Las placas de los «soldados argentinos solo conocidos por Dios» que fueron reemplazadas este año en el cementerio de Darwin, en las islas Malvinas, por lápidas con nombre y apellido, están siendo distribuidas en distintos rincones del país, desde la Basílica de Luján hasta distintas ciudades del interior, como espacios de homenaje a los caídos en la guerra de 1982.
La iniciativa, impulsada por la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, fue tomando forma a medida que fueron traídas al continente las placas de granito negras de los 106 soldados que lograron ser identificados hasta el momento gracias a los trabajos forenses del Comité Internacional de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense.
«Las placas traídas de Darwin son entregadas por pedido de cada familiar del soldado que haya sido identificado, que lo requiera a la Comisión de Familiares. Cada placa está siendo trasladada y entronizada en lugares emblemáticos a lo largo y ancho del país», explicó a Télam María Fernanda Araujo, presidenta de la comisión de familiares, que tiene el poder de custodia y administración de las placas traídas de Malvinas.
La mayor parte de las placas fueron traídas al continente el pasado 26 de marzo, cuando dos aviones financiados por el empresario Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América, volaron a Malvinas con los familiares de unos 90 soldados que habían sido identificados hasta ese momento.
Más allá de hacerse cargo de ese histórico viaje, Eurnekian es padrino de la Comisión de Familiares y asume el costo del mantenimiento del cementerio de Darwin. Este año también financió el traslado del cuerpo del capitán Luis Castagnari desde las islas a su Río Cuarto natal.
El pasado domingo 16 de diciembre, a pedido de la familia del caído Enrique Joaquín Hudepohl, fue entronizada una de las últimas placas en una ceremonia en la Basílica de Luján, tras la cual quedó exhibida en el santuario nacional de la Virgen, patrona de la República Argentina, junto a los recuerdos de la visita del papa Juan Pablo II a ese templo, en junio de 1982.
«Que esta placa nos recuerde a todos aquellos soldados, que dieron su vida en las Malvinas, y también represente a todos aquellos veteranos de guerra, cerca de 500, que en la posguerra y por distintos motivos tristes, han muerto también a lo largo de estos años», expresó el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, al presidir la ceremonia en Luján, de la que participaron veteranos de guerra y el jefe de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier general Enrique Amrein.
El 21 de diciembre, otra placa fue entronizada en el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas de la localidad de Lanús, luego de ser solicitada por la familia del ex combatiente Julio Romero, uno de los soldados identificados.
El 10 de diciembre se realizó otra ceremonia de entrega, en guardia y custodia, de una de las placas en la sala de Vicegobernadores de la Cámara de Diputados de la provincia de San Juan.
Solicitada por la familia del ex combatiente José Luis Rodríguez, otra lápida quedó depositada el pasado 8 de diciembre en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, ubicada en la ciudad bonaerense de Dolores.
A fines de noviembre, se realizó un acto en la escuela número 389 «Dr. Eduardo Ramón Battioni» de la localidad de Villa Ángela, en la provincia del Chaco, donde se dejó colocada otra placa, que fue pedida por los allegados al soldado caído Luis Roberto Fernández.
Otra volvió a volar al sur, pero ésta vez a Tecka, una localidad del oeste de la provincia de Chubut, donde la plazoleta que lleva el nombre del caído Ricardo Andres Austin se convirtió en el lugar donde permanecerá en custodia la placa que estuvo durante años en Darwin hasta que los restos del soldado fueron identificados.
El pueblo de San José de Santa María, de la provincia de Catamarca, es otro de los destinos a donde en el mes de noviembre viajó otra de las placas, que fue colocada en la parroquia San Roque, a pedido de la familia del caído Edmundo Federico Marcial.
En tanto, el centro de veteranos de guerra «Héroes de Malvinas» de la localidad bonaerense de Berazategui también recibió en custodia una placa: la perteneciente al ex combatiente identificado Pedro Alberto Orozco.