“Siento que la música está un poco dormida. Antes era un campo de batalla que le llevaba voz a las diferencias para empoderarlas. Hoy la veo re adormecida, no hablando de casi nada”, dijo Benito Cerati, líder de la banda Zero Kill en diálogo con El Ciudadano. El músico, hijo del ex líder de Soda Stereo Gustavo Cerati, hará un repaso de sus tres discos: Trip Tour (2013), Alien Head (2016) y Unisex (2018) del cual se conocen tres temas.
La confirmación de su regreso a Rosario con nuevas canciones fue el marco para un diálogo en el que el joven músico repasó su presente, desde sus comienzos como solista hasta su actualidad que lo encuentran más luminoso, libre y emancipado. Desde ese lugar de madurez y relajación aparecieron las historias que, según el propio Cerati, expresan “un mensaje y una lucha; no es sólo música. Tiene esa cosa de contracultura que a mí me interesa comunicar”.
—¿Cómo fue el proceso hasta llegar a “Unisex”?
—Fue muy distinto en muchos sentidos a los discos anteriores. La grabación tuvo dos partes: la primera fue inmediatamente después de Alien Head. Yo había empezado a girar el disco y tuve unos momentos de mucho estrés que me hicieron cancelar toda la gira y la promoción. Tenía que ver con cuestiones de salud que me dieron un susto. Sentía que tenía que tomarme un tiempo. Hacía, en ese entonces, cuatro años que no salía de vacaciones. Dejé todo y me encerré en el estudio a grabar cosas súper tranquilas pero por fuera, y salieron un par de temas. Eran canciones muy al estilo del segundo disco.
—¿Y qué pasó entonces?
—Realmente sentía que me faltaba irme y tomar distancia. Y me fui de viaje a Europa porque tenía la posibilidad y nunca había ido. Me forcé a ir solo y me sirvió un montón.
—¿Las musas estaban allá?
—En cierto punto sí. También me sirvió viajar, para crecer. Y volví y estaba re cambiado, fui notando eso a nivel personal y empecé a crecer en el mundo, a conocer muchas cosas y ampliar mis experiencias.
—¿Las canciones fueron tomando inspiración en esas experiencias?
—Fueron a partir de dejarme crecer. Nunca había tenido tiempo para mí. Y haberme puesto una pausa para ver mi vida, me enriqueció un montón ¿Qué quería, cómo hacerlo, música para qué?, eran cosas que nunca me había puesto a pensar. Por eso la grabación terminó siendo muy distinta. Estaba parado en un lugar completamente mío donde me sentía mucho más yo. Y entonces, la grabación fue muy distinta: tenía una banda formada con gente que fui conociendo, mucho más afín a mí, a diferencia de los profesionales que estuvieron siempre. Me rodee de gente joven, de amigos…
—Signo de tu espontaneidad…
—Claro. Son músicos que confío en su talento pero que están empezando. Otra cosa que también cambió es cómo vivía los shows. Antes me ponía a preparar para que todo salga perfecto y ahora me relajo con la gente; comencé a tocar en bares y la cosa del escenario ya no me atrae.
—Hace unos años te entrevisté y eras otro Benito. Ahora se te escucha más vivo y luminoso…
—Sí, por supuesto. Yo me siento muy distinto. Creo que éste disco salió y también tuvo una recepción muy distinta. La gente lo está escuchando y traspasa lugares que yo antes no me animaba a traspasar o no sabía cómo hacerlo. Y ahora está saliendo y me da mucho placer. No es que estoy poniéndole más pero pega más porque es más genuino todo. Me siento más seguro. Acá hay un mensaje y una lucha, no es sólo música. Tiene esa cosa de contracultura que a mí me interesa comunicar.
—Esa comunicación, esa expresión que trasciende lo musical, es algo que también estás expresando como ciudadano, más que como artista, en las redes sociales. ¿Tu mirada política, social, de género tiene que ver también con tu presente de no quedarte callado y decir lo que pensás a pesar de todo lo que pueda generar eso?
—Hoy en día, aunque haya democracia, ser honesto es polémico. Yo digo las cosas que siempre pensé pero ahora de una forma más adulta. Siento que la música está un poco dormida. Antes era un campo de batalla que le llevaba voz a las diferencias para empoderarlas. Hoy la veo re adormecida, no hablando de casi nada. No es que me propuse hacerlo, me salió natural pero me parece necesario que haya artistas que puedan hablar de cosas que pasan, porque es un re momento.
—La renovación de ese mundo llamado rock está surgiendo de una generación como la tuya que se está expresando. Compromiso con una realidad, hablar de lo que le pasa al otro y cierta solidaridad son temas comunes a explorar….
—Yo no me lo propongo, no quiero ser transgresor. Eso, en mí, no se pudo quedar callado. A veces uno se tropieza consigo mismo o dice las cosas de una manera, pero siempre estoy corrigiendo. No me gusta no decir las cosas. Es válido y humano equivocarse y asumirlo. No me gusta tampoco eso de que el artista tiene que ser siempre el mismo y tener las cosas claras en su postura. Falta humanizar al artista, sacarle presión. El arte es una cosa jerárquica de relacionarse con la gente y el artista está arriba y el público abajo como un semi-dios. Para mí es muy fea y muy caduca esa postura y dio pie a muchas cosas horribles. En mis shows hablo con la gente, me paro donde los puedo ver, me gusta sentir que hay una conexión y un entendimiento mutuo con ellos. La gente también es el show.
—Cuando ya editaste tres discos, tenés una mirada propia, y una seguridad adquirida con el tiempo, ¿cómo te juega hoy tener el apellido Cerati?
—No me gusta ir culpando a la gente por cosas que yo no puedo hacer. En cierto punto tiene que ver con que la presión social, la sociedad y la cultura existen y hay ciertas cosas que nadie puede hacer. No estamos totalmente libres en el mundo. Yo sentí una presión y cuando la sentía no lo decía. Siguen habiendo vestigios que obviamente a mí me llegan pero los estoy empezando a ver como una cosa más ridícula. Yo creo en lo que estoy haciendo y creo que estoy haciendo la mejor música que hay. Si no para qué lo haría. Estoy dando mis canciones ideales y comunicando mis mensajes. Así como la música también va cambiando, siempre mi corazón está en un lado, eso nunca se mueve. Mi esencia es la misma pero ahora creo que es necesario moverse un poco. La gente se suma y está bueno, me da mucho placer.
Para agendar
Benito Cerati, junto a su banda Zero Kill, se presentará este viernes, desde las 21, en Berlín Pub (Pasaje Simeoni 1128) en el marco del Ciclo Frik de bandas emergentes donde además tocarán Pablo Jubany, DC-Kilibrio, Maxi Castello & Los Pitucos del Norte.