“No nos une el amor, sino Macri”. De esa manera responde Oscar “Cachi” Martínez cada vez que le preguntan por su regreso al PJ, luego de su paso por el Frente Renovador. Como cabeza de la lista “Unidos podemos”, Martínez participa de la interna del PJ de diputados provinciales y buscará, en las primarias del 28 de abril, meterse en la lista definitiva que competirá en las elecciones generales del 16 de junio.
El dirigente santafesino hace hincapié en la seguridad y en las políticas activas dirigidas a la producción, critica el “fracaso” de la reforma penal provincial (“impulsada por un falso garantismo”) y propone como principales medidas la implementación del boleto educativo gratuito y del plan de inserción laboral Primeros Pasos, dos experiencias basadas en políticas que llevó adelante José Manuel de la Sota cuando fue gobernador de Córdoba.
Martínez se alejó del peronismo durante el segundo mandato de Jorge Obeid y fundó el partido 100% Santafesino, por el cual se postuló para intendente de Santa Fe en 2007. Cuatro años más tarde volvió al partido y fue compañero de fórmula de Rafael Bielsa. Ese mismo año fue electo diputado nacional por el Frente para la Victoria. En 2013 dejó el bloque para sumarse al Frente Renovador liderado por Sergio Massa. Por ese espacio, fue candidato a gobernador en 2015.
Bajo el gobierno de Cambiemos, fue designado en el Directorio del Arsat, pero renunció al cargo en junio de 2017. Ahora se ubica en torno al armado de Alternativa Federal y elogia las figuras de Massa, Lavagna y Schiaretti. Acompañado por Osvaldo Miatello y Verónica Baró Graff, Martínez encabeza una de las diez listas de diputados provinciales dentro de la interna del PJ.
—¿Qué lo decidió a participar en estas elecciones?
—En primer lugar, la decisión de todo el partido de construir un justicialismo democrático. Todos aprendimos que las divisiones y las peleas nos han hecho mucho daño. También nos compromete una situación social y económica que obliga a construir una nueva mayoría, un proyecto de unidad que pueda superar a este gobierno nacional que tanto daño le ha hecho a la gente y que, de manera especial, ha embromado a la provincia de Santa Fe, aumentando retenciones, eliminando el Fondo Sojero, no pagando la deuda de la coparticipación, a pesar de que la Corte lo reconoció, o eliminando los subsidios al transporte. En ese contexto, creemos que podemos aportar nuestro granito de arena.
—¿Cuáles son sus propuestas?
—Santa Fe merece un proyecto que tenga que ver con el progreso, con la idea de que no hay mejor política social que la educación y el trabajo, con la justicia social y con la necesidad de orden. A nosotros nos van a ver planteando políticas como el boleto educativo gratuito o el plan Primeros Pasos, para fortalecer la educación y la inserción de los jóvenes en el mundo laboral: dos políticas que implementó De la Sota en Córdoba y que en estas circunstancias económicas y sociales deberían ser implementadas de manera inmediata.
—¿A qué se refiere con justicialismo democrático?
—Un justicialismo democrático es un justicialismo en el cual se puede disentir. No tenemos que pensar todos igual. Generalmente los pensamientos autoritarios son hegemónicos. Creo que en la provincia albergamos distintas visiones y podemos convivir. Y también tiene que ver con responder a las demandas de la sociedad que está pidiendo que el justicialismo se convierta en una alternativa para superar la grieta y reconstruir la esperanza en la provincia y en el país. Yo creo que Santa Fe va a ser una especie de tubo de ensayo de la posibilidad de que podamos convivir los que tenemos distintas visiones.
—¿Dice que el kirchnerismo fue autoritario?
—Todos cometimos errores que hicieron que no podamos convivir en un espacio, todos somos responsables de que hoy nos gobierne Macri. Todos tuvimos algún dejo de autoritarismo; la verdad es que tenemos que aprender a convivir. En lo personal, pensaba que era posible la unidad. Y se logró, aunque no haya candidaturas únicas.
—Hubo muchas críticas cuando un grupo de dirigentes peronistas se pasaron al Frente Renovador. ¿Cómo lograron recomponer esa relación?
—Fue Macri. No nos unió el amor, sino el espanto. Y las circunstancias nos obligan a construir una nueva mayoría; a eso apunta el frente Juntos en la provincia. El peronismo nunca fue un partido, siempre fue un movimiento. Y ahora estamos recuperando ese rumbo, que es todo lo contrario del sectarismo.
—¿Cómo observa la situación de la provincia?
—En primer lugar, no creo que el de (Miguel) Lifschitz haya sido un mal gobierno, pero tiene dos o tres temas donde le ha ido mal y en algunos se ha sacado cero. Por ejemplo: en materia de seguridad. A mí me sorprende que Lifschitz lo haya puesto a (Maximiliano) Pullaro en la lista de diputados; creo que tiene que ver con un concepción ideológica, con ese falso garantismo que pone más énfasis en la protección de los derechos humanos de los delincuentes que de la gente honesta. Somos la provincia más insegura del país y tenemos el doble de posibilidades de ser asesinados que un vecino de cualquier otra provincia.
—¿Y qué propone para revertir eso?
—Primero educación y empleo, que son las dos caras de una misma moneda. Y necesitamos una Justicia que funcione, que haga que los delincuentes vayan presos. Necesitamos un régimen penal expeditivo, establecer un Consejo de la Magistratura para que los jueces se elijan de manera independiente y para controlar el funcionamiento de los jueces.
—¿Qué le parece el nuevo sistema penal de la provincia?
—Un fracaso absoluto. Cientos de causas iniciadas en las sedes policiales que terminan en cuatro o cinco imputativas. Un verdadero colador de la delincuencia. Es un fracaso que el socialismo debe reconocer.
—Pero el nuevo Código Procesal se logró a partir de un consenso de todos los partidos…
—Creo que falta despliegue territorial y que falta un sistema procesal penal mucho más expeditivo. Aquellos que construyeron ese consenso evidentemente han fracasado. No se lo imputo solo al socialismo; el falso garantismo excede los límites del socialismo.
—¿Cuáles son las otras materias que no aprueba esta gestión?
—Me parece que el gobierno no tiene el gen productivista. No hay políticas activas de parte de la provincia para potenciar la producción. El justicialismo, en ese aspecto, tiene una propuesta superadora. Yo lo escuché a (Gonzalo) Saglione, que es un muy buen ministro de Economía, decir como un logro que tuvieron superávit fiscal de 2000 millones de pesos el año pasado. Con 2000 millones podríamos implementar un programa para que los jóvenes estudien donde les toque estar y un programa de empleo para resolver el problema de la desocupación entre los jóvenes. El Estado no es una empresa privada que deba tener rentabilidad. Y en materia de tarifas, el gobierno provincial ha criticado a la Nación pero ha seguido una política similar. Eso trae aparejado que muchas empresas cierren. Este concepto de que las tarifas deben responder estrictamente a los costos es equivocado, porque cuando cierra una empresa o un comercio, hay personas que quedan sin trabajo, que en vez de ir a la obra social tienen que ir al hospital y el Estado tiene que hacerse cargo. No es un buen negocio ni para la sociedad ni para la provincia. Nosotros en la Legislatura tenemos que establecer un sistema de tarifas que tenga como punto máximo el incremento salarial.
—¿Omar Perotti o María Eugenia Bielsa?
—Vamos a apoyar con toda nuestra fuerza a aquel que prevalezca. Creo que el peronismo tiene una enorme oportunidad en la provincia. Y hemos definido que el liderazgo no lo decidan los dirigentes sino la ciudadanía.
—La mayoría de las provincias tienen elecciones anticipadas. ¿Cómo piensa que van a impactar los resultados en la elección presidencial de octubre?
—Van a impactar enormemente. Por eso es importante un peronismo unido en la provincia, tal vez sea la llave para construir un proyecto de unidad nacional que incluya a todos los sectores y que sea una alternativa ante un gobierno nacional que nos ha embromado de muchas maneras.
—¿Esa unidad es con Cristina?
—Es con todos. Si somos democráticos, el justicialismo tiene que buscar a su mejor candidato, más allá de las opiniones. Yo me siento más identificado con los dirigentes de Alternativa Federal, pero la unidad tiene que ser con todos.