A fines de los años 70 surgió en la Argentina un grupo que cambió la historia de la música. MIA, Músicos Independientes Asociados, sentó las bases de trabajo de artistas independientes, de libertad de creación, de horizontalidad. En ese espacio en el que participaron más de 60 personas entre artistas y técnicos, estaban Liliana Vitale y Verónica Condomí, quienes siendo muy jóvenes dieron vida a un dúo de voces a capela con exquisitos arreglos que traspasó las fronteras del tiempo.
Cuatro décadas después y dotadas de la renovación que brinda el trabajo ininterrumpido, más allá de que cada una haya forjado una carrera en solitario, Liliana y Verónica siguen compartiendo escenarios, grabaron un nuevo disco titulado Elementales y el viernes, en el Día Internacional de la Mujer, tocarán en vivo en Rosario.
“MIA es presente”, aseguró Vitale al comenzar la charla con El Ciudadano. “Es más que un recuerdo, fue una experiencia modificadora y fundacional. En este caso fue el caldo de cultivo de lo que empezamos haciendo con Vero, pero también de muchas otras experiencias artísticas que tienen que ver con la experimentación, el riesgo artístico y la producción independiente; con ese ejercicio de la libertad en varios planos”, explicó Vitale a pocas horas de llegar a la ciudad para una presentación que se enmarca en el festejo de los 40 años del dúo.
“Es presente en estos momentos en donde hace más de una década la producción independiente es habitual en tanto experiencias artísticas. En ese momento, crear un sello y editar los discos era muy novedoso pero la autogestión siempre es el primer paso que da cualquier artista. Se revaloriza eso, se refuerza como un gesto también de cuidado de la obra”, agregó. Y haciendo referencia a su unión con Condomí explicó: “Al haber ido renovado nuestro vínculo en otros planos, en la amistad, la hermandad, la familia, se fue resinificando ese primer contacto que tuvimos tanto humano como artístico”.
Es que MIA “no fue un grupo”, como aclaró Vitale sino un colectivo. “Todos los que hacían algo eran parte del grupo: los sonidistas, los músicos, incluso mis viejos (Esther Soto y Rubens “Donvi” Vitale) que inventaron un modo de organizarnos que venía del teatro independiente; un espacio sin lideres”, relató sobre el colectivo que les propuso empezar a cantar juntas.
“El dúo es ese mundo al que ingresamos y pertenecemos. Es donde va decantando todo y vamos viajándolo en el minuto a minuto. Entonces no muchas veces tenemos distancia de ver lo que pasó”, aclaró.
Independencia y libertad
El trabajo independiente de los artistas fue tomando distintas formas, sobre todo en la última década en la que la tecnología favoreció la producción y difusión. “Es difícil analizar los presentes porque uno no puede tomar distancia para que ver qué es espuma y qué es jugo de verdad”, aclaró Vitale. Y arriesgó: “Me parece que siempre es bueno, que hay herramientas nuevas que hay que aprender y encontrar la manera de comunicar los contenidos de toda la historia; en este caso, de la música. Hay herramientas para que todo el mundo se exprese y eso me parece fenomenal. Después habrá que ver qué perdura y qué no”.
Más allá de las particularidades, para esta talentosa pianista se está transitando un momento de puro aprendizaje, “porque no sólo se rompen los paradigmas de los nuevos soportes, donde uno comunica a la par del otro y si tiene un buen modo de comunicar llega, sino que también cambian los pensamientos, hay nuevas miradas sobre los modos de ejercer el poder. Me parece que ése es el cuestionamiento de hoy, eso es lo que viene hoy a cuestionar el feminismo actualizado, que no es sólo un problema de género sino de cambiar la cabeza de «todes». Me parece que los formatos nuevos ayudan, actualizan y proponen que uno cambie la cabeza o al menos eso espero”, analizó.
El trabajo colectivo
En el presente hay muchos colectivos de artistas trabajando, sobre todo en lo que tiene que ver con las problemáticas de género. “Esta bueno, esa es la nueva forma de ejercer el poder: lo colectivo. Porque no es que sale un líder y de él depende lo que pase o no pase, en esos colectivos no se está ejerciendo una idolatría, sí el respeto a las luchadoras o luchadores, a la gente que pone el cuerpo, pero no una idolatría. Eso me parece que está buenísimo”, opinó la hermana mayor de Lito Vitale quien con otras músicas participo en la presentación de un proyecto de ley que establezca cupos en festivales y eventos musicales.
“Esa iniciativa surgió porque estaba la necesidad de un derecho”, apuntó. “Cuando Celsa (Mel Gowland) nos convocó dijimos: «Sí, por su puesto, esto tiene que decirse fuerte. Esto tiene que ser ley». Hay una discusión muy fuerte sobre los cupos en el arte pero creo que ya el hecho de haber propuesto que haya una ley que contemple el 30 por ciento de mujeres haciendo cosas en los escenarios y en la música hizo que surgieran festivales de mujeres y que se escrachara a los festivales donde no hay ninguna mujer; que se viera eso que antes no se veía”.
El nuevo disco
Elementales es el cuarto material que Vitale y Condomí editaron juntas. “Hicimos dos vinilos en 1980 y 82, en los finales del grupo MIA, cuando el sello editó las experiencias solistas y grupales de sus integrantes. Esos vinilos después fueron editados en CD, en el 92. Más adelante sacamos Humanas voces que está grabado en vivo. A lo largo de los años nos seguimos juntando y tocando de vez en cuando; empezamos a improvisar de un modo cada vez más libre, cada vez más jugado. Ahí empezamos a grabar en vivo estas improvisaciones que van enlazando las canciones, así está armado Elementales donde a cada improvisación le pusimos danza: «del alba», «de la noche», «de las ánimas». Son climas meditativos de las voces que van apareciendo entre las canciones, las de Vero, las mías, dos de Alberto Muñoz (también integrante de MIA) y de (Luis Alberto) Spinetta que es un talismán para nosotras”, recorrió acerca de la historia del dúo.
“Este disco es un viaje con muchas estaciones”, adelantó. “«Un disco de dos brujas», como nos dijo (Jorge) Fandermole cuando se lo regalamos. Nos dijo algo así como que eran como conjuros, llamados a las almas, celebraciones al amanecer”, confesó.
En Elementales las artistas comenzaron jugando con los elementos, “pero no fue una improvisación para el agua, otra para el fuego; salió todo mezclado. Distintos ánimos donde habitan las cosas, porque así es la vida, habita todo junto”, aclaró. Y sobre la tapa del material, lo que viene a cerrar el concepto del disco, agregó: “El tejido tiene que ver con que es un disco tejido punto a punto, nota por nota y colectivo. Es la trama del tejido que cuenta el devenir del dúo”.
Y cerró. “No festejamos los 20 ni los 30 años, nos dimos cuenta a los 40. Por ir siempre desde lo profundo del corazón nos fuimos renovando. No fuimos acumulando, nada nos pesó. Nos fuimos reencontrando, reinventando. Se fue haciendo sin mirar atrás. Por eso este momento fue parar la pelota y mirar un todo. No un recordar cómo empezó sino que es puro presente constante y continuo”.
Para agendar:
El concierto de Liliana Vitale y Verónica Condomí tendrá lugar el viernes, a partir de las 21.30, en El Aserradero de Montevideo 1518