzo de 2012 de un total de 1.057 kilos de cocaína de una pureza del 80 por ciento a Portugal en contenedores de carbón vegetal empacado en Quitilipi.
