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“Todo pasa, todo queda”, el archivo de décadas que se convirtió en un tesoro

Con la conducción de Jorge Debiazzi y Daniel Grecco, y la participación de Droopy Faiola, Gerardo Ruiz y Nadia Scarafía regresa a Telefé Rosario “Todo pasa, todo queda”, un clásico de cada domingo al mediodía que de este modo comienza a transitar su novena temporada

No todo tiempo pasado fue mejor, pero los buenos recuerdos alimentan el alma y qué mejor que tenerlos presentes en medio del almuerzo familiar de cada domingo. Esa vivencia la experimentan cada semana los espectadores de Todo pasa, todo queda, el ciclo que por novena temporada regresa a la pantalla de Telefé Rosario desde este domingo a las 12.30.

Jorge Debiazzi y Daniel Grecco siguen al frente del ciclo que incorporó también al DJ Droopy Faiola y a Gerardo Ruiz y Nadia Scarafía con notas en exteriores.

Sobre la nueva temporada, Debiazzi adelantó a El Ciudadano que va a ser “la mejor de todas”.

“Cada vez que ideamos una nueva edición del programa ponemos lo mejor de nosotros, y ésta va a ser la mejor de todas las temporadas. Incluso tenemos siempre material nuevo, de archivo pero nuevo, porque la gente no lo ha conocido aún a través del programa. Nuestro archivo es inagotable, para nosotros es un tesoro y queremos compartirlo con nuestro público”, dijo Debiazzi.

El envío surgió, según comentaron sus protagonistas, a partir de la necesidad de compartir un archivo de años que hoya acredita un enorme valor. Si bien la idea original iba a contar sólo con una voz en off, la de Damián Debiazzi, con el correr de las reuniones decidieron que uno o dos conductores podrían reflejar frente a cámara su pasión por el cine y las artes audiovisuales en general.

Fue así como Jorge Debiazzi y Daniel Grecco grabaron el piloto para Canal 4 de Cablehogar, donde comenzaron sus emisiones, y más tarde llegaron al viejo Canal 5, hoy convertido en Telefé Rosario, donde cada domingo al mediodía presentan los recuerdos de la televisión, el cine, las más grandes estrellas de todos los tiempos y personajes entrañables de todas las generaciones. Y como “perlitas especiales” la celebración del aniversario de alguna película.
Por ejemplo: este año festejarán en pantalla los 80 años de Lo que el viento se llevó. Para Debiazzi se trata de “una película de culto”, una de esas que vio infinidad de veces y que denota que su vida transcurrió entre cámaras y proyectores.

De hecho, con 35 años en el inolvidable cine Madre Cabrini, donde se desempeñó como concesionador, programador y proyectorista, hoy dedica su tiempo a trabajar en la programación del cine Arteón, lugar donde también compartió parte de sus inicios.

“La cámara es parte de mi cuerpo, no sé bien cómo explicarlo. Fui el primer camarógrafo de Canal 3 en 1967, cuando se inauguraron sus estudios”, rememoró. Hasta 1970 estuvo en el canal de Avenida Perón al 8100 y luego trabajó en Arteón hasta 1983. “De ahí me fui al Madre Cabrini, y hoy vuelvo a Arteón. Pero el cine, sea en una sala o en un estudio de televisión es mi vida”, dijo emocionado.

Una colección propia

El archivo que tiene Debiazzi comenzó a gestarse en 1981. “Incluye material que pude grabar por videocasetera, ya sea de programas de aire o de cable, y todo aquello que estuve proyectando en 35 años en el cine”, detalló.

Sin embargo, el avance de la tecnología y las historias que hoy toman partido en la gran pantalla apagan, de alguna manera, ese fuego que mantuvo encendido por el Séptimo Arte. “Hoy, con toda sinceridad, me siento defraudado por el cine en sí mismo. Veo que hay mucha irrealidad, ciencia ficción, terror. Nos falta el cine de contenido que teníamos en los 40, los 50, los años 60 e incluso en los 90. Ya casi no voy al cine, las películas actuales son muy vacías de historias. Incluso, muchas de las últimas que he visto, o me resultan conocidas, por la cantidad de remakes o historias basadas en otros films, o apenas comienzan ya puedo presumir cómo será el final. Claramente, es una estafa al alma”, expresó.

Precisamente, el alma de ese nene de cuatro años que Jorge Debiazzi tiene muy presente en su memoria y en su corazón se llenó de colores y curiosidad cuando, en el festejo de su cumpleaños, sus papás le prepararon una función de cine que marcaría el resto de su vida. “Por primera vez vi a Mickey, el Pato Donald y Pluto; me sumergí en el mundo de la factoría Disney. Desde ese momento supe que el cine era y es lo que más me gusta en la vida. Hoy tengo 75 años… mirá si he visto películas en mi vida!”, expresó finalmente entre risas.

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