Entre la recesión y la aparición de los vuelos low cost, las empresas carroceras de Rosario y alrededores están casi paralizadas. El uso de la capacidad instalada está “entre el 10% y el 15%”, según cuentan desde la cámara que nuclea a los trabajadores del sector. De 400 demandas anuales que tenían ahora “hay para hacer entre 10 y 20”, aseguraron. El cierre de Metalpar les abre una posibilidad de acaparar ese mercado.
Hay poco más de 1.000 trabajadores afectados por la incertidumbre que viven las firmas carroceras de Rosario y zonas aledañas. Este rubro orienta su producción a colectivos de media y larga distancia, que a su vez sufren el impacto de la merma en la actividad. A los efectos de la suba en combustibles y la consecuente baja de pasajeros por los costos, se le suma la irrupción de los vuelos low cost. Este fenómeno agravó la crisis de las empresas de larga distancia, que cada vez circulan menos y por ende demandan menos fabricación de coches.
“La recesión hace que la gente no viaje y las low coast colaboran en esto con los pasajes aéreos tan baratos”, expresó el vicepresidente de la Cámara de Carroceros de Rosario, Miguel Maesru. Sostuvo que “el gobierno no midió las consecuencias que traía eso”, y aseguró que “la falta de crédito también hace imposible que hoy se pueda encarrozar”.
La industria local tuvo que competir históricamente con el ingreso de carroceras principalmente de Brasil. Las importaciones acaparan el 50% del mercado con lo cual en la región tienen que competir por el 50% restante. En ese sentido analizó: “Así y todo nunca nos había pasado estar con el uso de la capacidad instalada entre el 10% y el 15%”.
Hasta 2018, Maesru reconoció una demanda promedio de 800 unidades por parte de las empresas de transporte. De las cuales, 400 carrocerías quedaban a cargo de las empresas locales. “Hoy hay para hacer 10 o 20, no hay para hacer nada, hay cero demanda, no hay posibilidad de que las empresas de transporte adquieran unidades porque tienen coches en los galpones”, aseguró.
A los más de 1.000 trabajadores directos que emplea la industria carrocera, el vicepresidente de la cámara agrega los rubros dependientes: “En el polo Gran Rosario existen infinidad de talleres que nos proveen de mucho elementos que tercerizamos, en ese combo habrá unas 2 mil personas que están sufriendo este efecto”. De todas formas, señaló que se trata de sectores que pueden orientarse a otro tipo de producción, a diferencia de su caso, donde si no hacen carroceras “los galpones van a terminar en canchas de fútbol 5”.
“No es una salida”
Maesru calificó como “buena” la iniciativa que trataron junto a la UOM y autoridades del municipio para adaptar su producción al transporte rosarino, aunque aseguró que “no es una salida”. Explicó que “la demanda que puede originar Rosario de aquí al futuro es poca para una capacidad instalada que da para mucho más”.
En cuanto al proceso específico de producción, detalló que “un micro doble piso, que es lo que hacen los de larga distancia, implica unos seis o siete coches urbanos”. De esta manera “el personal que se ocupa en larga distancia es mucho más que en el urbano, y más para una ciudad sola”.
Por último, confesó estar “muy cansado” tras treinta años en el rubro y ver que “en este momento la industria nacional no existe”. Más allá de los paliativos pidió atacar las cuestiones de fondo y concluyó: “Estamos en presencia de una crisis como nunca, no sé qué pasará con las carroceras locales”.
Transformación necesaria
Por su parte el titular de la UOM Rosario, Antonio Donello, adhirió a la preocupación por la situación en el sector pero mostró mayor optimismo por la iniciativa local. En principio reconoció que “las principales cuatro empresas que se presentaron para adaptar su producción al transporte urbano están en proceso preventivo de crisis”. De manera que la transformación es casi necesaria.
Con perspectiva a futuro explicó: “No es sólo una iniciativa para salvar al sector ahora, es para avanzar en el mercado que dejó Metalpar que trabajaba para toda Argentina”. La intención es acaparar ese mercado y “que se preparen para cuando cambie este modelo”, pronosticó Donello.
Al cerrar sus puertas Metalpar de Loma Hermosa, la pregunta que se planteó fue quién iba a proveer de esas carroceras al mercado interno. Ante este interrogante, el titular de la UOM confió no sólo en que las firmas locales ocupen ese lugar, sino que se amplíen “al mercado de Santa Fe y todo el interior”.