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«No me pregunte por qué estoy acusada porque no entiendo», dijo Roxana Michl

La esposa de Gabriel Strumia se despegó de la acusaciones en su contra, negó conocer la relación de amantes que mantenía su marido con Paula Perassi y el embarazo de la víctima. La mujer y el empresario enfrentan imputación por aborto no consentido seguido de muerte

Roxana Michl también declaró este miércoles, en la misma jornada en que Fiscalía y querella hicieron sus alegatos de clausura ante el tribunal, y contó sobre su rol de ama de casa y «compañera inseparable» de su marido Gabriel Strumia: ambos están imputados por aborto no consentido seguido de muerte. La mujer negó conocer la relación extramatrimonial que tenía su pareja y por lo tanto que la víctima, Paula Perassi, estuviera embarazada. Afirmó haberse enterado por boca de Strumia de la relación la noche anterior a que su marido se sometiera a un examen psicológico, donde éste –aseguró– reconoció el vínculo con Paula. “No me pregunte de qué estoy acusada porque no lo entiendo”, dijo. “Como dicen siempre, el que es engañado es el último que se da cuenta”, añadió. Y explicó: «Nosotros estábamos demasiado metidos cada uno en sus cosas y teníamos que tener un espacio también; alguien supo ver ese espacio».

Michl dijo que se enteró de la desaparición de Paula en la tarde del 19 de septiembre de 2011, pero no le llamó la atención, lo que repidió dos veces. Tampoco que le haya llegado al celular de su marido un mensaje supuestamente de Paula que decía que estaba bien y se iba a San Juan.

La mujer relató cómo cambió su vida tras esta causa, los allanamientos y lo que pasaron su hijos que, dijo, están solos desde hace 4 años. Hizo referencia a la cuestión económica y cómo se cayó el negocio –una empresa de transportes– tras la detención de su marido y por qué debieron vender cuatro camiones.

Michl reconoció haber hablado con Alicia, madre de Paula, pero no recordó si la llamó ella. Contó sobre las dos detenciones de su marido, la primera el 22 de septiembre de 2011 por un día y medio, donde aseguró que se preocupó cuando no volvía y llamó al también imputado comisario Daniel Puyol, quien le recomendó ir hasta la Jefatura de Unidad Regional XVII, en San Lorenzo, y la segunda en 2012, por tres meses.

Describió lo que pasó junto con sus hijos en ese tiempo y cómo se enteró de que su marido había tenido un amante. Repitió la versión de Strumia respecto de los llamados que hizo Paula al celular de su marido el sábado previo a la desaparición, cuando el hombre supuestamente no encontraba en su casa el celular, y apoyó la versión de que estuvieron todo el domingo en su casa y salieron a comer con amigos aquella noche.

En cuanto a la grabación que surgió de su teléfono fijo cuando estaba intervenido, donde una voz gritaba «auxilio», dijo que muchas veces sonaba el teléfono y era un llamado para el taller. Como tenían dos aparatos, uno en la casa y otro en el galpón, descolgaban el de la casa e iban hasta el taller que estaba en el mismo predio y avisaban.

Michl dijo suponer que entró algún llamado que atendieron sus hijos y dejaron descolgado el aparato en la casa y la voz que se escucha es la de su hijo más chico, quien solía gritar «auxilio» cuando su hermano mayor le quería sacar la computadora.

En cuanto a su condición de «engañada», dijo que su marido no salía de noche y siempre andaba «así nomás, lleno de tierra y sin bañarse». Por eso no se dio cuenta: “Como dicen siempre, el que es engañado es el último que se da cuenta”. Y agregó: «Nosotros estábamos demasiado metidos cada uno en sus cosas y teníamos que tener un espacio también. Alguien supo ver ese espacio». Y pidió al tribunal que la «juzguen con justicia».

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