Facundo Peralta irá por primera vez como precandidato a senador departamental. Lo hará por el Frente Social y Popular que tiene a Carlos Del Frade como precandidato a diputado provincial, y que integran también referentes de Ciudad Futura. Con la experiencia de la militancia social, buscará “que los barrios sean protagonistas de un gobierno y de un proyecto político en la provincia”.
El militante social e integrante de la agrupación Causa, hizo hincapié en tratar la seguridad desde otra perspectiva. “Todos plantean la inseguridad como algo que les sucede sólo algunos, pero en realidad los que más sufren eso son los compañeros y compañeras que viven en los barrios”, aseguró. La propuesta apunta a integrar a movimientos sociales y barrios para “lograr una intervención más integral sobre el tema”.
Destacó la posibilidad que significa tener la ciudad “con más clubes del país”, algo que consideró producto de un proceso de reorganización en la sociedad civil. Para sostenerlo, consideró importante “que la gente se organice” y que el estado pueda potenciar a esos clubes. “Vamos a poner la banca del Senado en función de la organización de los sectores populares”, aseguró.
—¿Cuáles son las principales demandas en los barrios de Rosario y alrededores?
—Hay cuestiones que son prioritarias, el departamento Rosario tiene un problema muy serio. La periferia y las localidades circundantes a la ciudad tienen un problema con los servicios básicos. Ahí tiene que haber un trabajo en conjunto para un piso de igualdad, que debe hacerse desde la intendencia, el gobierno de la provincia y participación protagonista del senador departamental. Los principales problemas se dan con el agua, gas, luz y cloacas. Y hablamos no sólo de casos como Rosario, sino también de Funes, donde menos de la mitad de la ciudad tiene agua corriente. Piso de igualdad ante los servicios básicos es la primera propuesta. Otra demanda recurrente en los barrios es que la gente está pidiendo comida, hay hambre en Rosario, es volver a la situación post 2001. Hay responsabilidades distintas, con un gobierno nacional que generó una catarata de desempleo.
—¿Cómo plantean trabajar el tema inseguridad?
—Tenemos que plantear cómo trabajar la seguridad desde los sectores de izquierda. Nosotros acompañamos y participamos de causas conocidas como la de Franco Casco, Pichón Escobar, de Jonatan Herrera, y muchos otros pibes que han vivido situaciones de violencia institucional en distintos barrios. A partir de ahí generamos una postura política más clara en lo que hace a la política de seguridad pero también de derechos humanos. Lo que vemos es que hoy por hoy los barrios están siendo dominados por la narcopolicía. En esos casos hablamos de grupos mafiosos que se disputan el territorio por la venta de estupefacientes en articulación con la policía. Lo vemos claramente en todos esos casos mencionados. El negocio del narcotráfico por abajo derrama sangre joven y hace que los pobres se maten con los pobres, y por arriba no pasa nada, los negocios fluyen como el de de la construcción, como se vio en el último tiempo.
—¿Hoy el Senado representa realmente a los departamentos de la provincia?
—Recorriendo Ibarlucea, los mismos vecinos nos decían que no concían al senador departamental por Rosario. Esto no es un problema de Miguel Capiello, porque es un tipo que ha empezado a militar desde abajo. Es un problema de la institución Senado, que es una institución que atrasa la democracia de Santa Fe. Ha frenado leyes como la ley de educación sexual integral, o la ley de paridad. Esto se da porque las personas que componen el Senado en algunos casos son gente que hace 24 años están y representan a porciones muy pequeñas. Son zonas que están muy permeadas por instituciones conservadoras y atrasan. No favorecen a la democratización de la provincia de Santa Fe. Pararon todas las leyes que iban a producir transformación en la provincia.
—¿El problema es el Senado como institución o quienes lo integran?
—Que no conozcan al senador departamental es una crítica al esquema de la institución. El problema que hay ahí es que el Senado está lejos de la gente. Nosotros queremos ingresar para desde adentro modificar eso, porque entendemos que a las instituciones las hacen las personas. Queremos una democracia donde el poder esté en manos de todas y todos. Si logramos entrar al Senado, lo vamos a llevar dentro de cada casa. Todos los problemas que hablamos no se tratan ahí porque el senado está amurallado y no se acerca a la gente.
—¿Cómo se puede modificar ese esquema?
—Los senadores departamentales administran millones de pesos por año de manera discrecional. Si entramos, con nuestra dieta vamos a hacer lo mismo que con nuestro sueldo en este momento, cobrar lo que representa la canasta básica, y el resto del sueldo ponerlo a disposición de la organización para desarrollar proyectos. Desde clubes hasta centros de día, para potenciar proyectos de organizaciones en barrios de la ciudad y alrededores. Pero además de la dieta, están los millones que muchos senadores utilizan para mantenerse en el poder y subordinar a la gente del departamento. SI nosotros entramos al Senado, vamos a hacer que la gente sepa cuanto se administra, y lo que nos toque administrar lo vamos a repartir en proyectos vigentes que tenemos en distintos barrios.