Search

“Raúl Ricoletti tiene mucho más trabajo que yo”

El talentoso actor habla de su particular alter ego, al que da rienda suelta en el unipersonal “Automenaje” con el que este sábado desembarca en Rosario

En un mundo que se vuelve un poco más absurdo cada día, el humor absurdo, a tientas entre lo cotidiano y lo que está por fuera de ese registro tiene algunos referentes en el país. Se trata de un selecto grupo dentro del cual se destaca el trabajo de Damián Dreizik que el sábado desembarca en la ciudad con Automenaje, su último unipersonal, nuevamente con el protagónico excluyente de su alter ego Raúl Ricoletti, en el marco del ciclo municipal Un verano fresquito 2019.

Dueño de una trayectoria que comenzó hace tres décadas cuando egresó de la Escuela Municipal de Arte Dramático y al poco tiempo formó el histórico dúo de humor Los Melli junto a Carlos Belloso con el que transitó los escenarios del under, en particular el del Parakultural, Dreizik, actor, autor, director y docente porteño encontró en el absurdo desde sus inicios un campo a explorar, algo que reivindica en Automenaje, una comedia única para un actor único, bajo la dirección de Alfredo Allende, con quien armó una dupla que da muy buenos resultados.

Quién es Ricoletti

Lejos del humor de youtuber y del que se reproduce en Instagram y cercano a ese otro humor que se asocia con el fenómeno vivo, Ricoletti, la otra cara de Dreizik, un personaje que surgió hace algunos años en un programa de radio, es un profesor de actuación. En esta obra, al tiempo que cuenta momentos de su vida, transita cuarenta años de historia argentina. De este modo recuerda su histriónico paso por el musical infantil, la publicidad televisiva, el teatro de vanguardia y el cine político.

Pero como suele pasar con la historia, Ricoletti elige tomar un desvío. “Él sabe aminorar la marcha, serpentear y elegir el camino ciego. Y Automenaje es la conmemoración de, por, y para sí mismo que incluye premio con ovación y alfombra roja, porque la gloria también nos necesita”, adelanta.

“En esta obra, Ricoletti se mete con el teatro pero también con otros géneros como el cine y la publicidad. Es una vuelta a este personaje, es parte de su vida y obra, porque viene de hacer otros espectáculos, en realidad es una saga que quizás se transforme en una trilogía. El primero se llamó Sistema garage, donde este personaje mostraba un sistema de enseñanza”, dijo Dreizik en diálogo con El Ciudadano. Y continuó: “En este caso aumenta el patetismo porque este actor se autohomenajea; siente que merece un homenaje, un reconocimiento, el problema es que él es el único que lo piensa de ese modo”.

«Es un espectáculo que a su manera revisita la historia argentina, pero es un desafío porque lo hace desde el absurdo y el disparate, apelando a alguna reflexión acerca de cierta progresía argentina que encarna un tipo de actor de una determinada época»

En un mundo como el del espectáculo, donde los egos suelen jugar malas pasadas, la obra se edifica también como una reflexión acerca del trabajo del actor y de la necesidad de ser reconocido. “Es una reflexión acerca de qué es un homenaje, qué representa esto que algunos llaman «una caricia al alma» (risas). Es un personaje que me ha permitido entender un poco todo este mundo, porque además hace algunos años que lo hago y debo confesar que Raúl Ricoletti tiene mucho más trabajo que yo (risas)”, evaluó.

«Me parece un momento interesante para hacer humor, porque se vuelve un gran desafío; cómo hacer humor, de qué nos reímos, cuál es la materia, son preguntas que yo me hago permanentemente»

“En realidad, el personaje es una excusa para revisitar algunos géneros con humor. Por ejemplo: el teatro político de los años 70 y el exilio de los actores, aunque Ricoletti se exilia en el Caribe, en Trinidad y Tobago, y es un exilio raro porque se va del país en el 83 cuando vuelve la democracia (risas). También repasa su trabajo en publicidad y el cine en democracia, los policiales de aquellos años, y también su paso por la danza y hasta un teatro de sombras sudafricanas”, repasó Dreizik con humor. Y completó: “Es un gran disparate siempre anclado en lo real que tiene como rasgo distintivo el patetismo; no es una burla, más allá de que en tono paródico habla del mundo de los actores y por lo tanto también habla de mí”.

Un hecho político

Más o menos panfletario y siempre entendiendo que el cuerpo del actor en escena es un cuerpo político que acciona en el imaginario colectivo, Automenaje tiene también su bajada de línea atravesada por el absurdo y lo paródico. “Es un espectáculo que a su manera revisita la historia argentina, pero es un desafío porque lo hace desde el absurdo y el disparate, apelando a alguna reflexión acerca de cierta progresía argentina que encarna un tipo de actor de una determinada época. Es un personaje con una mirada lateral de los acontecimientos que responde a mi manera de armarlos, que tiene que ver con los clichés y los lugares comunes. Y el humor no se aleja de la realidad pero juega con el acontecer de un personaje del mundo del espectáculo que se muestra sorprendido con un homenaje que él mismo organizó”.

“Soy muy consciente que si hago un chiste con el colectivo femenista se me va a venir en contra; claramente ese es el pensamiento previo, porque en todo caso uno debería preguntarse en este momento por qué hacer humor con eso, porque es un momento de mucha sensibilidad y de una bisagra importante, pero está claro que sin libertad siempre se empobrece todo”

Respecto de la cotidianeidad absurda, de los discursos absurdos, de una serie de hechos absurdos en el contexto de lo que suele proponer la derecha gobernante, y del grado de competencia que representan para un actor que hace un humor todas esas variantes, aseguró: “Siempre perdés frente a todo eso, siempre hay algo de la realidad que estamos viviendo que te supera. De todos modos, me parece un momento interesante para hacer humor, porque se vuelve un gran desafío; cómo hacer humor, de qué nos reímos, cuál es la materia, son preguntas que yo me hago permanentemente. Por lo general, lo difícil, lo complejo, suele ser interesante, más allá de que no pierdo de vista que tengo que buscar la empatía en el público porque es un código que tiene sus particularidades y hay gente que no logra entrar; de todos modos éste es un espectáculo muy inclusivo (risas)”.

Con qué hacer humor

Independientemente que su estética resiste el paso del tiempo y los avatares del presente con la avanzada del colectivo de mujeres, Dreizik, que para este espectáculo se rodeó de un equipo que también integran Vanesa Weinberg, Anita Gutiérrez y Victoria Quintiero sostuvo que se debería poder hacer humor con todo. “Creo que uno tiene sus límites a la hora de hacer humor, pero me parece que no es bueno estar pensando con qué me puedo meter y con qué no. Cada uno hace humor con lo que quiere hacer humor, debería ser una premisa el hecho de tener la libertad de elegir. Creo que lo peor que nos puede pasar en este momento es escuchar esa voz interior que nos dice que nos callemos porque así funciona la autocensura”.

Y cerró: “Soy muy consciente que si hago un chiste con el colectivo femenista se me va a venir en contra; claramente ese es el pensamiento previo, porque en todo caso uno debería preguntarse en este momento por qué hacer humor con eso, porque es un momento de mucha sensibilidad y de una bisagra importante, pero está claro que sin libertad siempre se empobrece todo”.

Para agendar

Automenaje se presentará el sábado, a partir de las 21.30 (y los sábados 9, 16 y 23 de febrero), en La Comedia, de Mitre y Ricardone, con entradas populares que se pueden adquirir en la boletería de la sala o a través de 1000tickets.com.ar

10