Soledad Gómez tenía 14 años y murió esta madrugada al recibir un disparo de arma de fuego en la espalda. Hay otros dos hicos heridos de bala. La tía de la víctima fatal indicó que una moto pasó por Lima y 27 de Febrero y tiroteó a los jóvenes.
La atroz balacera sucedió en la zona oeste cerca de las 23.45 en Villa Banana. Desde Lima al 2700 Raúl T., de 45 años, un vecino de la zona y dueño de un quiosco que también fue baleado llevó en su auto a Soledad, que estaba herida de bala. Llegaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) donde la atendieron y le diagnosticaron herida de arma de fuego en la espalda. No pudieron salvarle la vida debido a las lesiones sufridas. Falleció pasada la medianoche.
Yanina, tía de la joven, la acompañó al Heca y manifestó que por el lugar de los hechos pasó una moto y sus ocupantes comenzaron a disparar a todo lo que tenían enfrente.
De Lima y 27 de Febrero también ingresaron al hospital Celeste A., de 13, con herida de arma de fuego en el rostro, a quien la tuvieron que suturar con 20 puntos, y Kevin A., de 14, con un disparo en la zona lumbar, quien se encuentra en estado reservado. Yanina se aventuró a confirmar podría quedar paralítico producto de la bala alojada en esa región.
Barrio abandonado e inseguro
Yanina relató que los que mataron a su sobrina son un grupo de narcotraficantes. “Acá –por los pasillos que unen varias casas y comercios en Villa Banana– siempre pasan los narcotraficantes, quieren matar a alguien y empiezan a pegar tiros para todos lados”, sostuvo, y siguió: “Se escucharon una lluvia de tiros, la Policía pasa por acá, pero no hace nada, sólo viene a mirar y a mí me mataron a mi sobrina”.
La mujer se explayó ante los medios de comunicación que fueron a cubrir el hecho sobre el abandono del barrio por parte de las autoridades políticas y las condiciones extremas en las que –dijo– vive la mayoría de los vecinos.
Ejemplificó que los niños que antes utilizaban un playón cercano para jugar al fútbol durante toda la jornada, ahora sólo pueden ir entrada la tarde porque por la mañana los “corren a tiros” quienes, acusó, se dedican al narcomenudeo y utilizan ese espacio para la venta.
Yanina rescató las iniciativas instaladas en el barrio que buscan sacar a los chicos y adolescentes de la calle y de los circuitos delictivos, pero insistió en la ausencia del Estado, que no resguarda esas acciones ni opera para desmantelar las tramas delictivas del comercio de drogas.