La joven Nahir Galarza, condenada a prisión perpetua por el asesinato de su novio Fernando Pastorizzo, protagonizó una pelea con otra reclusa del Penal de Mujeres de Paraná, lo que derivó en el traslado de una de las internas a otro pabellón.
Galarza mantuvo una fuerte pelea en la que hasta hubo amenazas de muerte, con Griselda Bordeira, una ex sargento procesada por narcotráfico vinculada al intendente Sergio Varisco.
De acuerdo a lo consignado por medios locales, ambas reclusas discutieron por unos auriculares, lo que derivó en la intervención del personal penitenciario.
No obstante, trascendió que los roces y las discusiones entre ambas presas eran constantes y el fin de semana estallaron por los auriculares.
Las autoridades del Penal decidieron trasladar a Bordeira al pabellón de las madres porque la situación ya era insostenible entre ambas.
«Se pelearon por temas de mujeres, por lo que se resolvió que una tenía que salir del pabellón», confió la autoridad para reseñar que la discusión final se produjo luego de que Nahir escuchara música con sus auriculares.
Aparentemente escuchó algún comentario de Bordeira y eso determinó que se fueran mal a las manos y debieran intervenir las penitenciarias.
Galarza fue condenada a prisión perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo, de 20 años, ocurrió el 29 de diciembre de 2017 alrededor de las 5.
En esa oportunidad, la joven primeramente dio su versión de los hechos, confesó horas más tarde haber sido la autora de los disparos.
Nahir había dicho que los disparos fueron cometidos con el arma reglamentaria de su padre, efectivo de la Policía de la provincia de Entre Ríos.
Sin embargo, en una segunda declaración dijo que había sido su novio el que había tomado el arma y que los disparos los había hecho en forma accidental.
El 3 de julio último la joven, de 19 años, fue condenada a prisión perpetua por el delito de «homicidio agravado por el vínculo de pareja» con la víctima tras un juicio oral.