La timba se mueve silenciosa detrás del hábito de elegir números para el Quini 6 o sumar unos pesos al truco de la sobremesa. Desde que la provincia creó el programa Juego Responsable casi no reciben pedidos para atender a quienes reconocen tener un problema con las apuestas. Dos personas por día piden la autoexclusión en uno de los tres casinos de Santa Fe. Es menos del uno por ciento de quienes llegan a diario. En dos años la salud pública de Rosario solo atendió un par de casos. De los 83 espacios de tratamiento en la provincia solo cinco dicen estar listos para abordar las situaciones. A la cultura del juego, el siglo XXI le sumó lo que acostumbra: hay más velocidad y acceso. Hoy con un teléfono celular con internet apostar es virtualmente posible las 24 horas.
No va más
Hay tres casinos en la provincia: Uno en Rosario, otro en la capital santafesina, y el restante en Melincué. El sistema de autoexclusión es activado cuando quien está jugando decide parar. Pide que les prohíban el ingreso a las autoridades del casino que, desde 2014 y por el programa Juego Responsable, tienen la obligación de notificar a la Lotería de Santa Fe. El gobierno da los formularios, que incluyen una foto de la persona. También notifica al resto de las salas que esa persona no puede entrar. Cada lugar tiene los nombres y fotos. El control es de cada casino.
La autoexclusión dura seis meses y, si al pasar ese tiempo la persona no lo da de baja, se renueva automáticamente hasta llegar al año. Después de ese tiempo y si la persona quiere puede volver a hacer el trámite para mantener la prohibición. “Es difícil porque muchas veces la fisonomía de una persona cambia en poco tiempo y es complicado detectarlo. Un hombre se deja la barba y el pelo largo, y complica la detección. Nunca han sido muchos los requerimientos por ludopatía. No le quitamos importancia. Quien pide ayuda tiene la oportunidad de revisar su conducta”, dijo a El Ciudadano, Gustavo Rivera, director de Casinos de la Lotería de Santa Fe.
El cálculo de la provincia es que cerca de 20 mil personas por día juegan en las tres salas habilitadas. En la actualidad, hay 366 autoexcluidos (93 en Rosario, 27 en Melincué y 246 en la capital, la única sala que abre las 24 horas). En promedio, más de 50 personas por mes piden la prohibición.
Respuestas
En 2014, cinco años después de que las maquinitas y los crupieres empezaran a trabajar en el casino de Rosario, el gobierno anunció la creación del programa Juego Responsable y se involucró en el sistema de autoexclusión. También que tuvieron que capacitar a los médicos y enfermeros para poder brindar la atención, pero desde el Ministerio de Salud no explicaron cómo.
La provincia ofrece, y aún se mantiene en la página web de la Lotería de Santa Fe, un servicio de atención por teléfono y un cuestionario online para reconocer si la persona tiene un problema con el juego. El 0800-555-6743, siempre según lo publicado, atiende de lunes a viernes de 7 a 13. Otra opción, insisten en la web de la provincia, es acercarse a un centro de salud público de gestión provincial. En Rosario son el Hospital Provincial (Alem 1450), el Centenario (Urquiza 3101), el Geriátrico (Uruguay 141), el de Niños Zona Norte (avenida Trabajadores 1331) y el Agudo Ávila (Suipacha 667).
Hace más de un año el 0800 pasó a manos de la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod). La directora, Cecilia Nieto, explicó a El Ciudadano que los llamados por problema de juego son mucho menos que por drogas de venta legal o ilegal. En 2018 asistieron a dos personas y en Rosario no tuvieron consultas. En paralelo, las autoridades de la agencia se reunieron con los dos dirigentes de los tres casinos. Conocieron de la capacitación a barman para que sepan cuándo y cómo tienen que decirle a alguien que juega que no puede venderle más alcohol. “Las consultas por juego en términos estadísticos son una porción pequeña. No significa que son situaciones dramáticas. Es un desafío definir estrategias de gobierno para la prevención”, opinó Nieto.
Según el relevamiento de Aprecod, cinco de las 83 organizaciones que ofrecen tratamiento por problemas de consumo en SantaFe toman situaciones de ludopatía. Son la Asociación Civil ABRA, la de El Buen Samaritano, Asociación Nazareth, Fazenda de Esperanza y el Programa Andres.
Solo un par de las más de mil asistencias por consumo problemático del municipio desde 2016 fueron por juego. Eran familiares de las personas afectadas. Fueron recibidas en La Estación, el espacio municipal para orientar sobre las opciones de tratamiento para personas con consumo problemático de Gálvez al 800. “Es sólo lo que pasa en efectores públicos. No sabemos qué pasa con las obras sociales, pero al igual que con las sustancias, la persona no lo ve como un problema y llegan los familiares. Pueden pedir la autoexclusión, pero nada se soluciona de un día para el otro. Hay que trabajar en reducir al juego dentro de la vida de esa persona para que afloren otras actividades”, dijo la directora de Salud Mental, Paola Cocconi.
Para la funcionaria municipal, la virtualidad y el acceso masivo a internet fuerza a los profesionales de la salud a pensar cómo tratar los problemas de juego en el siglo XXI. “Nunca se soluciona con la prohibición. Es lo mismo que ocurre con las nuevas tecnologías y los jóvenes. No podes quitarles la Play Station sino discutir el uso. El problema es que la computadora, las consolas de juego y las páginas de internet tienden a no tener una pausa. El freno lo pone el usuario y, si tiene tendencia compulsiva, eso no ocurre nunca”, comentó la funcionaria.
Política en acción
En 2013, un año después de la reglamentación de la ley de Salud Mental y Adicciones (aprobada en el Congreso en 2010), llegó al recinto otro proyecto sobre drogas que incluyó por primera vez la idea de que el juego podía ser un problema de salud. La iniciativa era para armar el Programa Integral de Abordaje de los Consumos Problemáticos, más conocido por la sigla Iacop. El objetivo fue que el gobierno nacional avanzara en la prevención y asistencia, y que llegue a los barrios. Preveían crear y mantener Centros Comunitarios de Problemática de Consumo. También debían registrar todos los espacios de atención público y privada que dicen ayudar no sólo a quienes abusan del alcohol, drogas de venta ilegal y conductas compulsivas hacia el juego, las nuevas tecnologías, la alimentación o las compras.
El programa de Iacop fue aprobado en 2014. En Rosario se tradujo en distintos espacios que fueron reformulándose con el tiempo y con distintas denominaciones: Punto de Encuentro Comunitario (PEC); Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla); y Dispositivos Integrales de Abordaje Territorial (Diat). Los dos únicos que se mantienen en actividad son el Cepla de barrio República de la Sexta, vinculado con la vida universitaria, y el Diat de bulevar Seguí al 5500. El otro Diat del Gran Rosario depende del cura Fabián Belay y está en Granadero Baigorria.
Buscar ayuda
¿Consumís algo en exceso? Quizá necesites ayuda. Rosario tiene una red de servicios gratuitos para vos. Llamá al 4808797 o acercate a Gálvez 867, de lunes a viernes de 9 a 17.
https://www.elciudadanoweb.com/droga-espacios-de-tratamientos-no-reciben-a-mujeres-y-trans/