Claudio Morresi / Tiempo Argentino
Para comprender un poco más esta noticia sobre del deporte nacional hay que hacer un recorrido histórico. La Secretaría de Deportes, en el inicio del gobierno de Cambemos, se transforma en Ministerio de Educación y Deportes con un presupuesto de 1.315 millones de pesos.
Para el año 2019, nos encontramos que el presupuesto para el deporte argentino baja a 991 millones de pesos. Con una inflación en estos tres años de un 110%. Es decir, que de un presupuesto que tendría que ser de 2.500 millones de pesos estamos en 991 millones producto del desastre económico que ha llevado este gobierno a nuestro país.
En esta necesidad de ajustes y recortes llegan a esta figura de transformar una Secretaría en Agencia, que al ser autárquica y descentralizada les va a permitir alquilar y vender las más de 700 hectáreas que tiene la Secretaría de Deportes, que la gran vedette es el Cenard, nada menos que en la zona de Núñez, donde está pensado un desarrollo inmobiliario importante.
Lo que más va a afectar a los deportistas en todos sus niveles es algo enorme. Es un conjunto de situaciones que se dan en el país y que hacen a la base de la pirámide deportiva, no sólo en el alto rendimiento sino en todos los que hacen deporte.
Ya en los clubes de barrio hay actividades que no se pueden llevar a cabo por los tarifazos. También hay padres que no pueden pagar la cuota social por la pérdida del poder adquisitivo de su sueldo. Y ahora sumamos que van a dejar de existir los programas sociales para los que necesitan que el Estado esté presente. Es un retroceso muy triste.
Se logran dos cosas con estas medidas: la primera, que se puedan vender todas las joyas de la abuela para pagar los intereses de la deuda. La segunda: construir una sociedad más cercana a lo que piensa ideológicamente Cambiemos. Si no tenés posibilidades de bancarte tu etapa preparatoria no pienses que el Estado te va a acompañar.
Los que integren los seleccionados nacionales de acá a un futuro cercano serán jóvenes que puedan bancar su carrera deportiva, con mesías que banquen al chico que tiene condiciones.
Hay grandes sectores que quedan en el camino, que ni siquiera van a poder realizar el deporte para el que tienen condiciones.
Ni hablar de que quedan expuestos a los peores peligros mientras no realicen esa actividad. ¿Qué empresa va a aportar al deporte si no pueden pagar el sueldo de sus trabajadores?
Si no llegan a conseguir la plata que dicen que van a conseguir, quedarán en el camino los Juegos Evita, los subsidios a los clubes de barrio, los programas que había en los lugares más carenciados con clínicas de deportistas.
Hay otro punto que es sumamente descriptivo. Toda mejora que se hizo para el deporte con institucionalidad se han hecho a través de leyes votadas por diputados y senadores, trabajada con la comunidad deportiva y con el apoyo de los deportistas: el Enard con Cristina Kirchner, la ley 20655 durante el peronismo o la ley de apoyo a los clubes clubes de barrio también con Cristina. Ahora, entre gallos y medianoche aparece un DNU, tratando de ocultarlo. Porque lo que verdaderamente quieren es hacer negocios con el deporte. La llaman Agencia Nacional del Deporte pero debiera llamarse Agencia Inmobiliaria.
Ex secretario de Deportes de la Nación