En una entrevista a la agencia de noticias Télam el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Héctor Floriani, habló del ingreso de extranjeros a la educación pública como un problema. En línea con las declaraciones que hicieron semanas atrás el presidente Mauricio Macri, su primo e intendente de Vicente López, Jorge Macri, y el senador peronista, Miguel Ángel Pichetto, Floriani apuntó a una supuesta falta de reciprocidad. “Administro una universidad pública que se financia con recursos que pagan los ciudadanos argentinos”, opinó y señaló a los brasileños que llegan a estudiar medicina a Rosario, asegurando que representan el 30 por ciento del estudiantado. Las declaraciones del rector despertaron preocupación en la comunidad académica y en la colectividad brasileña de Rosario.
La presidenta del Club Argentino Brasileño, Elsa Rosito, dijo que el rector debe respetar la ley migratoria argentina y los acuerdos bilaterales entre los dos países que garantizan la reciprocidad. “Migrar es un derecho humano. Pero además los estudiantes que llegan a Rosario aportan en el pago de impuestos, alquileres y consumos en la ciudad”, dijo.
El decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, Ricardo Nidd, aclaró que los estudiantes brasileños no llegan al 20 por ciento y quiso llevar tranquilidad: “Son alumnos de esta casa de estudios y van a continuar siéndolo sin ningún condicionamiento”.
Las palabras
“Quisiera que lo que la UNR invierte en la formación de ciudadanos de otros países cercanos y hermanos, fuera en un marco de reciprocidad; pero eso no está garantizado”, dijo Floriani en la entrevista. También aseguró que en Brasil el 75 por ciento del alumnado estudia en instituciones privadas, mientras que sólo el 25 por ciento accede a las universidades públicas. “Este es un sistema que subsidia a una parte mínima de la clase media acomodada de Brasil. Los que vienen no son los sectores con menos recursos. Cuando hay una población marginal está todo bien, nadie dice nada. No sé por qué la colaboración tiene que ser unilateral. No estamos frente a un país más pobre que nosotros”, opinó.
En diálogo con El Ciudadano, el decano Ricardo Nidd se despegó de la visión del rector. “Hay que ser cuidadosos porque estas declaraciones despertaron preocupación en la facultad. Por eso quiero llevar tranquilidad y decir los extranjeros son estudiantes de nuestra casa como los argentinos”, dijo.
Nidd explicó que la universidad pública argentina es un ejemplo en el continente americano porque es gratuita y con ingreso sin restricciones. “Nuestro sistema es una fortaleza porque, al contrario del resto de América, en Argentina el 75 por ciento de la masa profesional es egresada de la universidad pública. En el resto del continente americano es exactamente al revés. Muchos jóvenes de Brasil vienen a estudiar acá porque en su país tienen sistemas de admisión selectivos y expulsivos, que son sólo para unos pocos”, agregó.
Según el decano, la política de admisión argentina obliga a planificar y organizar el presupuesto porque, al no haber cupo, no saben con exactitud cuántos estudiantes ingresan cada año. “El ingreso viene siendo estable y siempre hay una cuota de aleatoriedad. No registramos un aumento. El número de estudiantes brasileños es estable y no llega al 20 por ciento”, explicó. También aclaró que en la preinscripción para el año que viene se anotaron 4.300 chicos y chicas para estudiar medicina, 240 para fonoaudiología y 2.000 en enfermería.
De ese total, generalmente el 35 por ciento decide no empezar el cursado. “Hay un 30 por ciento de preinscriptos brasileños, que no significa que después sean los que ingresan. La preinscripción es online y muchas personas se anotan para sacar el turno pero después deciden no presentarse”, contó. Sobre los requisitos para estudiar en la facultad explicó que los extranjeros deben acreditar que saben español, tener el secundario completo y los papeles migratorios al día.
La llegada de estudiantes brasileros a la facultad de Ciencias Médicas empezó hace unos cinco años y aún no hay egresados. También llegan alumnos de otros países como Colombia, Haití y Perú. “Todos son bienvenidos porque somos coherentes con la tradición solidaria de la Argentina. A nosotros también nos han recibido en el resto del mundo cuando por razones políticas o económicas hemos migrado”, agregó.
Migrar es un derecho
Elsa Rosito, de la comunidad brasileña de Rosario, contó que todos los años entre 200 y 300 brasileños llegan a Rosario para estudiar en la universidad pública. Recordó que desde 2003 hay un convenio de reciprocidad entre Argentina y Brasil para facilitar documentos y que haya menos trabas para migrar tanto hacia Brasil como al revés. Además, dijo que la ley migratoria argentina es clara y dice que el Estado debe garantizar igual acceso a extranjeros y argentinos a la Justicia, el empleo, la salud, la educación y la seguridad social.
“Cuando el rector dice que hay que planificar, ¿quiere limitar el ingreso a la universidad? ¿quiere que cambien las leyes para elegir quién entra y quién no? Si quiere planificar debe ser en el marco de la ley”, opinó.
También recordó que los estudiantes brasileños aportan a la ciudad a nivel social y económico, muchas veces teniendo que pagar alquileres más caros por no tener garantías propietarias o recibos de sueldo. A eso se suma que muchos han sido estafados por personas que prometen trámites migratorios a cambio de dinero. Por eso, desde el Club Argentino Brasileño se capacitaron con la Dirección de Migraciones de Rosario para desde el año que viene dar asesoramiento gratuito a quienes deseen venir a la ciudad. En el grupo hay estudiantes que serán padrinos y madrinas de los recién llegados y los ayudarán a adaptarse a la nueva vida que eligieron.
“Al desarraigo de lo que significa migrar se suma la discriminación. Decir que hay extranjeros que ocupan el lugar de argentinos es un lugar común que fomenta el odio y la desigualdad entre hermanos. Migrar es un derecho humano que debe respetarse en todo el mundo”, agregó.
Para Rosito las declaraciones como las de Floriani o del presidente Macri generan una idea de migrantes buenos y migrantes malos. “Pareciera que molesta que vengan de países latinoamericanos. Me gustaría saber si un haitiano vendiendo en la calle molesta lo mismo que un alemán. Es una forma de desviar la atención de la crisis económica y echarle la culpa a otros”, agregó.
El problema es el ajuste
La consejera estudiantil de la UNR y militante del PTS en el Frente de Izquierda, Irene Gamboa cuestionó las declaraciones de Floriani: “Nos parece repudiable que el rector de la UNR se suba a la ola de declaraciones xenófobas como manera de justificar el ajuste en la educación. Las declaraciones anti inmigrantes fueron sostenidas de parte del oficialismo como manera de justificar la represión y poner en contra a los trabajadores entre sí. Ahora el rector hace lo mismo para tirarse contra los estudiantes extranjeros, de fondo es oponerse a una educación libre y gratuita y no pretender enfrentar el ajuste que sufriremos los jóvenes y trabajadores”.
Y agregó: “El problema no son los estudiantes extranjeros, sino el ajuste a la educación y la docencia. No podemos permitir que avancen con lo que hay detrás de estas declaraciones, recortes a la educación y una educación universitaria cada vez más restrictiva. Todos tenemos derecho a acceder a la universidad, sean nativos y extranjeros”.