«Es un delantero como vemos pocos hoy en día», resumía el entrenador del Nantes, Vahid Halilhodzic. Lejos de ser el más rápido ni el más elegante, pero cada vez más eficaz, Emiliano Sala, desaparecido en un avión que lo llevaba a Cardiff este lunes, era un delantero atípico que acababa de dar un paso adelante.
Cardiff había convertido al argentino de 28 años en el fichaje más caro de su historia al pagar 17 millones de euros a Nantes. Un traspaso que dejó con el corazón roto a Halilhodzic, que buscaba conservarlo a toda costa, lo que provocó un conflicto con la dirección de la entidad.
Con 12 goles en el campeonato francés, hasta hace unas semanas Sala rivalizaba con el prodigio Kylian Mbappé por el título de máximo realizador.
En las antípodas del niño de oro del fútbol francés; Sala carece de su velocidad, técnica y talento natural. Pero su estilo poco académico y desgarbado, que le costaron críticas durante gran parte de su carrera, dejó paso esta temporada a un goleador efectivo y respetado.
Detectado a los 15 años en el pequeño pueblo de Colonia Cululú, de apenas 300 habitantes en la provincia de Santa Fe, llegó a Burdeos en 2010.
Brillante en cesiones a clubes de categorías más bajas como Orleans y Niort, en los que marcó 18 goles en 37 partidos en ambas ocasiones, Sala generaba dudas sobre si podía trasladar este rendimiento a un club de la élite.
Tras no conseguirlo en Burdeos, fue en Nantes, al que llegó en 2015, donde dio finalmente el paso adelante. Encadenó temporadas con más de diez goles en el campeonato, convirtiéndose en el jugador más prolífico del club desde Olivier Monterrubio en 2001.
«Me siento bien si corro»
Dejaron de importar los detalles estéticos de su actividad desenfrenada y plena de energía en el campo, con la cabeza metida entre los hombros, Sala por fin era un hombre-gol en la máxima categoría francesa.
«Corro mucho. Se puede pensar que, por eso, estoy menos lúcido ante el gol, pero es mi juego. Me siento bien si corro, si toco muchos balones», reconocía en una entrevista.
Con buen juego aéreo (1,87 metro), Sala ha dejado también gestos de gran delantero y su rendimiento mejora cuando tiene confianza.
«Evidentemente, como atacante, espero el gol con impaciencia. Pero esto no me perturba mentalmente. En mi carrera he marcado bastante goles, lo sé hacer», señalaba en su primera temporada en Nantes, en la que tuvo que esperar hasta la jornada 17 para marcar por primera vez.
A partir de entonces fue un elemento clave del equipo, llevándose los elogios de sus técnicos, los prestigiosos Claudio Ranieri y Halilhodzic, y suscitando el interés de clubes extranjeros.
Hasta que finalmente el sábado aceptó convertirse en la estrella del Cardiff, con un contrato de tres años y medio, y el objetivo de salvar al club, 18º y en zona de promoción de la Premier League.
El lunes regresó a La Jonelière, el centro de entrenamiento del Nantes, para recoger sus últimos objetos personales y despedirse de sus compañeros. Luego tomó el avión a Cardiff y desapareció al norte de la isla de Guernesey.
Los goles de Emiliano Sala en Nantes