Fernando Peña nació en San Lorenzo. Tenía 35 años, tres hijos y su pareja esperaba una bebé. Como camionero trabajaba para la empresa DHSH de Capitán Bermúdez y cumplía funciones en la cerealera Louis Dreyfus de Timbúes, a 40 kilómetros de Rosario. El domingo a la tarde limpiaba un tanque con vapor de agua hirviendo cuando el piso se desmoronó y él cayó sobre los residuos. Los compañeros lo rescataron y lo llevaron hasta el Sanatorio Británico donde estuvo internado en terapia intensiva. Tenía el 90 por ciento del cuerpo quemado y las quemaduras le afectaron órganos internos. Estuvo en coma farmacológico y murió este lunes a la tarde.
Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) dijeron que el fiscal Maximiliano Nicosia Herrero, de la sede San Lorenzo, ordenó hacer pericias fotográficas y estudios de planimetría en la cerealera. También pidió testimonios a los empleados del lugar, hacer un informe de asignaciones del personal, verificar las medidas de seguridad y revisar la historia clínica de Peña. El fiscal espera el resultado de las pericias para conocer cómo y por qué cayó.
Despedida
En las redes sociales, amigos y familiares de Peña habían lanzado una cadena de oración.
Una concesionaria de autos de San Lorenzo, donde Peña trabajó, fue una de las primeras en informar su muerte. En una publicación de Facebook, saludaron a su familia y lo describieron como un empleado fiel, sincero y buen compañero. “En nombre de OCP Automotores quiero informar el fallecimiento de Fernando «Toty» Peña quien supo defender a nuestra empresa como empleado en los principios de la misma, siendo considerado el más fiel, el más sincero y mejor compañero por el cual mi familia logró abrirle las puertas y hacerlo parte de la Familia. Por eso este inmenso dolor inexplicable que sentimos, Dios te ilumine para así poder contar para siempre con un Ángel, sin ninguna duda como lo fuiste siempre. Realmente nuestro más sentido pésame a familiares y amigos”, publicaron en el perfil de Facebook de la compañía.
Control
Peña no fue el único trabajador que murió trabajando en el cordón industrial en los últimos años. El 14 de diciembre de 2016, Gustavo López, de 19 años, falleció aplastado por un alud de soja mientras limpiaba una celda de acopio de la empresa agroexportadora china Cofco. El 6 de febrero del año siguiente, Lucas Coronel, de 21 años, murió en un sanatorio de Rosario después de caer a cuatro metros de altura cuando limpiaba el sector de manipuleo y secado de la cerealera Louis Dreyfus de General Lagos.
La provincia reforzó los controles y encontró que la mitad de los complejos portuarios agroindustriales del río Paraná había sido sancionada por irregularidades en las condiciones de seguridad y salud laboral. El control puso el foco en las grandes cerealeras que tercerizan los trabajos temporales y de mantenimiento y que toman mano de obra barata y joven.
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