Central consiguió otro triunfo clave en un momento muy particular. Si bien puso el riesgo el resultado en el tramo final, superó con justicia 1-0 a San Martín de San Juan y sumó otra alegría en la antesala del partido más importante que tendrá en el año: la finalísima de la Copa Argentina.
Durante el primer tiempo, Central manejó la pelota y San Martín se paró para salir de contragolpe. El Canalla buscó generar por las bandas y lo consiguió varias veces sobre la izquierda, donde la sociedad Parot-Carrizo dio réditos. Sin embargo, todo lo que gestó en las inmediaciones del área se diluyó dentro de la misma.
Y más allá del dominio que ejerció sobre el rival, Zampedri y Ruben casi no contaron con situaciones claras. El que sí las tuvo fue Camacho, tan contrariado a la hora de la definición como activo para la gestación ofensiva.
Como contrapartida, aunque dispusieron menos tiempo del balón, los sanjuaninos tuvieron las suyas. Aprovechando algunos problemas de retroceso que evidenció el equipo del Patón, la visita contó con dos situaciones propicias.
La más clara fue a los 38, cuando Mosca remató desviado dentro del área y frente al arco de Ledesma. Antes, otro disparo del volante ofensivo, también en el área Canalla, dio en la mano de Cabezas. Pero Lamolina obvió un claro penal.
Más allá de la iniciativa y las buenas intenciones, Central de fue al descanso con sensaciones ambiguas. Es que cuando se lo propuso, lastimó al rival, aunque con poca precisión en los metros finales. Pero mostró fallas defensivas que le podrían haber costado caro y que la visita no supo capitalizar de la mejor manera.
En la segunda mitad se acentuaron las posturas iniciales. Central aumentó su dominio sobre los sanjuaninos. Aunque recién a los 15 generó la primera situación clara, cuando Ortigoza puso de cara al gol a Zampedri. Pero el goleador se demoró y cuando la jugada de riesgo se diluía, Parot encontró un rebote fuera del área y metió un tremendo zurdazo que venció la floja resistencia de Ardente.
En desventaja, los sanjuaninos no modificaron el dibujo. Mantuvieron el 4-2-3-1 y se adelantaron unos metros. Y a este movimiento, le agregaron algo de agresividad tanto a la hora de atacar como a la de recuperar.
Después de los 30, el Canalla cedió la posesión al rival y se refugió, peligrosamente, a defender el 1 a 0 en campo propio. Y fue entonces que padeció algunos contratiempos defensivos.
A los 33, Ledesma desvió milagrosamente un remate de Villarruel que tenía destino de red. A los 38 el arquero volvió a evitar el gol ante Castillejos. Y en tiempo agregado, un cabezazo de Mattia se fue al lado del palo paralizando los corazones de todos los canallas, que festejaron a lo grande un nuevo éxito en la Superliga.